España, Portugal, Francia, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Dinamarca, Suecia, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia. Son los 14 países europeos que tiene en la hoja de ruta hasta recalar en su puerto base, en San Petersburgo, el buque nuclear ruso averiado el pasado mes de octubre a 500 millas de la costa de Angola. El Sevmorput, cuyo motor tiene una capacidad para albergar hasta 150 kilos de uranio, vio truncado su viaje a la Antártida, a donde se dirigía con módulos de viviendas prefabricadas, entre otros materiales de construcción, para la base científica de Vostok, tras sufrir la rotura de una de las palas de las cuatro hojas de una hélice y en el eje. El fallo mecánico en el portacontenedores, una mole capaz de cargar más de 1.300 contenedores y 38.000 toneladas y con 260,3 metros de eslora, tan solo 9 menos que el Titanic, llevó a la naviera, Atomflot, a ordenar el regreso a San Petersburgo para poder reparar la avería en los astilleros de Kanonersky, según publica el diario ruso Kommersant.

La previsión es que el carguero, que ayer navegaba a una velocidad media de 10 nudos y que al cierre de esta edición se encontraba a unas 20 millas de la costa canaria de Arrecife, atraque en San Petersburgo el 31 de diciembre y que pase frente a aguas de Fisterra ya este domingo o el lunes próximo.

El viejo portacontenedores, construido en los astilleros rusos de Crimea en la Guerra Fría y que hace solo 5 años estaba condenado al desguace, viaja con 98 tripulantes a bordo, según confirmó el propio capitán tras ser requerido por la Dirección General de Marina Mercante para que comunicase por escrito tanto la situación en la que la que se encontraba el carguero desde el punto de vista técnico-náutico, así como si se había producido algún tipo de emergencia radiológica. Vía email, el capitán respondió que tanto la maquinaria como los equipos mecánicos funcionaban “correctamente” y que en toda la travesía no se había producido “incidente alguno o avería del equipo nuclear a bordo del buque”. Solo un día después de este intercambio de comunicaciones, el capitán tuvo que ser evacuado tras sufrir una indisposición. La intervención de Salvamento Marítimo se produjo a última hora de anoche, una evacuación que dejó al buque a cargo del primer oficial.

El Sevmorput, en el Ártico.

Ante la amenaza que supone un carguero de estas características en las proximidades de la costa española, Marina Mercante vigila cada minuto de navegación como medida de prevención desde los diferentes centros de Salvamento Marítimo mientras permanezca en el entorno de las zonas marítimas españolas. Pero el martes —día en que este periódico adelantó la noticia— el departamento dependiente del Ministerio de Transportes alertó al Consejo de Seguridad Nuclear para “recabar su asesoramiento y colaboración en caso de que fuese necesario”, según avanzó este diario. Desde este organismo informaron ayer a Marina Mercante que este buque no ha comunidado al Organismo Internacional de Energía Atómica ningún tipo de incidente nuclear, notificación que sería de obligado cumplimiento si se hubiese detectado cualquier tipo de anomalía en el carguero que pudiera suponer riesgo de liberación de material radiactivo.

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Una vez sobrepase el archipiélago canario, el supercarguero ruso seguirá su hoja de ruta, que en los próximos días discurrirá frente a las costas de Portugal y Galicia y del resto del Cantábrico, previo paso por Madeira. Las condiciones meteorológicas serán clave para la navegación, La Agencia Estatal de Meteorología y el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera mantienen avisos por fenómenos costeros en toda la fachada atlántica de la península Ibérica, además de Madeira, por olas de entre 4 y 6 metros. Aunque, la predicción apunta a que esta climatología adversa tenderá a remitir en los próximos días.

El supercarguero de propulsión nuclear, partió de San Petersburgo el 5 de octubre rumbo a la Antártida. Según fuentes de la Marina Mercante española, una vez entró en el Atlántico navegó retirado de la costa, con el fin de evitar el centro de control de Fisterra. Se trata de un buque al que la mayoría de los puertos del mundo rechazan su atraque —incluso en Rusia—. Y es que sus características y su historial lo convierten en una bomba con una enorme capacidad de contaminación. El Sevmorput es el único carguero del mundo que usa energía nuclear para su propulsión, utiliza una tecnología desfasada, tiene más de 30 años de antigüedad —fue construido en 1988— y estuvo más de una década en dique seco, primero —entre 1999 y 2001— por retrasos en el reabastecimiento de combustible de su reactor y posteriormente —2007 a 2016— porque Rusia lo borró de su registro para desguazarlo en la chatarra. Pero finalmente, los rusos decidieron recuperar el Sevmorput, que abandonó Murmansk en noviembre de 2015 tras nueve años de parón.