El Parlamento de Canarias ha aprobado este miércoles por unanimidad una declaración institucional en la que condena los actos de racismo y xenofobia que empiezan a aparecer en las islas, especialmente a raíz de la crisis migratoria de este año, con casi 20.000 migrantes llegados al Archipiélago.

El presidente, Gustavo Matos, ha defendido el "compromiso" de la Cámara por difundir los valores de la tolerancia y la buena convivencia y hecho un "llamamiento" al resto de instituciones para que se sumen a esta posición, que incluye también aumentar la "labor didáctica" y "combatir los bulos" que afectan a la población migrante.

Así, ha comentado que los actos racistas y xenófobos aún son "hechos aislados" en Canarias pero entiende que no se pueden "ignorar las señales" que aparecen en algunos puntos del archipiélago, y que pueden "extenderse peligrosamente" al calor de la crisis económica y social derivada de la pandemia.

En esa línea, ha comentado que Canarias "ha sido siempre lugar de tolerancia y convivencia", con un pueblo migrante "hasta no hace mucho", con generaciones de padres y abuelos que "dejaron atrás su hogar" huyendo de la pobreza y las persecuciones políticas, tal y como ocurre ahora con muchos migrantes africanos.

"Entendemos bien la migración y respondemos con solidaridad y respeto", recoge la declaración, que incide también en el "comportamiento ejemplar" de la población, tanto en la crisis migratoria de 2006 como en la actual, poniendo como ejemplo a los vecinos de Órzola, en Lanzarote, que se lanzaron al mar "poniendo en juego su propia vida" para auxiliar en el naufragio de una patera que acabó con ocho fallecidos.

Además, el Parlamento reconoce que las islas no pueden atender solas la crisis migratoria por lo que pide la "implicación del Estado y la Unión Europea.