La Holanda que timonea el liberal Mark Rutte, que estos días se ha erigido en enemigo nacional de España por su férrea oposición a que las ayudas europeas sean un cheque en blanco en favor de los países del sur, es ya el principal socio comercial de Canarias. Tras cinco ejercicios consecutivos con Alemania como primer mercado de abastos del Archipiélago, los Países Bajos escalaron el año pasado hasta desbancar a la locomotora germana y convertirse así en el Estado donde las Islas compran más productos, mercancías y materias primas. Es más, el flujo comercial entre Ámsterdam y la Comunidad Autónoma no es unidireccional, sino que Holanda es también destino preferente de las exportaciones de las empresas canarias, hasta el punto de que es junto con el Reino Unido el país que más mercancías compró al Archipiélago en 2019. Aunque el flujo comercial entre los Netherlands y las Islas está sufriendo este año el impacto de la pandemia de coronavirus, lo cierto es que los Países Bajos se mantienen en lo que va de 2020 como un Estado clave para la economía regional. Tanto que continúan la pugna con Alemania por vender al Archipiélago más que nadie y son de momento el principal destino de las exportaciones isleñas.

Mark Rutte, primer ministro neerlandés desde que en 2010 sucediera a Jan Peter Balkenende, se ha granjeado estos últimos días la antipatía de buena parte de los ciudadanos del sur de Europa, especialmente españoles e italianos, por su papel de líder de los llamados países frugales. Los frugales, el grupo que bajo la batuta holandesa integran Austria, Dinamarca, Finlandia y Suecia, se han batido el cobre en Bruselas para que el plan europeo para paliar las consecuencias socioeconómicas de la pandemia estuviera lo más condicionado posible a la puesta en práctica de reformas en los principales países beneficiarios, básicamente España e Italia. Rutte y sus aliados, representantes de la ortodoxia liberal del centro y el norte europeos, no ven precisamente con agrado las ayudas a fondo perdido, de ahí su insistencia por establecer condiciones. En un momento tan delicado como el actual, su postura se ha visto como insolidaria, de ahí que no pocas voces, especialmente en las redes sociales, se hayan lanzado incluso a hacer un llamamiento al boicot a los productos neerlandeses, una represalia en la que Canarias tendría mucho que perder.

No en vano, los Países Bajos se han estabilizado durante los años de Rutte, el poli malo de la Unión Europea, entre los principales socios comerciales de las Islas, un grupo que de hecho ya lideran. El año pasado, las empresas e instituciones del Archipiélago compraron bienes a Holanda por un montante de prácticamente 438 millones de euros. Apenas son unos 800.000 euros más de lo que sumaron las importaciones procedentes de Alemania, una pequeña diferencia que, no obstante, ha sido suficiente para que Holanda le arrebate su posición como primer mercado de abastos de Canarias. Hasta 2019, Alemania llevaba un lustro (2014-2018) como el país de referencia de los importadores isleños, pero las compras de la Comunidad Autónoma a la locomotora germana cayeron el año pasado un 18% (de 531,6 a poco más de 437 millones). Y a esto se unió que las importaciones desde Ámsterdam, o más bien desde el puerto de Róterdam (el más grande de Europa), crecieron la friolera de un 34%: de 326,6 a 437,9 millones de euros. Así pues, Holanda se ha convertido de esta forma en el primer mercado para las compras de las empresas canarias, una posición que los Países Bajos solo habían alcanzado una vez (en 2011) y a la que llegan tras haber finalizado 2017 en el séptimo puesto.

Según los datos suministrados por ICEX España Exportación e Inversiones, los productos y mercancías que más se traen las empresas de la región desde el puerto de Róterdam son aceites medianos, aceites pesados, fuel y gasóleo, que el año pasado supusieron un desembolso de 215 millones; queso del tipo gouda, por unos 26,3 millones de euros; jeringas, agujas, catéteres, cánulas e instrumentos similares (12,5 millones); complementos de vestir (10,2); turbinas de gas para aeronaves (7,7); material médico (6,8); propano licuado (6,4 millones de euros); betún (6,1 millones); y tabaco y sucedáneos para fumar (casi 5,5). La lista, no obstante, es larguísima: las Islas también le compran a Holanda prótesis dentales, quesos del tipo edam, sardinas, prendas de vestir de punto, gallos y gallinas, plantas de interior, papas, leche...

Exportaciones

Pero, además, la Holanda de Rutte es también el país, junto con el Reino Unido, que más mercancía adquiere a los exportadores de la Comunidad Autónoma. Ámsterdam se gastó el año pasado unos 75,3 millones de euros (solo ligeramente por debajo de Londres) fundamentalmente en tomates frescos y refrigerados, perfumes, pepinos, aguas de tocador, plantas de interior y productos de belleza y maquillaje, todos ellos con la etiqueta made in Canarias.

En total, el flujo comercial entre las Islas y los Países Bajos supera con creces los 500 millones anuales. A exactamente 513,3 millones de euros ascendieron las mercancías y materias primas que se movieron el año pasado entre el Archipiélago y el Estado del noroeste europeo. La factura bajará en 2020 por la contracción del consumo de las familias y de la inversión empresarial a causa del coronavirus, pero hasta mayo, Holanda se mantiene como el principal cliente de Canarias y continúa disputándole a Alemania la condición de primer mercado de abastos de la región.