Alrededor de 450 personas han fallecido o permanecen desaparecidas en lo que va del presente año al intentar llegar a la Unión Europea (UE) a través de la denominada ruta atlántica, que contempla el paso de dichos migrantes por el Archipiélago canario. Casi la mitad de esos fallecimientos o desapariciones se han registrado en los últimos días, con la explosión y el naufragio de un cayuco frente a las costas de Senegal, donde se perdió el rastro de unos 140 subsaharianos, y el naufragio de una segunda embarcación, con las mismas características de la primera, con otros 59 migrantes fallecidos en aguas próximas al litoral de Mauritania.

El periodista y delegado de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Canarias, Txema Santana, explica que "estamos ante una nueva tragedia en la ruta Canaria, que es una de las más peligrosas del mundo". En opinión de Santana, esta denominación se aplica "tanto por el número de personas fallecidas y también por lo que Naciones Unidas llama naufragios invisibles".

Aclara el representante de CEAR en las Islas que "por naufragios invisibles" se conoce a aquellos en los que están implicados barcos "de los que hay constancia de salida, pero no de llegada a ningún lugar; o se los ha tragado el mar o pasaron Canarias de camino hacia ningún lugar, posiblemente". "Volvemos a constatar que la ruta canaria se vuelve más peligrosa cuanto más lejos salen las embarcaciones", afirma. Según manifiesta este experto del fenómeno migratorio, "en los últimos meses, sobre todo en septiembre y octubre, los barcos han estado saliendo desde el Sur de Mauritania e, incluso, varios de ello desde Senegal".

A juicio del delegado de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, "estas embarcaciones llevan a muchas más personas y, por otro lado, los trayectos son más largos y las carencias de víveres se vuelven más agudas, por lo que todo esto comporta mucho más riesgo para los ocupantes".

Un barco con 195 personas

Aquellos cayucos que parten de Senegal suelen ser de madera y tienen una mayor capacidad para acoger migrantes que las embarcaciones de fibra fabricadas y que salen desde Mauritania. En esa línea, cabe mencionar que hace pocos días uno de esos cayucos realizados en madera llegó hasta el puerto de Los Cristianos con 195 subsaharianos a bordo.

"Lamentamos profundamente que la organización internacional de las migraciones (OIM) haya confirmado el fallecimiento de esas 140 personas que partieron de Senegal, al Sur de Dakar, y sufrieron la explosión de un cayuco que salió hace unos días; y, por otro lado, la confirmación por parte de las autoridades mauritanas de la muerte de, al menos, 59 personas ayer". Este último hecho se conoció por el testimonio de un superviviente que fue rescatado.

Barcos desaparecidos

"Todo esto es lo que sabemos, pero luego está lo que no sabemos, que intuimos", recuerda Santana. Aclara que "igual de importante es saber que está habiendo detenciones por parte de las autoridades de Senegal o Mauritania de personas que tratan de llegar a Canarias, donde la precariedad y la vulnerabilidad se vuelve, si cabe, más insoportable". El portavoz de CEAR dice que "esos migrantes arrastran una deuda para venir en cayuco o patera".

Y pone el acento en que, en las últimas semanas, se han incorporado a la ruta canaria personas que se han visto afectadas por la crisis económica generada por la pandemia en Marruecos o Senegal, ya que eran los únicos que ganaban dinero para sus familias y se han quedado sin trabajo, "por el frenazo turístico o el cerrojazo económico". Santana cree que esto es un ejemplo de la evolución de las características de esta ruta migratoria.

El muelle de Arguineguín

El muelle de Arguineguín, en el Sur de Gran Canaria, donde se congregan los inmigrantes que llegan de manera irregular a la mencionada isla, podría estar vacío de personas o "reducido a la mínima expresión" en breve, aseguró el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana. Según informó la agencia Efe, el embarcadero acogía el pasado miércoles a 520 inmigrantes llegados en los últimos días en varias embarcaciones, y a última hora, se reubicó a 140 de ellos.

Después de "tres días de cierta tregua" en los que no han llegado inmigrantes por mar a las islas, la Delegación del Gobierno confía en ir vaciando el muelle, que ha llegado a albergar a 1.400 personas en los peores momentos, indicó Pestana.

Esta situación "dependerá de la evolución en la llegada de embarcaciones" a Gran Canaria, después de que el último mes haya sido "uno de los peores de la inmigración en Canarias" con "momentos difíciles", aseguró el representante del Gobierno del Estado en el Archipiélago. Asimismo, se intenta que los establecimientos turísticos acojan el menor número de inmigrantes, ya que se pretende realojarlos en otros centros.

En 2020, 11.800 personas

En lo que va de año, han llegado por mar a Canarias unos 11.800 inmigrantes en situación irregular y algunos de ellos, cuya cifra Pestana no precisó, han sido derivados a la Península, en especial los solicitantes de asilo y personas vulnerables, como mujeres con niños.

Asimismo, hay inmigrantes que viajan fuera de Canarias por sus propios medios con documentación que lo permite, dijo el delegado del Gobierno. Pestana destacó también que "las repatriaciones se abren poco a poco", como sucedió con Mauritania y Senegal, después del cierre de fronteras provocado por la pandemia del coronavirus, y como parte de la política migratoria del Estado.