La explosión de un cayuco el sábado que acababa de salir de la costa de Senegal en dirección a Canarias y la desaparición de más de un centenar de migrantes, casi todos jóvenes, ha conmocionado a aquel país africano, cuya Armada busca a los integrantes de la embarcación. Según publicaron ayer los medios senegaleses, la embarcación que transportaba a los migrantes se incendió en el mar y varias personas perdieron la vida tras la deflagración, entre ellos jóvenes del distrito Pikine de Saint Louis, que llora estas pérdidas. La gendarmería senegalesa está realizando misiones de investigación para encontrar los cuerpos de los desaparecidos.

No obstante, las autoridades senegalesas enfatizan que el número de desaparecidos permanece indeterminado. La gendarmería confirmó que 51 supervivientes del accidente fueron rescatados y entregados a la policía para poder investigar lo sucedido. El suceso sumió a toda la ciudad de Saint-Louis en una confusión total ya que al menos 20 jóvenes de esa ciudad, que querían ir a Europa a buscar una vida mejor, perecieron en el océano, todos ellos procedentes del distrito Pikine. Según los medios senegaleses la salida de cayucos ha aumentado en las últimas semanas en Senegal. El pasado viernes la Armada francesa y una patrullera española interceptaron al menos a 164 migrantes entre Dakar y Mbour.

La situación económica y social del país ha empeorado notablemente en los últimos tiempos debido a la falta de empleo y de oportunidades para los jóvenes, lo que ha provocado el regreso del fenómeno de la inmigración ilegal en un escenario similar al de hace 14 años, cuando cientos de cayucos salían de las costas senegalesas en dirección a Canarias.Alta tasa de paro

La altísima tasa de desempleo ha supuesto un gran fracaso de la política de empleo del régimen de aquel país. El actual jefe de Estado, entonces candidato a su propia sucesión en 2019, había prometido un millón de puestos de trabajo a los jóvenes durante la campaña presidencial, algo que no ha sucedido y ha sumido al país en una grave crisis.

Por otro lado, la policía senegalesa se está movilizando para desmantelar las redes mafiosas que se lucran con la inmigración irregular. Este pasado fin de semana las fuerzas policiales de la ciudad de Mbour desmantelaron la mayor banda de traficantes de migrantes realizada hasta ahora, con la detención de cuatro personas, embarcaciones, dinero y otros medios para facilitar la salida de embarcaciones hacia Canarias. Un operativo planeado desde hace días procedió el sábado al arresto de un conocido traficante de migrantes y tres de sus acólitos. La búsqueda permitió descubrir diverso material como dos motores fuera borda, un tanque de gasolina vacío, utensilios de cocina y cinco bolsas de viaje. Además se incautó una suma total de un millón cuatrocientos veinticuatro mil ochocientos francos franceses, recaudados de los candidatos a la emigración ilegal. También fue incautado un automóvil encargado de transportar a los migrantes. Según los medios senegaleses, estos traficantes ya han enviado una de sus canoas a España y otra embarcación debía partir de Mbour el sábado hacia Canarias.

Según informaciones de medios nacionales y africanos, la presión migratoria en las Islas tiene todos los visos de mantenerse durante los próximos meses. Los servicios de información españoles han detectado una importante concentración de subsaharianos en el sur de Mauritania dispuestos a dar el salto a Europa y la situación económica de Marruecos agravada con la pandemia está empujando a cientos de marroquíes al Atlántico. La cooperación con Senegal, Gambia o Mauritania para prevenir las salidas y reactivar los retornos es buena, pero, según fuentes gubernamentales, debe ampliarse y reforzarse.

En relación con la llegada de embarcaciones a las costas de las Islas, los 120 ocupantes de las dos pateras que llegaron ayer a Canarias elevan a 2.081 las personas que arribaron durante la semana por sus propios medios o fueron rescatadas de las 76 barcazas en las que navegaban en esta ruta migratoria. Un grupo de 68 inmigrantes, todos varones y entre los que podría haber 22 menores de edad, logró tomar tierra ayer tarde en la costa sureste de Tenerife, concretamente a la playa de Las Galletas, según informó a Efe Salvamento Marítimo y el 112.

Esta fue la segunda embarcación llegada ayer. La primera la conformaron otros 52 ocupantes subsaharianos, entre ellos dos mujeres, de una patera que Salvamento Marítimo rescató por la mañana al sur de Gran Canaria y posteriormente desembarcada en el muelle de Arguineguín. En las 76 barcazas llegadas durante la semana al Archipiélago había 2.081 personas, a razón de unas 297 al día. Durante el fin de semana más de un millar de migrantes han dormido en el campamento improvisado instalado en la explanada del muelle de Arguineguín a la espera de que se les busque un realojo, algo que ha provocado críticas desde todas las administraciones, incluso la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, advirtió con llevar la situación que se vive en Arguineguín a los tribunales.Más complejos turísticos

Ayer Cruz Roja comunicó que tiene previsto trasladar a unos 300 migrantes que ya han completado su proceso de filiación en el muelle de Arguineguín y han recibido un resultado negativo en los test de coronavirus a un complejo turístico de Puerto Rico. La última cifra facilitada por los responsables de este campamento de emergencia corresponde al viernes, cuando 1.261 personas pernoctaron allí en tiendas de campaña. Hasta esta semana, el Ministerio de Migraciones había habilitado en torno a 3.500 plazas de primera acogida en Canarias para hacer frente a nueva crisis migratoria que viven las Islas.