El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, advirtió ayer de que un hipotético nuevo confinamiento por la epidemia de Covid-19 no tendría "respuestas públicas posibles". "Esa es la gran amenaza", afirmó el jefe del Ejecutivo en relación al impacto económico que pudiera tener una segunda oleada del virus que obligara otra vez a paralizar la actividad y a mantener a los ciudadanos en sus domicilios.

Si la situación económica actual, tras la finalización del estado de alarma y de la cuarentena, "ya es difícil", con un nuevo confinamiento sería "dramático", puesto que el sector público "no tiene espaldas" para soportar otro parón de la economía como el que siguió al pasado 14 de marzo, aseguró Torres durante un encuentro con los medios de comunicación para repasar el primer año del llamado pacto de las flores, un periodo marcado por una sucesión de acontecimientos anómalos que ha culminado con la pandemia del nuevo coronavirus. En el caso de que esa situación no se produjera, el Gobierno mantiene la previsión de cerrar 2020 de forma relativamente positiva, gracias a la posibilidad de gasta los cerca de 400 millones de euros del superávit de la Comunidad Autónoma, aunque lo peor de las secuelas de la crisis se prolongaría entre 2021 y 2023.

No obstante, el presidente recordó que la evolución de la situación epidemiológica es positiva y que se ha "acumulado experiencia" para alejar el riesgo de colapso de los servicios sanitarios, que fue el motivo para declarar el primer confinamiento. Esa buen comportamiento explica, argumentó, que Canarias no se haya sumado a las comunidades autónomas que han establecido el uso obligatorio de la mascarilla aun cuando se mantengan las distancias de seguridad. Si fuera necesario, añadió, se tomaría la medida, si bien remarcó que las mascarillas ya son de utilización obligatoria en los espacios cerrados y también en los abiertos si no es posible respetar la distancia de 1,5 metros.

Fiestas y reuniones

"Las decisiones -dijo el presidente de Canarias- se toman siguiendo criterios técnicos de salud pública". Sobre los últimos casos detectados en las Islas, Ángel Víctor Torres destacó que son "importados", que se ha conseguido seguir el rastro de los contactos y que los contagios se produjeron en "fiestas y reuniones". "El principal riesgo se encuentra en el ámbito privado", apuntó, antes de apelar de nuevo a la responsabilidad individual y colectiva. Aunque las mascarillas continúan sin ser de utilización obligatoria en espacios abiertos siempre que se garantice la distancia de seguridad, señaló que se ha "reforzado" su uso. Pocas horas antes del encuentro con los medios, el Consejo de Gobierno de Canarias había acordado intensificar los controles para procurar que el empleo de estos elementos de seguridad se ajusta a las normas promulgadas por el Ejecutivo. "Canarias tiene hoy los mejores parámetros sanitarios de Europa. Si empeora, se tomarán decisiones", incluido un eventual retroceso a la fase dos de la desescalada, insistió Torres, quien precisó que "la clave es no colapsar el sistema sanitario".

Torres admitió, sin embargo, que resulta complejo conservar el "equilibrio" entre las medidas tendentes a combatir la crisis sanitaria y minimizar los efectos de los brotes y rebrotes y las destinadas a reactivar la economía tras el shock que supuso el parón. Estas últimas pasan por la reapertura de fronteras y la llegada de turistas. En este último aspecto, Torres confió en que el mercado internacional cobre fuerza a partir de septiembre, aunque los índices de ocupación en julio y agosto están siendo "mejores de lo previsto". Para diciembre, el Ejecutivo espera que los resultados sean de alrededor del 60% de los que se contabilizaban en el mismo periodo de 2019.

En relación a la prolongación de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) más allá del 30 de septiembre, Torres resaltó que "la única comunidad autónoma que puede tener una salida se llama Canarias". Aunque reconoció que le hubiera gustado que la redacción de la disposición adicional del real decreto ley que alude a la condición ultraperiférica del Archipiélago para prorrogar estos instrumentos hubiera sido "mucho más concreta y ambiciosa", el presidente del Gobierno regional aseguró que "en otros lugares la envidian", en referencia a Baleares, comunidad también turística que no ha disfrutado de un trato singular dentro de la normativa aprobada por el Consejo de Ministros.

"El texto inicial no tenía esa mención. Lo trabajamos el Gobierno de Canarias y los partidos políticos, entre ellos CC", prosiguió el jefe del Ejecutivo, que recordó que la referencia a las singularidades del Archipiélago se introdujo de madrugada mediante una negociación "titánica" y que lo hizo no en el preámbulo del real decreto ley, sino en su texto articulado, lo que le da mayor peso jurídico. "Hay que ser justos", señaló el presidente, aludiendo al valor que para Canarias tiene contar con una herramienta que facilite llevar los ERTE más allá del plazo fijado para el conjunto del país.

En ese difícil equilibrio entre la seguridad sanitaria y la recuperación económica la balanza se inclina por ahora hacia la primera. "Hemos pasado ya lo peor. Sabemos que tenemos un enemigo mortal y la gente está en guardia", expuso el presidente, que concedió, no obstante, que todavía se perciben algunos comportamientos poco responsables asociados a la falta de madurez. En cambio, la economía se encuentra a expensas de los ERTE. Cuando estos terminen, alertó Torres, "llegarán los ERE" y muchas suspensiones de contratos dejarán de tener carácter temporal. Para que este impacto sea el menor posible y puedan contenerse las cifras del paro es necesario "generar economía" en estos meses.

Las consecuencias dramáticas de la crisis sanitaria -Torres aludió a los 162 fallecidos que ha habido que lamentar en Canarias- no impiden que esta suponga también "una oportunidad" para las Islas. A los factores que convierten la región en uno de los destinos turísticos más potentes del mundo -clima, hospitalidad, naturaleza, instalaciones hoteleras...-, los visitantes sumarán a partir de ahora un nuevo ítem: su seguridad sanitaria. Las medidas de contención del virus aplicadas durante los últimos meses permitirán saber a los turistas que, en caso de contraer la enfermedad, serán atendidos, "no como en otros países del mundo". "Canarias tiene que poner la seguridad sanitaria como valor y defender un turismo sostenible, seguro y sanitariamente prevenido contra la Covid", dijo.

Pruebas en origen

Para que esa imagen de destino seguro en cuestiones de salud sea más convincente, así como para proteger a la población local contra el contagio, el Gobierno autonómico continúa reclamando que los viajeros que se dirijan a las Islas se sometan a pruebas PCR en sus lugares de origen o, si esto no es posible -dada la oposición que muestran las instituciones europeas-, los test se realicen en el destino. Torres recordó que las nueve regiones ultraperiféricas (RUP) de la Unión Europea aprobaron por unanimidad esta semana exigir controles en los aeropuertos y que los PCR se lleven a cabo antes de que el pasajero emprenda su viaje. En este sentido, el presidente reivindicó que Canarias fue la primera comunidad autónoma en plantear al Ministerio de Fomento la necesidad de controlar la temperatura de los viajeros en los aeródromos. "También somos los que estamos pidiendo los test de forma más incisiva", agregó Ángel Víctor Torres.

Desde el punto de vista de los recursos necesarios para superar la crisis, el presidente llamó a hacer "un esfuerzo" para aprobar unos presupuestos del Estado para 2021 que recojan, por primera vez, los avances que consiguió Canarias en la reforma de su Estatuto de Autonomía y su Régimen Económico y Fiscal, ambas aprobadas en 2018. También consideró clave alcanzar un acuerdo sobre el fondo de reconstrucción europea, del que Canarias podría beneficiarse de forma especial debido a su condición de RUP y a su dedicación al turismo.