Hace tan solo dos meses se presentó el nuevo pacto europeo de migración ¿Está usted de acuerdo con el contenido?

El pacto es una decepción. Es otra oportunidad perdida de la Unión Europea para establecer una política de migración realista, común, y eficaz. Además, es una oportunidad perdida para establecer un sistema común de asilo. En Europa hay 27 sistemas de asilo diferentes, tantos como países miembros existen. Es muy decepcionante. Yo me atrevo a decir que es el pacto de las dos mentiras.

¿Cuáles son esas dos mentiras?

Ni es un pacto, ni es sobre migración y asilo. Es una propuesta que presenta la Comisión Europea, y que nosotros sepamos no ha sido pactada con nadie. Menciona una serie de conversaciones, pero un pacto es un acuerdo entre partes y aquí solo hay una: la Comisión Europea. Y la segunda mentira es que no es un pacto de inmigración y asilo, es un pacto de control de fronteras. Pone hincapié precisamente en la excepción: la migración irregular y clandestina. Este tipo de llegadas son anecdóticas comparadas con el número masivo de inmigrantes que trabaja y vive en la UE.

En Canarias preocupa que la idea de Europa sea convertir a las Islas en una ‘cárcel’ de migrantes ¿Es ese es el planteamiento de la UE?

Hay cierto riesgo de que eso ocurra, solo hay que mirar a Lampedusa o a Ceuta y Melilla. El Ministerio del Interior impide la libertad de movilidad de los solicitantes de protección internacional en estos territorios y ahora, desde luego, en Canarias. Interior establece así las válvulas de control de los focos migratorios hacia la Península. Pero esto es ilegal. El Tribunal Supremo establece en una sentencia de junio de 2020 que un solicitante de asilo tiene libertad circulatoria para moverse por todo el territorio español. Además, tenemos la paradoja de que el 60% de los dispositivos de acogida de solicitantes de protección internacional en la Península están vacíos. Y en Canarias vemos el hacinamiento inaceptable de Arguineguín.

Algunos días allí duermen más de 2.000 personas.

Lo que ocurre allí es impropio de un Estado de Derecho y de una sociedad democrática de la Unión Europea. Se beta el acceso a los medios de comunicación y no se garantiza la asistencia letrada. Esto es responsabilidad del Ministerio del Interior. Ellos están facilitando que la población perciba a la migración como un peligro de índole sanitario, de índole securitario. La dejadez facilita que una cuestión como esta se pueda pudrir. Tienen que darse condiciones dignas y trasladar a los inmigrantes a la Península.

El aumento de migración ha provocado algunos episodios racistas en el Archipiélago ¿Cómo se combate contra eso?

Ahí también hay una responsabilidad institucional. Ya lo hemos visto en Lampedusa, la población local se cansa y se harta. Porque son territorios con situaciones económicas difíciles, más en el contexto de pandemia, y no tienen que ser responsables exclusivos de acoger a los que llegan. Tiene que haber una respuesta institucional eficaz. Yo rogaría a Interior que evite conflictos de convivencia y también ruego radical confrontación a los discursos de la extrema derecha que intentan hacer demagogia y populismo, para políticamente rentabilizar un drama como es la inmigración irregular. Más en un contexto vulnerable como es la insularidad canaria. Hay que ser muy contundente.

¿Por qué se ha retrasado tanto la respuesta a la crisis migratoria en las Islas?

Porque al Estado le interesa llegar al punto de que los migrantes entiendan que si llegan a Canarias no van a poder trasladarse a territorio peninsular, y así desincentivar las llegadas a las Islas.

¿Y cuál es la forma correcta de abordar el fenómeno migratorio?

Lo primero que tiene que hacer la Unión Europea es establecer una política realista y esto pasa por aceptar que la UE necesita población extranjera para cumplimentar determinadas carencias de los mercados laborales. El segundo elemento es habilitar mecanismos legales de llegada de población extranjera. Y en el momento en el que se habiliten estos dos extremos, evidentemente la irregularidad decaerá. Lo que no se puede hacer es solamente perseguir la irregularidad sin permitir que las personas lleguen.

Pero no todos los estados miembros son igual de solidarios.

Claro que no, el resultado del pacto de migración europeo no es una casualidad. Lo que ha hecho la Comisión Europea es establecer un mínimo común denominador. Y el mínimo común denominador es en base a las exigencias del grupo formado por Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia. Los cuatro países que tienen posiciones más ultraderechistas en materia de migración. Xenofobia, racismo institucional, etc. son países que mantienen una posición extremadamente dura. Pues la CE lo que ha hecho es plegarse a las mínimas expectativas de esos cuatro países: control, represión, Europa como fortaleza y securitización de la migración.

¿Qué escenario se abre para Europa con la victoria de Joe Biden en Estados Unidos?

Parece ser que el señor Biden opta más por una vía multilateral y, por lo tanto, de retorno a los grandes acuerdos internacionales. Bueno, vamos a ver que ocurre en las relaciones de EE.UU. con el vecino del sur, la gestión de flujos migratorios de centro América hacia el país a través de la frontera mexicana. Ya veremos que pasa.