Primer ajuste de Gobierno en el pacto de progreso justo un año después de iniciada su andadura. Los nombramientos de los socialistas Blas Trujillo y de Manuela de Armas como nuevos responsables de las consejerías de Sanidad y Educación ponen fin al periodo de interinidad vivido en ambos departamentos tras las sucesivas crisis internas en cada uno de ellos por la obligada marcha de sus antecesores. La destitución de Teresa Cruz como consejera de Sanidad, el 25 de marzo, y la dimisión de María José Guerra en la cartera de Educación, justo dos meses después, sustituidas respectivamente de forma provisional por Julio Pérez y José Antonio Valbuena compaginando las tareas con sus responsabilidades como consejeros de Justicia y Transición Ecológica, provocaron la primera crisis importante en el Gobierno surgido del llamado pacto de las flores presidido por Ángel Víctor Torres. La crisis se cierra ahora coincidiendo no sólo con el primer aniversario del Ejecutivo, sino con el inicio de la llamada nueva normalidad tras tres meses de estado de alarma por la pandemia de la Covid-19, y que marcará un horizonte y objetivos de gestión completamente distintos.

Las dos personas elegidas por Torres para hacerse cargo de las dos consejerías con mayor presupuesto y más controvertidas de la administración autonómica, responden a un claro perfil de experiencia política y de gestión. Con su designación para dos de los departamentos del Ejecutivo que corresponden al PSOE dentro del reparto entre los cuatro socios de gobierno (junto a NC, UP y ASG), Torres ha impuesto claramente su sello, aunque los nombramientos son plenamente avalados por los socios, y manda un mensaje de apuesta por reorientar las líneas de esas dos áreas. No una reorientación programática respecto a los objetivos que fijó en su discurso de investidura, pero sí una revisión de la estrategia y métodos de gobierno interno, y de proyección externa en dos las áreas más sensibles ante la ciudadanía.

El presidente de Canarias y líder de los socialistas isleños ha pasado por alto en esta ocasión los equilibrios y las cuotas de poder dentro de su partido a la hora de elegir a los consejeros del PSOE, poniendo a dos gestores nacidos en la provincia de Las Palmas, que sustituyen a dos tinerfeñas. Si hace un año configuró su equipo teniendo en cuenta las reclamaciones de las federaciones insulares, dando a los socialistas tinerfeños las consejerías de Sanidad, Justicia, Transición Ecológica -y de alguna forma también Educación, aunque Guerra fuera independiente- ahora se ve con la suficiente fuerza dentro del PSOE y del propio Ejecutivo, como para dar un giro y colocar en las dos áreas vacantes a personas de su confianza y con supuesta capacidad técnica. También con la habilidad suficiente como para negociar con los sindicatos, colectivos y sectores de cada uno de los departamentos los conflictos abiertos en ambas, todo ello en el nuevo marco de relaciones tanto en el ámbito canario, como con el Estado.

Blas Trujillo nacido en Las Palmas de Gran Canaria hace 61 años y que ocupaba desde febrero de 2017 la presidencia del Consejo Político y Social de Canarias (CES), es un veterano político del socialismo grancanario que, pese a no haber tenido nunca un cargo orgánico importante, es toda una referencia en el partido. Su paso a la Consejería de Sanidad tendría como primer reto ajustar la actual estructura de los servicios hospitalarios y de Atención Primaria a las necesidades que puedan derivarse de un posible rebrote de la pandemia, además de normalizar el resto de servicios que han quedado relegados por tres meses de emergencia sanitaria, y dar respuesta al sempiterno problema de las listas de espera.

'Pupilo' de Jerónimo Saavedra

Jerónimo Saavedra

Formado políticamente durante la etapa del liderazgo indiscutible de Jerónimo Saavedra en los años 80 y 90, con quien coincidió también en la militancia sindical en la UGT, Trujillo es un economista al que siempre se escucha en el ámbito del PSOE y de las instituciones que gobierna este partido. Fue consejero de Trabajo en el Ejecutivo presidido por Saavedra entre 1991 y 1993 que acabó sus días tras la moción de censura de los insularistas que acababan de formar CC, con Manuel Hermoso a la cabeza. Posteriormente fue elegido diputado por Las Palmas en el Congreso, entre junio de 1993 y 1999. Pasó luego a la política regional siendo portavoz del PSOE en el Cabildo de Gran Canaria entre 1999 y 2003, y parlamentario regional desde 2003 a 2011. En 2012 asumió la presidencia de la Fundación de la Caja Insular de Ahorros de Canarias antes de pasar a presidir el CES desde 2017.

Manuela de Armas, lanzaroteña de 67 años y maestra de profesión, asume Educación, una de las áreas de mayor tensión interna en los últimos años. Tiene como primer reto la compleja aplicación de la nueva normalidad en el regreso a las aulas a partir de septiembre, así como la puesta en marcha de la nueva ley de Educación cuando ésta pueda estar aprobada en el Congreso dentro de unos meses. De Armas conoce en todo caso perfectamente no solo el ámbito de la educación desde el punto de vista profesional, sino que tiene ya la experiencia de la gestión como viceconsejera en la etapa de Gobierno de pacto de CC y PSOE entre 2011 y 2015. Fue la etapa del socialista José Miguel Pérez, por entonces secretario general de los socialistas canarios, como consejero de Educación y durante la cual se puso en marcha la controvertida Lomce, aún en vigor.

De Armas, que ya sonó para la consejería hace un año pero que contó entonces con la oposición de la secretaria insular del partido en Lanzarote, Dolores Corujo, fue alcaldesa de Arrecife entre 1999 y 2000, y presidenta del Cabildo de Lanzarote de 2007 a 2009. También ha sido diputada por esa isla en el Parlamento canario en distintas legislaturas, y fue viceconsejera de Administración Pública durante el tiempo que duró el pacto de CC y PSOE, bajo la presidencia del nacionalista Fernando Clavijo, entre 2015 y principios de 2017.