El aeropuerto Reina Sofía sale poco a poco del letargo forzoso en que lo sumió la paralización, durante más de tres meses, de los movimientos aéreos internacionales, decretada para luchar contra la expansión de la epidemia del nuevo coronavirus. La imagen del aeródromo todavía dista mucho de la que ofrecía antes de ese paréntesis -ayer solo funcionaba un comercio, que había abierto ese mismo día-, pero desde que el 21 de junio llegaran los primeros pasajeros extranjeros recobra progresivamente la actividad. Centenares de turistas hacían ayer su entrada, muchos de ellos procedentes de los países que forman el Reino Unido, mientras que otros tantos ponían fin a sus vacaciones en tierras tinerfeñas, también rumbo a las islas británicas.

Entre los que llegaban y los que regresaban predominaba una misma sensación: la de que Tenerife es un lugar seguro, más que el continente y que el propio Reino Unido. Los turistas demuestran estar informados y asienten cuando se les plantea que el Archipiélago mantiene la pandemia bajo control. Greta -que volvía a Glasgow, en Escocia, junto a su pareja, Oscar- destacaba que Tenerife "es más seguro que otros lugares". "Es una vergüenza que lo pongan en el mismo grupo que el continente", afirmaba mientras hacía la fila ante el mostrador de facturación de Ryanair.

La obligación de guardar cuarentena al volver a sus países -que el Gobierno de Boris Johnson mantenía ayer para los viajeros procedentes de todo el territorio español, incluidas Canarias y Baleares- supone "un fastidio" o resulta "muy inconveniente", pero no a todos los visitantes les parece un motivo para poner en suspenso sus planes de pasar unos días de descanso y buen tiempo en las Islas. Así, un vuelo de Jet2 aterrizaba en Tenerife Sur, procedente de Londres, hacia las 17 horas. En él viajaba el joven Tobey junto a un grupo de amigos. Es su segunda vez en Tenerife, una estancia que ni él ni a sus compañeros están dispuestos a que se vea frustrada por las medidas sanitarias impuestas por el Ejecutivo británico para proteger a sus ciudadanos de la introducción del virus desde otras zonas del mundo, entre las que el pasado sábado volvió a incluir a España.

Tobey explicaba que desde hace unos días se comentaba que Reino Unido podría recuperar la cuarentena para los viajeros llegados de España. "Nos planteamos cancelar el viaje, pero al final decidimos no hacerlo", contaba. Un factor tuvo un peso decisivo en esta decisión: las buenas condiciones sanitarias que se dan en el Archipiélago. "Aquí estamos más seguros, esto no es la España peninsular", sentenciaba Tobey.

La favorable situación epidemiológica que experimenta Canarias, de la que tanto son conscientes los turistas británicos que la visitan, es el argumento que esgrimen las administraciones isleñas para tratar de establecer "corredores seguros" entre territorios europeos donde la pandemia está bajo control. Las instituciones confiaban, por ahora sin éxito, en que Reino Unido exceptúe a la región de la imposición de la cuarentena. También los propios turistas británicos han emprendido acciones para tratar de que su gobierno haga una salvedad con Canarias y Baleares. La petición iniciada en la plataforma Change.org por un ciudadano del Reino Unido había reunido al final del día cerca de 65.000 firmas. Sin embargo, el ejecutivo de Johnson no solo no ha dado marcha atrás sino que, además, ha extendido hacia los dos archipiélagos la recomendación de no viajar, lo que ha motivado a Jet2 a anunciar que dejará de operar temporalmente con ellos.

Un aislamiento disuasorio

Dos horas después de que el vuelo de Tobey tomara tierra en el aeropuerto tinerfeño salía hacia Manchester otro en el que viajaba una familia de cinco miembros originaria de Bolton. Las diez noches pasadas en el sur de la Isla se dejaban notar en el tono sonrosado de sus pieles. Aunque normalmente veranean en Benidorm, en esta ocasión optaron por Tenerife, "por cambiar", indicaban. Se han sentido "muy seguros" en la Isla, pero reconocían que, de haber sabido que a su regreso tendrían que pasar 14 días aislados en su domicilio, no habrían venido.

En contraposición a esta familia, que pisaba Tenerife por primera vez, una pareja que se preparaba para retornar a Staffordshire -en el centro-oeste de Inglaterra- comentaba que ha pasado sus vacaciones en la Isla "tres o cuatro veces". De ella les gusta "el buen tiempo, la gente amistosa y el ambiente agradable y relajante". La noticia de la cuarentena a la que deberán someterse también les sorprendió cuando su estancia llegaba a sus últimos momentos, y la han vivido como algo "muy inconveniente", pero no con inquietud.