El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y vecinos del municipio rechazaron ayer el traslado de contagiados de la Covid-19 al centro de inmigrantes de Tunte y consiguieron que no se acoja en esas instalaciones a las 13 personas que han dado positivo en las pruebas con PCR. Tras un día de tensión en los alrededores del albergue, donde incluso se levantaron barricadas para impedir el paso a los vehículos policiales, la presión de los vecinos obligó a llevar a esos afectados de coronavirus a otros centros de la Cruz Roja.

Ya de noche, entre forcejeos de vecinos y policías a la llegada de la guagua, 28 de los 71 inmigrantes que estaban bloqueados desde el pasado domingo en el puerto de Arguineguín quedaron instalados en Tunte, donde pasarán la obligada cuarentena de todos los que llegan en pateras.

La primera información sobre el traslado de los inmigrantes infectados con Covid-19 la difundieron por la mañana los propios vecinos de Tunte, al percatarse de que los 80 subsaharianos acogidos desde hace cuatro meses en las instalaciones del aula de la naturaleza estaban siendo derivados en dos guaguas a otros centros de la Cruz Roja en la isla.

Después fue el propio Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana el que comunicó que la Delegación de Gobierno estatal pretende utilizar ese centro para realizar la cuarentena de los 13 inmigrantes que han dado positivo en las pruebas Covid-19, todos ellos alojados desde el domingo en dos carpas de la Cruz Roja ubicadas en el muelle de Arguineguín. En la patera viajaban un total de 71 personas, que permanecieron los tres días en ese puerto.

En la nota del gobierno municipal, el alcalde en funciones, Samuel Henríquez, expresó su "oposición clara a esta decisión", principalmente por la falta de comunicación y coordinación que ha existido por parte de la Delegación del Gobierno. "Nos hemos enterado por los vecinos del pueblo y una decisión de este calado merece un tratamiento oficial y un mayor respeto a nuestra administración", subrayó el edil.

Entre otros argumentos, el Ayuntamiento se opuso al traslado de los inmigrantes contagiados de coronavirus porque supone un cambio negativo para los 80 usuarios que ya estaban en esa residencia, personas que se han integrado en el pueblo y que participan de sus actividades.

"Este nivel de integración ha costado meses, no ha sido fácil para nadie, pero por fin se habían convertido en unos vecinos más, estamos hablando de personas que buscan una nueva vida e integrarse; en Tunte lo hemos conseguido, no entendemos esta decisión", concluyó el alcalde en funciones.

Mientras el gobierno municipal, formado por un pacto entre PSOE, CC y NC, hacía gestiones ante la Delegación del Gobierno para intentar frenar el traslado, un grupo de vecinos convocó a toda la población de Tunte, en la plaza del Ayuntamiento a las 20.00 horas, para informar y decidir las medidas a tomar. "A nuestro pueblo se le viene un problema encima; el aula de naturaleza de Las Lagunas, convertido en un centro para inmigrantes, lo quieren acondicionar para tratar a infectados por Covid-19 y las cuarentenas, nuestro pueblo no está preparado, la Unión hace la fuerza", alegaron los convocantes.

Sin embargo, al sospechar que el traslado se iba a realizar durante la tarde, un grupo de vecinos, al menos una veintena, se trasladó desde el mediodía al centro de inmigrantes con el objetivo de impedir la entrada al recinto. Colocaron los contenedores de basura en las calles de acceso y formaron barricadas con troncos de árboles y otros materiales.

La consigna a los participantes en la protesta quedó bien clara: impedir que las 71 personas procedentes de Arguineguín se bajen de las guaguas y se instalen en el centro de inmigrantes. "Retiran las instalaciones de polígono de Arinaga y ahora pretenden trasladar el problema del coronavirus a Tunte, eso es impresentable", alegaron los promotores de las protestas.

Cuarentena

Ismael Guerra, uno de los dirigentes vecinales, declaró que las 11.00 horas de la mañana se llevaron a los migrantes que llevaban meses conviviendo en el pueblo con la idea de preparar el aula de la naturaleza como centro de cuarentena para los infectados de Covid-19 bloqueados en Arguineguín y los que puedan llegar en el futuro.

"Los migrantes que estaban en la residencia de Tunte llevaban más de cuatro meses allí, estaban consolidados y haciendo una vida normal, por eso nadie entiende esta decisión de la Delegación del Gobierno", comentó Guerra. Según sus informaciones, tras la salida de los 80 residentes ya adaptados a la vida de Tunte, se empezó a realizar "una ligera desinfección de las instalaciones para albergar a los 13 contagiados y a los restantes viajeros de las pateras".

El representante vecinal justificó "el levantamiento del pueblo" en la falta de condiciones de ese centro de inmigrantes para tratar a enfermos de la Covid-19, pues está situado a más de una hora y media en coche de los grandes hospitales de la capital. Además, precisó que en Tunte hay un amplio porcentaje de personas mayores, con más riesgo para su salud en caso de contagio, y recordó que es paso obligado del turismo desde el Sur hacia la cumbre.

La Delegación del Gobierno eludió durante todo el día ofrecer detalles de sus intenciones respecto a los 71 inmigrantes retenidos en Arguineguín, incluso confirmar el traslado a Tunte. "Cruz Roja gestiona sus recursos para optimizarlos y prestar la mejor atención posible. Sea cual sea el recurso procederán cumpliendo con todas las medidas sanitarias y los protocolos Covid. Esperamos que en breve los inmigrantes que se encuentran en Arguineguín se deriven a los recursos habilitados por Cruz Roja", señaló a través de un portavoz.

Al rechazo del alcalde en funciones y de los vecinos se sumó el principal grupo de la oposición en el Ayuntamiento sureño, AVT-PP. Su portavoz, Elena Álamo, consideró que el albergue de Tunte "no es el lugar apropiado para tratar a los contagiados, porque San Bartolomé de Tirajana depende del turismo y a partir de ahora será geolocalizado como un municipio con esa cantidad de casos de Covid-19 y en cuarentena, aunque los afectados estén en un sitio aislado y relativamente lejos de las zonas hoteleras.

"No es un lugar idóneo, hay otros sitios en Gran Canaria donde podrían estar mucho mejor cuidados; en caso de que esos enfermos empeoren, están a más de una hora y media de cualquier centro hospitalario que les atienda correctamente", apuntó Álamo, quien insistió en que la idea de la Delegación del Gobierno "haría muchísimo daño a la imagen turística de San Bartolomé".

El presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT), José María Mañaricúa, también opinó que "las personas contagiadas deben estar en las mejores condiciones sanitarias, no en un albergue que no reúne las condiciones que necesitan estos inmigrantes". Por tanto, propuso que el Gobierno de España utilice las instalaciones del Estado, como centros militares ahora desocupados, para crear una infraestructura sanitaria destinada a estas personas, pues se calcula que en el Aaiún y en otros lugares de la costa africana puede haber miles de inmigrantes dispuestos a venir a Europa a través del Archipiélago.

"Se deben crear unas instalaciones sanitarias pensando en el futuro, con carácter preventivo, para que todas esas personas que den positivo en los análisis sean tratados como se merecen y necesitan; no estamos hablando de inmigrantes, sino de personas que han dado positivo de coronavirus y no se pueden dejar en un albergue, pues eso no es más que un apaño provisional", recalcó Mañaricúa.

Derechos

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y Médicos del Mundo reclamaron "medidas que garanticen la salud de las personas y salvaguarden los derechos" de los inmigrantes, después de que 71 hayan pasado más de tres días en el muelle de Arguineguín tras ser rescatados a bordo de dos pateras.

"Es necesario revisar los espacios de acogida inmediata para practicar las pruebas PCR y la filiación; es fundamental, máxime en medio de una pandemia, garantizar unas condiciones dignas para las personas rescatadas", señaló a Efe Juan Carlos Lorenzo, coordinador regional de CEAR Canarias.

Por su parte, Elena Lugli, presidenta de Médicos del Mundo, explicó que "es necesario que se habiliten espacios de acogidas que reúnan unas condiciones dignas y de salubridad que permitan una atención adecuada y garanticen su salud, así como la realización de las pruebas PCR, pues ni el suelo del muelle, ni una nave industrial tienen estas condiciones".