Diferencias entre la Guardia Civil y la Policía Nacional pusieron en peligro las operaciones que la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) tiene en España, entre otras las que lleva a cabo en Canarias para el control de la llegada de migrantes. Gracias a que se salvaron las “discrepancias puntuales” existentes entre las Fuerzas de Seguridad del Estado, Frontex ha renovado su despliegue. Según explican fuentes policiales al tanto de la negociación, los desacuerdos son “habituales” siempre que hay que renovar los planes de Frontex y tienen que ver con “áreas competenciales de Policía Nacional y Guardia Civil”.

En todo caso, recuerdan que estas diferencias surgen en otras materias como la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, y que por este motivo existen mecanismos internos para llegar a un punto de consenso con la mediación del Ministerio del Interior. El pasado viernes Frontex informó mediante un comunicado que había renovado por un plazo de doce meses “el marco operativo y legal para todas las actividades en España”. Además de en Canarias, la agencia colabora con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la Operación Minerva de Paso del Estrecho y en Índalo, encargada de controlar los flujos de inmigración ilegal y luchar contra el crimen transfronterizo en la frontera sur.

Frontex subrayó que “trabaja en estrecha colaboración con España” gracias a los 257 oficiales desplegados en el Mediterráneo Occidental. En este sentido, recordó que en las Islas Canarias se ha ampliado el apoyo en las últimas semanas con 26 agentes encargados de ayudar en el registro de migrantes irregulares, así como determinar su nacionalidad y recopilar información sobre grupos delictivos involucrados en el tráfico de personas.

Canarias registró a lo largo de 2020 la llegada de unos 22.000 migrantes que accedieron al país de manera irregular, lo que representa un incremento del 881% respecto al año anterior. Esta cifra supone más de la mitad de los 40.000 que arribaron a todo el territorio nacional, según cifras oficiales del Gobierno. La llegada de migrantes irregulares a las Islas creció a lo largo de todo el año pasado. En enero, se registró una subida, con respecto al mismo mes de 2019, de un 1.670%, al registrarse la llegada de 708 personas, frente a las 40 del año anterior. En los siguientes meses, este porcentaje fue bajando, hasta el 484,4% de diferencia, para acabar el año con un aumento de llegadas del 881%, con respecto al año anterior.

El cuerpo europeo de control de fronteras y guardacostas vio modificado su mandato en 2019 por lo que hasta el pasado año los agentes desplegados bajo su paraguas eran enviados por los Estados miembro, mientras que con el cambio se trata de un acuerdo propio cuyos agentes trabajan para la agencia europea, lo que puede complicar la renovación de misiones anteriores porque deben hacerse cambios de calado.

Las dificultades para renovar las operaciones en España, además, coinciden con un momento en el que la imagen de Frontex se ha visto debilitada por las dudas sobre la gestión de su director, Fabrice Leggeri, y las acusaciones de connivencia con devoluciones en caliente en la frontera húngara o en el mar Egeo.