La última visita a Canarias de Carolina Darias como ministra del Gobierno de España, el pasado día 13, fue para realizar una primera presentación del plan de choque del Ejecutivo de Pedro Sánchez para abordar la emergencia migratoria en Canarias. Fue una visita tirando a rutinaria y en calidad de adelantada de otros miembros del Consejo de Ministros que se encargarían más tarde de hacer los anuncios más concretos y específicos. Fue una especie de encargo para tratar de calmar los ánimos del Gobierno regional y del conjunto de la sociedad canaria sobre lo que se entendía como un abandono del Archipiélago a su suerte por la llegada masiva de inmigración irregular a sus costas, y para tratar de combatir la imagen de descoordinación ministerial al respecto.

Darias, la ministra canaria titular de la cartera de Política Territorial y Función Pública, no se está destacando precisamente por su implicación en esta crisis que convulsiona a las Islas y se ha convertido en uno de los asuntos centrales de la agenda del Ejecutivo central y de toda la política nacional. Se cuestiona el papel que desempeña –que algunos consideran “inoperante” o “en contra de las reclamaciones que se hacen desde Canarias”– , y no falta quien en el grupo socialista en el Congreso asegure que su implicación deja tanto que desear que la interlocución y la comprensión hacia Canarias es mayor por parte del ministro José Luis Ábalos –con quien no han faltado tiranteces– que con la canaria.

Como ministra del departamento de relación con las comunidades autónomas se entiende que su competencia en la crisis migratoria es limitada, pues está supeditada a la dinámica y las acciones de los ministerios responsables directos de la gestión, fundamentalmente Interior y Migraciones, además de los de Defensa y Asuntos Exteriores. Pero ella ha participado en las varias reuniones al más alto nivel que se han celebrado en La Moncloa con el propio Sánchez y con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, cuando hace varias semanas el Gobierno empezó a tomar conciencia de la gravedad de la situación en las Islas. Fueron intentos de poner en marcha una mínima coordinación ministerial y superar los enfrentamientos en el seno del Gobierno sobre cómo abordar la crisis. Si bien la disparidad de criterios sobre distintos aspectos de problema ha impedido una acción más determinante.

Así, mientras el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, imponía su criterio de no derivar migrantes de forma masiva al resto del a Península, el titular de Migraciones, José Luis Escrivá lo estimaba como la única alternativa a la situación de hacinamiento que se producía en la carpa provisional del muelle de Arguineguín sin que ningún otro integrante del Ejecutivo apoyara esta medida. Paralelamente, ambos ministros reclamaban de la ministra de Defensa, Margarita Robles, la cesión de espacios e instalaciones del Ejército para la ubicación de los migrantes, lo que finalmente se ha conseguido.

Ni en sus comparecencias públicas, ni en los debates internos, Darias ha expresado claramente su posición al respecto. Desde el Gobierno de Canarias consideran que si bien “comparte algunas de nuestras posiciones, nunca nos ha llegado su apoyo firme”. “Nos gustaría un poco más de ‘cariñito’ por su parte”, reconocen gráficamente los dirigentes consultados, recordando que en la mencionada última visita a las Islas se limitó a apoyar la posición oficial de Interior de centrar la política migratoria en la “repatriación” de los migrantes a sus países de origen y, entre tanto, ubicarlos en los espacios que se están habilitando.

La sensación que cunde entre las fuerzas políticas canarias y en el propio Ejecutivo de Torres es que Darias no abandonará su conocida habilidad para no provocar problemas en el espacio político e institucional en el que se mueve. “No se le pasa por la cabeza” invadir el terreno de otros compañeros de gabinete. No va a cuestionar las actuaciones de otros ministerios, en especial si se trata de uno tan clave desde el punto de vista político como el de Interior, aunque fuera para defender las posiciones del Ejecutivo regional, y menos aún si cree, como es el caso, que el propio Pedro Sánchez avala la posición de Marlaska.

La derivación de migrantes a la Península se ha convertido en todo caso en un asunto muy sensible dentro del Gobierno central porque la controversia interna a este respecto afecta ya directamente a La Moncloa tras conocerse que Sánchez habría apoyado, en una conversación telefónica con Torres el pasado domingo, la necesidad de “solidarizarse” con Canarias. A Darias se le reclama en este sentido que como la responsable de Política Territorial, y por tanto de coordinar políticas con el conjunto de las comunidades autónomas, podría estar trabajando por conocer la disponibilidad de todas ellas para acoger a una parte de los migrantes que ahora colapsan las instalaciones en Canarias. Este debate es tan intenso en estos momentos que ocupa de lleno al Ejecutivo.

Ábalos, principal interlocutor

Tal es el malestar por la falta de empatía de Darias hacia las posiciones canarias que Torres y su equipo han acabado por apartar a la que fuera consejera de Economía del Ejecutivo regional como interlocutora principal con Madrid y hablar directamente con Ábalos como principal ministro político. Se recurrió a él y no a la ministra canaria incluso para presionar a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para la aprobación del decreto de prórroga de los incentivos de la RIC y la ZEC, que finalmente se produjo el pasado día 17.

Este bajo perfil de Darias en la crisis migratoria, e incluso en relación con las demandas isleñas en materia presupuestaria y de rescate de la economía regional por el parón del sector turístico, es lo que también lleva a los partidos de la oposición y a los diputados y senadores de CC y PP a referirse a ella como “la ministra desaparecida”, recordando además que sigue sin activar la Comisión Bilateral Canarias-Estado para llevar a cabo las transferencias que contempla el reformado Estatuto de Autonomía. Ayer mismo el senador de CC, Fernando Clavijo, recibió una respuesta por parte del departamento de Darias en la que se informaba que la nueva comisión derivada del texto estatutario “aún no se ha constituido” y que el Gobierno no tiene aún un calendario de posibles reuniones para activarla.

Entre los reproches a Darias se señala que intentó frustrar el decreto canario que exige test PCR negativo de coronavirus a los turistas que visitaran las Islas alegando que invadía competencias, y que cuando Canarias intentó una vía propia para la desescalada tras el confinamiento, amparada en la menor incidencia de la pandemia en términos sanitarios respecto a la Península, ella se opuso e impidió esa autogestión isleña con la excusa de que Cataluña y el País Vasco iban a pretenderlo también. “Podría jugar un papel mucho más preponderante como ‘ministra canaria’ que conoce la situación que estamos sufriendo”, afirman desde el Ejecutivo regional.