El insomnio matará al cronista como el vídeo mató a la estrella de la radio. Chano Franquis cifraba en 4.400 viviendas públicas a construir por el Gobierno autónomo en los próximos cuatro años y citaba a los ayuntamientos con los que la Consejería de Obras Públicas había firmado un convenio al respecto. Y no citó al de Santa Cruz de Tenerife. Después aclaró que el convenio con el ayuntamiento chicharrero se firmaría en las próximas semanas. El cronista terminó de despertar y buscó por internet una rueda de prensa entre Franquis y la alcaldesa Patricia Hernández, celebrada el pasado diciembre, con una nota adjunta del ayuntamiento en el que se informaba sobre la firma de un convenio para la construcción de viviendas sociales y etcétera. Pero por entonces, hace ya medio año, no se firmó convenio alguno. En fin. La alcaldesa se pasó la mañana ahí, en la Cámara, pegada a sus dos móviles, cargando un enorme bolso de Bimba y Lola y entrando y saliendo del despacho del presi, que se había quitado la chaqueta pese al aire acondicionado. Después el Jefe llamó a Nira Fierro y a Manuela de Armas y se encerraron durante un buen rato.

La segunda jornada plenaria registró algunas maravillas menores, pero dignas de fugaz recuerdo. Como cuando Vidina Espino le preguntó a Ángel Víctor Torres por la destitución del coordinador del servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Canarias, el respetado y admirado Guillermo Burillo, y el presidente del Gobierno le afeó por enésima vez la conducta, con una reflexión de calado: "le debería a usted importarle más la gestión que se hace que las personas". Claro que sí. ¿Por qué se meterá la oposición en camisas de once varas? Si el responsable de un servicio hospitalario lo hace muy bien, ¿qué más da que lo hayamos desplazado? Lo relevante es que antes de echarlo su trabajo era excelente. En el HUC los médicos no piensan igual, pero este país es libre y cada uno puede pensar lo que desee. Algo parecido ocurrió con María Australia Navarro y la reactivación turística. "La sensibilidad del Gobierno central hacia Canarias es nula y el plan Fortaleza se ha quedado el papel mojado". Es cierto que la señora Navarro es monótona, monocorde y monologante, pero no deja de ser algo extraño que el presidente le subraye, agitando la cabeza, que "usted encuentra siempre todo negativo, nada positivo", como decía Van Gaal.

Más preguntas al Gobierno. Luis Campos pidiendo al Ejecutivo que no deje de luchar porque los turistas se hagan test en origen y Torres jurándole que, por supuesto, el Gobierno canario peleará por ese objetivo "hasta el final", sin precisar si con el final se refiere a la recuperación turística o al canibalismo. Casimiro Curbelo le preguntó a "su" consejera sobre un plan turístico específico para Canarias. "Me alegra mucho que me haga esa pregunta", le aseguró Yaiza Castilla. "Ayer le mandé cinco cartas a otros tantos ministerios para transmitirles nuestras verdaderas necesidades turísticas en esta situación", añadió mientras Curbelo asentía severamente. Más adelante, en las comparecencias, Román Rodríguez explicó las bondades crediticias de la antigua Sociedad de Garantías Recíprocas -Ahora Aval Xanarias- que concederá créditos a pequeñas y medianas empresas, una iniciativa que a todos les pareció positiva, menos, previsiblemente, al Partido Popular. Don Fernando Ensenat, que tiene dos prioridades, desenmascarar las argucias del Gobierno socialcomunista y abotonarse la chaqueta cada vez que se levanta -no necesariamente por ese orden- aseguró que la idea de Román Rodríguez y su equipo llegaba tarde, demasiado tarde, casi desastrosamente tarde. Luego tomó asiento y se acarició luctuosamente su corbata verde esmeralda. A Ensenat le duelen las pymes como le duele Essspaña.

Y así transcurrió la sesión como pasan las cosas que no tienen mucho sentido, tal y como recuerda Joaquín Sabina en una de sus canciones más melancólicas. A las once de la mañana el salón de plenos -en el que todavía, por razones de seguridad infecto-contagiosa, solo se admite a dos tercios de sus señorías- era un camposanto ronroneante y las tarjetitas con los nombres de los diputados y diputadas parecían pequeñas lápidas en su memoria. Salieron en bloque a tomar café y devorar un montadito, sin excluir al vicepresidente Rodríguez o a la consejera Máñez. Cuando volvieron -los que volvieron-, todo tenía un aire de irrealidad, como si el pleno hubiera acabado para siempre. Ocurre en particular cuando se habla de agricultura y pesca, posiblemente porque la mayor parte de sus señorías no ha visto una vaca viva en su vida, y semejan estar hablando de criaturas casi inmaginarias. Jesús Ramos Chinea, de la Agrupación Socialista Gomera, estaba tan relajado con barba de dos días que parecía que acababa de abandonar un bingo después de sacarse un cartón.

Una de las noticias realmente importantes del pleno de los últimos días es la toma de consideración de la ley de Igualdad Social y No Discriminación por razones de identidad y expresión de género. Todos los grupos apoyaron unánimemente comenzar su tramitación porque, afortunadamente, no hay ningún diputado de ultraderecha en la Cámara. No es un triunfo político de una u otras siglas, sino un triunfo civilizatorio del que se podrán congratular todos los ciudadanos de este país tan a menudo insoportable e incómodo, suavemente arisco y ambiguamente respetuoso. Será una de las grandes leyes de la legislatura.