La consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Yaiza Castilla, ha reconocido este viernes que el turismo en las Islas está en el escenario más pesimista de los previstos, sin temporada de invierno y probablemente tampoco de primavera, y ha defendido ayudas directas a las empresas para que puedan sobrevivir.

"No podremos recuperarnos si la máquina ha quedado destruida" cuando se recobre la movilidad, ha advertido la consejera en su intervención en un foro telemático organizado por el Instituto Español de Analistas Financieros.

Adelantó que defenderá ante el resto del Gobierno de Canarias que las ayudas a las empresas sean directas, a fondo perdido, para gastos de funcionamiento y explotación, sin contraprestaciones, y no solo para las que están cerradas sino también para las que tengan una caída de cifra de negocio superior al 25%.

Canarias no cuenta con los recursos necesarios para todo, así que el Estado debe también aprobar ayudas directas a las empresas turísticas canarias, que tienen "un efecto dominó" sobre toda la economía, al igual que ha hecho con otros sectores como el automóvil, reivindicó.

Yaiza Castilla rememoró que al comienzo de la crisis sanitaria su departamento dibujó tres escenarios, el optimista, el moderado y el pesimista, pero tras tres intentos de apertura del mercado turístico y tres cierres se ha llegado "al entrono más pesimista", lo que obliga a revisar todos los cálculos realizados en octubre sobre la evolución del PIB o la recuperación de la economía para 2023.

Los operadores turísticos y las líneas aéreas han reducido "drásticamente" sus programaciones, los hoteleros dan por perdida la temporada de invierno y de primavera, la ocupación está en el 10% y a pesar de todos los esfuerzos para mantener un destino seguro la pandemia es global y los mercados emisores están cerrados.

Ahora la previsión es que la mejoría no será antes de "bien entrado el verano" si todo va bien y con las vacunaciones se consiguen inmunidades del 60% o 70%, y en el caso de Canarias los empresarios no anticipan una recuperación hasta que empiece la próxima temporada de invierno en octubre, indicó.

De momento, el 6% de las empresas canarias ya ha cerrado y cae el consumo y la demanda interna, dijo Yaiza Castilla, quien insistió en que "no hay que dejarse llevar por el pesimismo" sino buscar salidas y mecanismos para "sentar las bases" para una recuperación paulatina del turismo en 2021 y una recuperación "sólida" en 2022.

Según los estudios encargados por la Consejería, el 46% de los europeos planean volver a viajar en cuanto puedan, y el 67% prefiere protocolos sanitarios estrictos en destino, que aunque sean incómodos les dan seguridad, y en esa línea se trabaja desde el comienzo de la pandemia con el programa Canarias Fortaleza, algo que es un valor para las islas como destino, enfatizó.

También es importante contar con un buen sistema sanitario, porque "la seguridad y la sanidad" van a ser determinantes a la hora de que los turistas elijan destinos.

"Estamos preparados para salir al mercado, pero de nada vale ser los más seguros si no hay tejido empresarial" y por eso es precisa una respuesta "rápida y directa de las administraciones" para atajar el riesgo de que se destruya "el 35% del tejido empresarial".

Defendió que en esta tesitura "el endeudamiento del sector público debe ser masivo" para moderar la desaparición de empresas y empleos, y aunque valoró los ERTE como esenciales en lo económico y lo social, las empresas siguen asumiendo gastos estructurales y muchas no pueden soportar más deuda para mantenerse.

Por eso los aplazamientos de deuda "no tienen gran efecto en estos momentos", sino que son muy importante las ayudas directas, insistió.

La consejera reclamó además al Gobierno de España que "asuma sus responsabilidades y competencias" en inmigración y no convierta a Canarias en frontera, una situación que "empieza a tornarse en un problema de imagen para el destino", dijo.

Matizó que esta constatación no es xenófoba ni discriminatoria, puesto que las islas y el sector turístico han demostrado su solidaridad para la acogida, pero estas personas en las islas no tienen medios de vida ni proyecto de futuro y quieren seguir al continente y es el Gobierno central el que tiene que dar "una respuesta inmediata".