La propuesta sobre asilo e inmigración presentada a finales de septiembre pasado por la Comisión Europea es un “buen punto de partida” pero es “desequilibrada” y no permitirá reducir la presión migratoria sobre los países de primera línea en la frontera exterior de la UE y que más sufren la presión. Así lo han denunciado los mandatarios de España, Italia, Grecia y Malta en un documento remitido esta semana al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y de la presidencia de turno de la UE, Angela Merkel.

“Grecia, Italia, Malta y España aprecian los esfuerzos de la Comisión Europea al proponer el nuevo pacto sobre asilo e inmigración y reconocen que la propuesta representa un punto de partida constructivo” pero “los desequilibrios que vemos en los elementos propuestos sobre solidaridad y responsabilidad deben ser abordados para dejar muy claro que la distribución equitativa de la carga es un factor esencial para una auténtica política europea de asilo e inmigración”, avisan Pedro Sánchez, Giussepe Conte, Kyriakos Mitsotakis y Robert Abela. En esencia, los cuatro mandatarios reclaman lo mismo que ha pedido hasta la saciedad el Gobierno y la sanidad canaria a Madrid: nohacer del Archipiélago un tapón o una isla cárcel como ocurre en Italia con Lampedusa o en Grecia con Lesbos. La negativa a los traslados hacia la Península, para que los migrantes puedan seguir su camino hacia el continente, se ha traducido en un plan de emergencia elaborado por el gobierono de Sánchez para habilitar 7.000 plazas de acogida en tres de las islas del Archipiélago –Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura–.

El documento enviado a Bruselas –de cuatro páginas y fechado el pasado 23 de noviembre– resume el sentir de los cuatro países respecto a los planes migratorios propuestos para tratar de impulsar una reforma que esquive el veto de países como Hungría o Polonia –opuestos a la reubicación de refugiados– pero permita al mismo tiempo reducir la presión migratoria sobre los países de entrada.

España, Italia, Grecia y Malta reprochan a Bruselas que mientras que las responsabilidades de los países de primera entrada son “estrictas”, el mecanismo de solidaridad para descargar la presión que afrontan es “complejo” y “vago”, con una flexibilidad a la carta en función de “las circunstancias”, a través de reubicaciones, de apoyo operativo o el patrocinio de retornos.

Su contrapropuesta para evitar que los países que se niegan a acoger inmigrantes se escuden en vías alternativas: mantener la noción “de reubicaciones obligatorias”, que debe ser “la principal herramienta de solidaridad”, e incluir “salvaguardas suficientes” para garantizar una implementación exitosa de los retornos que otros países puedan patrocinar.

“La predictibilidad es un elemento crucial de la solidaridad en el pacto” y las soluciones basadas en una fictio juris (ficción legal) de no permitir la entrada en la UE de aquellos que no sean elegibles para la protección internacional son irrealistas y no funcionarán”, advierten .

Otro ámbito que les preocupa es la dimensión exterior, que debe seguir siendo un elemento clave. “Tenemos que invertir en relaciones políticas con nuestros socios migratorios, particularmente en los países de la vecindad sur”, reivindican. En cuanto a los retornos de inmigrantes, uno de los pilares para Bruselas, consideran que para los retornos patrocinados propuestos por la Comisión sean eficaces debe haber plazos y modalidades claras e involucrar a los países terceros a través de “incentivos positivos”.