Los hoteleros están dispuestos a ceder establecimientos cerrados para acoger a los inmigrantes que han llegado en pateras en las últimas semanas y a los que el Gobierno central no ha sido capaz de dar un alojamiento digno. No fue hasta el miércoles, ya con más de 200 personas hacinadas en la media docena de carpas instaladas en el puerto de Arguineguín, en Gran Canaria, cuando la Delegación del Gobierno se puso en contacto con la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de la provincia de Las Palmas para pedirle su colaboración. La respuesta de la patronal no se ha hecho esperar y los empresarios ya han manifestado su intención de colaborar en todo lo que esté en su mano, de entrada poniendo a disposición instalaciones de su propiedad para acoger a estas personas. Se trata fundamentalmente de apartamentos sin actividad pero con todo lo necesario para acabar con una situación que se le ha ido de las manos al Gobierno estatal. Apartamentos "modestos pero dignos" que servirán para solventar la palmaria carencia de instalaciones que ha dejado al descubierto el repunte de la inmigración irregular.

El presidente de la FEHT, José María Mañaricua, explicó ayer que, "como no puede ser de otra manera", los hoteleros arrimarán el hombro para ayudar al Gobierno. Primero por las personas que están malviviendo en el puerto de Arguineguín, buena parte de las cuales llevaban el miércoles más de cinco días en un lugar que no cumple las mínimas condiciones de seguridad y salubridad; y segundo porque "tenemos la obligación de no permitir que haya nadie en las calles". El representante de la federación empresarial recordó las imágenes de indigentes en los aeropuertos de Gran Canaria o Tenerife Sur e hizo hincapié en que los hoteleros no van a quedarse al margen del problema. "Hemos respondido inmediatamente, hemos facilitado los datos necesarios y hemos manifestado que estamos en disposición de ayudar; ni por el orden público ni por la salud pública, máxime en medio de una pandemia mundial, podemos permitir que haya personas sin un alojamiento en condiciones dignas", ahondó Mañaricua.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, visitará Canarias la próxima semana, en principio el próximo miércoles, para analizar junto al Ejecutivo regional los sistemas de detección de pateras y las condiciones de acogida de los migrantes. Así lo avanzó en rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno el portavoz del Ejecutivo, Julio Pérez, quien señaló que hoy viernes, en la continuación de la sesión, se abordará la situación ante el incremento en la llegada de las embarcaciones en los últimos días y su falta de detección, poniendo como ejemplo la que llegó este jueves al centro de Arrecife.

Pérez negó que el posicionamiento del Gobierno de Canarias sea "tibio", pues en las reuniones con los distintos departamentos del Estado se ha exigido que mejore la detección y atención en frontera y se permita la circulación de los migrantes "que quieren ir a Europa". "No hemos sido tibios", insistió.

Hasta ayer, cuando llegaron cuatro nuevas barcazas con 112 migrantes a bordo, según los primeros cálculos, 1.400 personas llegadas en patera estaban alojadas en los centros de Gran Canaria, unos en las carpas de Arguineguín (de donde ayer fueron trasladados al fin parte de los migrantes) y hasta un centenar en el terrero de lucha de la localidad de Arinaga. Las 3.933 personas llegadas a las Islas desde principios de año, cifra que no incluye a las que arribaron al Archipiélago en las pateras detectadas ayer, suponen un incremento del 573,5% respecto del mismo periodo de 2019, cuando llegaron 584. Solamente el mes pasado alcanzaron las costas canarias a bordo de pateras o cayucos cerca de 800 migrantes, exactamente 797 personas.