El presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, resaltó ayer que el coste medio de viajar entre las islas Canarias y Baleares con la Península es menor que en los trayectos aéreos dentro de la Península. Para Gándara, la AIReF en su informe demuestra que el precio medio que paga el residente canario para viajar al resto del país es de 28 euros mientras que lo que pagan los residentes en Baleares es de 17 euros.

"El informe muestra que hay una competencia efectiva en el análisis que realiza, del que también se benefician los no residentes por las buenas conexiones que existen y porque el coste medio de viajar a las islas es menor que en la Península. Canarias y Baleares están muy bien conectadas", añade el representante de ALA.

Javier Gándara no entra a valorar la mayor o menor eficacia de la bonificación del 75% y si hay otras alternativas: "No nos corresponde a las compañías aéreas determinar cuál es la mejor formar de subvencionar el hecho insular. Deben ser las administraciones públicas las que establezcan el marco regulatorio más idóneo, nosotros nos limitamos a cumplir a rajatabla las disposiciones legales en vigor y lo seguiremos haciendo".

Por su parte, el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Juan Luis Jiménez, aseguró ayer tras analizar el informe de la AIReF que el descuento del 75% tal y como está regulado es el "peor sistema para los usuarios y para la eficiencia en el gasto público" ya que los datos aportados por la autoridad fiscal demuestran que se trata de un subsidio del que se están aprovechando más los "residentes ricos" y la bonificación solo afecta directamente a la mitad de los residentes en las Islas ya que el 53% de los canarios no se beneficia de este sistema, por lo que se trata de una bonificación "regresiva" y no progresiva.

Jiménez recuerda que tanto los informes realizados por economistas y expertos universitarios como por los órganos reguladores demuestran que la bonificación del 75% no solo beneficia a las renta más altas, sino que provoca el incremento de precios del que también se benefician directamente las compañías aéreas.

El profesor de la ULPGC lamenta que este tipo de decisiones de bonificar los transportes no se realicen más con criterios técnicos como sucede también con el tren de alta velocidad (AVE), que supone una fuerte inversión pública cuando no es rentable si económica ni socialmente según se está demostrando.