La paralización de la actividad para contener el avance del coronavirus ha hundido la recaudación por los tributos del Régimen Económico y Fiscal (REF) hasta la suma más baja en dos décadas. La Hacienda regional ingresó en marzo, abril y mayo (la cuarentena nacional comenzó el 15 de marzo) poco más de 245 millones de euros, según los datos suministrados por la Agencia Tributaria Canaria, la menor cifra desde 2001. Hay que remontarse así a tiempos en los que gobernaban en España José María Aznar y en Canarias Román Rodríguez (quien curiosamente es ahora consejero de Hacienda) para dar con un volumen de recaudación aún más bajo (entonces fueron 224 millones). Así pues, los ingresos del Archipiélago por el REF, esto es, por sus particulares fueros, no sufrieron una caída tan drástica como la actual ni siquiera en los duros años que siguieron al crac financiero de finales de 2007. Pero ¿cuánto exactamente le han costado a Canarias el confinamiento y el parón de la economía? Los números de la Agencia Tributaria ya permiten calcular el golpe, y los resultados son demoledores.

Hasta el 31 de mayo, que es hasta donde abarcan las estadísticas del organismo público, la cuarentena y la hibernación de la economía ya le habían costado a la Hacienda de la Comunidad Autónoma la friolera de 367 millones de euros. El año había empezado con la recaudación en alza, fundamentalmente porque el Gobierno de Ángel Víctor Torres subió el tipo general del IGIC (el principal impuesto del llamado Bloque de Financiación Canario) del 6,5 al 7% desde el 1 de enero. En los dos primeros meses del año, los ingresos por el REF superaron levemente los 338 millones, casi 125 más que entre enero y febrero de 2019. Nada menos que un 58,5% más, un sensible incremento que a la postre ha servido para compensar, aunque sea ligeramente, la extraordinaria caída que se produciría a continuación y que aún está en marcha. En los siguientes tres meses, es decir, los que han transcurrido en estado de alarma nacional, con la actividad económica al ralentí y con la población confinada en sus casas, la recaudación por los tributos del REF se quedó en los mencionados 245,1 millones de euros. Un montante irrisorio en comparación con los 612 millones ingresados en marzo, abril y mayo de 2019. La reducción, por tanto, es de prácticamente un 60%. Y ello pese a esa subida de medio punto del tipo general del Impuesto General Indirecto Canario (IGIC).

Con todo, hay que insistir en que la estadística de la Agencia Tributaria Canaria todavía no incluye los datos de este mes, y hay que recordar que la nueva normalidad no llegará hasta este próximo lunes. En consecuencia, el coste total de la pandemia en términos de ingresos propios no materializados no se quedará en esos 367 millones de euros, sino que superará con seguridad los 400 millones, y eso con el cálculo más favorable para los intereses del Archipiélago.

Una enorme factura

Tal es el impacto que ni todo el dinero del superávit desbloqueado por el Gobierno central daría para compensar esta caída de la recaudación. El Ministerio de Hacienda ha autorizado a Canarias a usar 389 millones, de modo que si no permite que se utilicen también los 500 millones de euros de la deuda del Estado con las Islas por los recortes del convenio de carreteras, el superávit tampoco bastaría para cubrir la pérdida recaudatoria en estos tres meses y medio. Y no hay que olvidar que los ingresos públicos no volverán a los números de antes de la irrupción del coronavirus por el mero hecho de entrar en la nueva normalidad, ni mucho menos. Las Islas siguen sin recibir turistas, y cuando empiecen a hacerlo, estos no vendrán en las cifras que venían haciéndolo al menos a corto plazo, con lo que el motor de la economía regional seguirá al ralentí, y con este la economía en sí misma. Esta es la razón de que el consejero de Hacienda advirtiera tras anunciarse el permiso para gastar los 389 millones del superávit de que esto por sí solo no es suficiente.

La recaudación, en definitiva, crecerá poco a poco, pero seguirá todo el año muy por debajo de lo previsto. Tan es así, que el Ejecutivo autonómico calcula una pérdida de aproximadamente 1.500 millones de euros hasta el 31 de diciembre.

Si se considera todo lo que va de año, la caída se suaviza algo por los dos muy buenos primeros meses de ejercicio, pero incluso así es histórica. Los 825,3 millones recaudados por el REF entre enero y mayo de 2019 se redujeron a apenas 583,1 en el mismo período de este año, 242 millones menos, un 29,3% menos. En el caso del IGIC, de 755,5 millones de euros se ha pasado a ingresar 520,5 millones, un 31% menos.

Además, también el Estado está ya sufriendo la merma en los ingresos públicos. Hasta abril (aún no hay datos de mayo), la recaudación por los impuestos estatales, básicamente el IRPF y Sociedades, ascendió en el Archipiélago a 755 millones, un 21,2% menos que el año pasado tras ingresar en abril solo 99,5, la cifra más baja de la historia.