Un dictador bajito, con un “bigotillo” característico y una voz muy peculiar. Así definen algunos jóvenes canarios a Francisco Franco, que para la mayoría de ellos es solo un personaje de los libros de historia con demasiada presencia en la vida política y social del país, a pesar de que el pasado 20 de noviembre se cumplieron 45 años de su fallecimiento. Lo que conocen de su figura se basa en lo poco que aprenden sobre él en las clases de Bachillerato, apenas unos párrafos en los temas finales del libro, y también de lo que les trasladan sus familiares.

“Creo que actualmente se habla demasiado de él y se le da mucha importancia a cosas que para las nuevas generaciones no la tienen”, asegura Gara Díaz, una joven grancanaria de 20 años que se sorprende de que todavía algunos familiares del dictador sigan teniendo presencia en la televisión. “Ves al nieto de Franco en las noticias defendiendo la propiedad de una casa, no le encuentro sentido a que se le dé importancia a eso ahora, debería de estar en un segundo plano”, manifiesta.

Sin embargo, Díaz es consciente de que esta “excesiva” presencia puede ser debida a que todavía quedan aspectos sin resolver de los casi 40 años de dictadura que vivió España. “Me parece bien que se saquen a los represaliados de las fosas y se elimine el nombre de calles de personalidades vinculadas a la dictadura, pero que no se le dé tanta importancia a ese señor”, valora.

Para el palmero Diego Barreto la figura del dictador y aspectos relacionados con su régimen “tienen más presencia de la que deberían tener en la actualidad, porque aunque sea una persona importante en la historia del país, estamos en el punto que estamos y ya hace muchos años que murió”.

Por eso, reconoce que no presta excesiva atención a los temas relacionados con el dictador o el régimen que de manera recurrente saltan a la actualidad. La exhumación de su restos del Valle de Los Caídos o más recientemente el debate de la Ley de Memoria Histórica y Democrática son acontecimientos que para Barreto quedan muy alejados de su interés.

Exhumación

“Que se haya exhumado al dictador Franco es algo que todos debemos conocer porque tiene un interés histórico, pero al no haber vivido esa época para mi ha pasado un poco de refilón”, argumenta Raúl Moreno, un joven de Lanzarote de 23 años.

Bajo su punto de vista, la aparición de partidos con ideología de ultraderecha en el escenario político español ha agitado el ideario franquista y “personas que antes se callaban ahora están alzando la voz”, lo que hace que parezcan tener una mayor presencia en la sociedad.

Moreno rechaza como en la actualidad los partidos políticos “tratan de ganar votos agitando el fantasma de la dictadura en uno y otro sentido”, pero advierte que esa estrategia tiene que tener un punto final, ya que cree que a las nuevas generaciones no se les seduce sacando estos temas “una y otra vez”.

Lo que sí tienen claro los jóvenes canarios es que no imaginan su vida en una dictadura como la que gobernó España durante casi 40 años el siglo pasado. “Nunca lo he pensado, vivir en una sociedad en la que no puedes decir lo que piensas, muchos dicen que con Franco se vivía mejor, pero yo no lo defiendo”, considera Yamilé Esther Curbelo, de Fuerteventura.

Alba Jiménez cree que le sería muy difícil vivir con un régimen político “en el que la diversidad esté tan controlada”, ya que recuerda que durante la dictadura “por ejemplo la homosexualidad estaba prohibida”. Un veto que para esta joven tinerfeña todavía tiene sus efectos en la actualidad, ya que aunque considera que se ha avanzado mucho “hay muchas personas que todavía están ancladas en ese pensamiento del pasado y tienen actitudes homófobas e incluso racistas”.

Formación escasa

Lo poco que Jiménez conoce de la Guerra Civil es que “llamaron a mi tío abuelo para que luchara en la guerra y de hecho murió allí” y que “en Canarias no llegó a repercutir tanto como en otras zonas”. Reconoce que ha escuchado muchas cosas malas de Franco “pero también otras buenas” como que abrió Tenerife, su isla de procedencia, al turismo.

“No había partidos políticos, ni libertad de expresión”, concreta Yamilé Esther Curbelo, pero asegura desconocer la causa concreta que llevó a Franco a convertirse en dictador de España.

Todos reconocen que la información que reciben sobre la figura de Franco y su dictadura en el instituto es muy escasa, pero José Curbelo, estudiante de Historia de 21 años, también admite que en toda la carrera tampoco ha escuchado hablar mucho de él. “Este contenido se da en una asignatura de cuarto que es optativa”, asegura y aunque él ha decidido cursarla “hay alumnos que se gradúan sin tener ni idea del tema”.

Para el majorero “los políticos utilizan este tema para ganar votos valiéndose del desconocimiento que tiene la juventud, juegan con nuestra ignorancia” y mantiene que “no les conviene” ya que si esto ocurriera “la gente empezaría a cuestionarse por qué somos una monarquía o tenemos este sistema democrático”. Por eso, considera que “conviene sobre todo hacer ruido con temas como el Valle de los Caídos, pero no ir al fondo de la cuestión, ya que, por ejemplo, mucha de la documentación del franquismo continúa siendo secreto de estado”.