Usted conoce de primera mano la cuestión migratoria en el Mediterráneo, pero ahora el foco está en Canarias ya que han llegado más de 20.000 personas. ¿A qué atribuye este flujo tan intenso de pateras?

Hay motivos geopolíticos. Externalizar fronteras y financiar a terceros países para que hagan el trabajo de frenar la migración es exponerse a este tipo de extorsión. Debe haber cierta connivencia entre los gobiernos y las salidas. Casualmente, hace poco, se bombardeó el Sáhara Occidental. Un episodio similar al vivido en Turquía cuando el presidente Erdoğan bombardeó a los kurdos y así presionó a la Unión Europea. Aquí ha pasado lo mismo y se ha hablado muy poco de ese bombardeo en el Sáhara. Nos hemos quejado muy poco para ser un gobierno progresista con cierta debilidad por los saharauis.

Una de las diferencias respecto a la ‘crisis de los cayucos’ de 2006 es que gran parte de los inmigrantes que llegan a las Islas son magrebíes. ¿Por qué ocurre esto?

Ese bombardeo que ha hecho Marruecos al Sáhara Occidental no es gratuito. Y que Europa no haya denunciado también es sospechoso. Cómo te digo, esto es geopolítica y extorsión. Utilizar la migración para esto es tráfico de personas. Cuando se habla de traficantes no deberíamos obviar a algunos líderes políticos de los terceros países. Lo vemos en Grecia y en Libia. El flujo migratorio aumenta cada vez que hay que renovar los acuerdos con las milicias libias.

Usted también señala como causa del aumento migratorio al esquilmado de compañías asiáticas y europeas a los bancos de pesca de Senegal.

Exacto. Al abuso que se ha hecho de los bancos de pesca senegaleses. Durante el confinamiento algunas compañías estuvieron esquilmando el mar, y eso trae consecuencias. Lo mismo ocurre con los piratas somalíes: eran pescadores que quedaron sin trabajo y ahora se dedican a piratear a los barcos occidentales que les habían esquilmado el mar. Hablar del número de personas que llegan al Archipiélago es una posibilidad, pero hablar de los motivos por los cuales esas personas deciden dejar sus vidas y venir aquí, es una totalmente diferente. Y esa es de la que tenemos poco conocimiento público.

Algunos partidos de la oposición atribuyen la crisis migratoria al ‘efecto llamada’ de ONG como Open Arms. ¿Cómo se combate este discurso?

No hay que combatirlo porque sencillamente es completamente falso. Ya se ahogaban antes de que aparecieran las ONG, ya moría mucha gente en el Mediterráneo. Salvamento Marítimo lleva décadas rescatando personas en el mar, y no suponen un efecto llamada. Se han puesto embarcaciones de este tipo para salvar a la gente. Desde el Canal de Suez al Estrecho de Gibraltar cada año pasan 97.000 barcos mercantes, son aproximadamente 250 barcos al día. Por lo que la embarcación número 256 no es el responsable de lo que está ocurriendo. Es un flujo migratorio de hace ciclos. Se trata por tanto de un discurso tabernario, fácil de hacer, fácil de explicar porque la gente se lo cree todo. Decir que atraemos la migración es una locura.

Precisamente los mismos partidos de la oposición han criticado la llegada de inmigrantes a la Península.

También algunos apoyan el fusilamiento masivo de personas [risas]. Tonterías puede decir todo el mundo, el problema está en quien las escucha y quien las cree. Los que realmente vulneran los derechos humanos saben que lo hacen, y evidentemente se tienen que acoger a entes supremos como la seguridad, las fronteras, etc. Porque saben que los están vulnerando. Los partidos que defienden las devoluciones en caliente están defendiendo delinquir. En el mar todas las vidas en peligro son importantes, independientemente de sus orígenes, su religión, su sexo o los motivos de su viaje.

¿Qué le parece las medidas que ha puesto en marcha el Gobierno para atajar la crisis migratoria en Canarias?

Mal, todo mal. Y será así mientras se actúe por miedo a la respuesta política de sus adversarios. Su reacción es sencillamente intentar tapar, intentar silenciar. Silenciar los rescates, los desembarcos, la situación de estas personas. Si no vulneras ningún derecho, ¿por qué tienes que tapar? ¿Qué hay que esconder?

Usted ha sido especialmente crítico con el campamento en el Muelle de Arguineguín, en el que se llegaron a hacinar más de 2.500 personas.

Así es. La administración, además de ineficiente, es muy lenta. Ha tenido que lloverle las criticas de todas partes para actuar. Hasta Open Arms se dirigió a los representantes de la Marina Mercante para decirles que podíamos proporcionar un ferri para que estas personas fueran atendidas. Pero nunca llegó a nada la propuesta. No hacía falta que esas personas estuvieran en un muelle.

¿Y cómo valora la respuesta de la Unión Europea ante la crisis migratoria?

La solidaridad europea es una vergüenza. Hablamos mucho de los que llegan a Canarias, pero ¿cuántos quieren quedarse? Ninguno. La mayoría está buscando ubicarse en países donde tienen conocidos o familiares. El destino no es España, solo es un país de tránsito. Europa abandona a su frontera sur cuando el problema es global. Echamos de menos la solidaridad comunitaria. Ya que de la misma manera que se reparten los que desembarcan en el Mediterráneo central deberían repartirse los que llegan a Canarias. Además, hay que trabajar en origen que no se está haciendo. La inestabilidad que hay en África es la consecuencia de las ventas de armas. Es el resultado de las políticas exteriores.

Open Arms tiene varios conflictos con países europeos. ¿La Unión Europea ve la ONG como una amenaza?

Ahora mismo el Open Arms es el único barco que navega por el Mediterráneo. El resto están bloqueados. Sabemos que nos bloquean porque somos testigos incómodos y denunciamos lo que está ocurriendo. Hemos sido criminalizados constantemente, hemos salido indemnes de todas las demandas y juicios. Estamos judicializando a quien nos estaba criminalizando, así que lo importante es que se ha difamado.

La ruta Atlántica es una de las más mortíferas. ¿Baraja Open Arms estar presentes aquí en el futuro?

Hemos estado durante meses en Fuerteventura con el Astral, monitorizando. Pero aquí se está haciendo muy buen trabajo, no es lo mismo que en el Mediterráneo central, que no hay nadie. No hay barcos que atiendan este tipo de incidencias, y aquí sí que los tienen. Nosotros siempre estamos encantados de echar una mano, pero no es nuestro trabajo. Nuestro trabajo es que la administración haga el suyo. En España lo está haciendo con Salvamento Marítimo, pero Europa no lo está haciendo en el Mediterráneo central y seguiremos luchando por eso.