Las capitanías marítimas de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas abandonaron la vigilancia al mediodía de ayer del carguero nuclear ruso Sevmorput al alejarse más de 60 millas de las aguas jurisdiccionales isleñas –12 millas desde la costa– al norte de Lanzarote. A medida que el barco avanzaba, en su travesía de regreso a San Petersburgo, se disipaba la amenaza nuclear sobre el Archipiélago. La Dirección General de la Marina Mercante mantuvo un estricto control –incluidos dos vuelos de inspección de un helicóptero de Salvamento Marítimo– sobre el portacontenedores en su errática travesía cerca de las aguas isleñas desde que el martes se observaron sus lentos movimientos en zigzag a 70 millas al sur de las Islas por una avería.

Canarias y Marruecos no solo rechazaron la entrada en puerto del Sevmorput, sino que navegara en sus aguas. Incluso los gobiernos español y marroquí negociaron con el ruso –el barco civil lo gestiona una agencia pública, Atomflot– y lograron que tomara la ruta más alejada de las dos capitales canarias; es decir, la medianía entre Fuerteventura y la costa africana, un corredor de 25 millas de aguas internacionales. Su propósito inicial era tomar el pasillo de aguas internacionales entre Tenerife y Gran Canaria. Pero las gestiones diplomáticas surtieron efecto.

El carguero nuclear ruso Sevmorput, fotografiado el miércoles a 70 millas al este de Canarias por un helicóptero de Salvamento Marítimo. | | E.D.

La mayoría de países del mundo quieren mantener lejos –incluso algunas ciudades rusas– al único carguero del mundo propulsado por un reactor nuclear que se alimenta de 150 kilos de uranio enriquecido, un elemento extremadamente contaminante. Cualquier fallo en el desfasado reactor de este vetusto buque, construido hace 32 años y que estuvo a punto de terminar en la chatarra, puede ser letal, aparte de los residuos radiactivos que genera. Es una amenaza que en este caso se vio agravada por la avería de la hélice, que obligó al Sevmorput a abortar su viaje a la Antártida, dar media vuelta y regresar a San Petersburgo con 25.000 toneladas de carga. Con el alejamiento definitivo de la embarcación, tras perder una de las cuatro palas de la hélice cuando se encontraba en octubre frente a las costas de Angola, se pone fin a la emergencia para el Archipiélago.

Su marcha hacia el norte se vio interrumpida el miércoles a la tarde-noche por un nuevo imprevisto en su regreso frustrado del Polo Sur para ampliar la base rusa científica de Vostok. Salvamento Marítimo tuvo que desplegar dos helicópteros –uno para la vigilancia y otro para el rescate– con el objetivo de evacuar al capitán del Sevmorput, Farid Gabbasov, y trasladarlo de urgencia al Hospital Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria por una infección.

Gabbasov, un marino especializado en propulsión nuclear y condecorado por el Gobierno de Rusia, recibió ayer el alta y tiene previsto viajar esta mañana a Madrid, para de allí volar a Moscú y luego a San Petersburgo, en cuyo puerto el barco será reparado. Lo que en un principio se pensó que era una meningitis se quedó en una infección que no reviste gravedad. Gabbasov, que llegó con fiebre alta, fuertes mareos y hasta problemas para hablar, respondió bien a los antibióticos la noche del miércoles y ya ayer estaba recuperado.

Los protocolos marítimos internacionales contemplan que en caso de enfermedad grave entre la tripulación o los pasajeros lo más adecuado es llevar el barco al puerto más cercano para proceder a la evacuación del afectado y a su hospitalización. En este caso, sin embargo, hubo que proceder al envío de dos aeronaves de Salvamento Marítimo debido a que el Sevmorput carecía de permiso para entrar en aguas españolas por su peligrosidad. El helicóptero que trasladó a Farid Gabbasov llegó a las 21:00 horas del miércoles al aeropuerto de Gando, desde donde fue trasladado al Hospital Doctor Negrín para el diagnóstico y tratamiento. Tras su rápida recuperación, hoy regresa a su país.

El capitán Gabbasov al mando del singular buque portacontenedores ruso recibió un certificado de honor del presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, según consta en el Departamento de Comunicaciones de Rosatom, Corporación Estatal de Energía Atómica. Gabbasov es capitán del único buque de transporte rompehielos de propulsión nuclear desde 2007. Farid Gabbasov recibió esta distinción por sus servicios en el desarrollo de la industria nuclear y muchos años de trabajo “concienzudo” como principal responsable de la tripulación del Sevmorput.