En Baleares sigue sin asimilarse que su estatus no es equiparable al de Canarias. El último ejemplo se produjo ayer con el revuelo al que ha dado lugar el reconocimiento de la singularidad de las Islas en la prórroga de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por fuerza mayor. El Gobierno central plasmó en una disposición específica que este tipo de ERTE, que incluye importantes exenciones y/o bonificaciones en los pagos de las empresas a la Seguridad Social, se mantendrá en vigor en el Archipiélago "hasta que el tráfico aéreo se recupere". Para el resto del país, incluidas las Baleares, estos ERTE caducarán sí o sí el 30 de septiembre.

La excepción en favor de Canarias no es, sin embargo, caprichosa, ni mucho menos. De hecho, lo caprichoso sería no incluirla, ya que las Islas son la única Comunidad Autónoma española con la condición de Región Ultraperiférica Europea (RUP), que tampoco es caprichosa, sino que obedece a la lejanía respecto del territorio continental (no es lo mismo estar a cien kilómetros de distancia de la Península, como Baleares, que a 2.000, como Canarias), a su fragmentación y dispersión poblacional y a sus mayores dificultades socioeconómicas. Ello no ha obstado, sin embargo, para que en el archipiélago mediterráneo se hayan levantado en armas una vez más por lo que consideran un "agravio". Incluso hasta el punto de abrirse una grieta en el Govern.

Desde Més per Mallorca, socio del PSOE en el Ejecutivo que preside Francina Armengol, hablan de "agravio comparativo" y aseguran que la situación allí es "peor" que en Canarias, por lo que han pedido que se constituya una mesa bilateral Baleares-Estado para abordar este asunto "de igual a igual". Y tres cuartos de lo mismo sostienen en otros partidos. En Ciudadanos (Cs), por ejemplo, aseguran que Pedro Sánchez "ningunea" a la región mediterránea y exigen "el mismo trato" que a Canarias. En todos los casos, las críticas hacia el Gobierno central e incluso la propia Armengol, a la que atribuyen poca capacidad negociadora, obvian la cuestión mayor de que Baleares no es una RUP, una condición que el Estado está sobre el papel obligado a respetar (por más que en muchas ocasiones no lo haya hecho) porque emana de la propia Unión Europea. Desde el PSOE balear precisaron que seguirán negociando con el Gabinete de Sánchez.