El monte se abre al senderismo. Eso sí, exclusivamente para las actividades organizadas por las empresas especializadas que están dadas de alta en el registro oficial de consejería de Turismo del Gobierno de Canarias. De momento, los aficionados y deportistas siguen estando vetados, salvo contadas excepciones. La clave está en la orden SND/399/2020 para la flexibilización de determinadas restricciones de ámbito nacional, en aplicación de la fase 1 del Plan para la Transición a la Nueva Normalidad, tras la declaración del estado de alarma por la pandemia. La normativa permite desde el 11 de mayo solo a las empresas de turismo activo inscritas oficial mente en el registro de la consejería de Turismo del Gobierno de Canarias la realización de actividades de senderismo, con una serie de limitaciones. El resto queda excluido, salvo que el senderista resida en el propio municipio de la marcha, con las restricciones propias de cualquier particular que quiera emprender una actividad física en las Islas.

"Hay que tener por encima de todo cautela. Las montañas y las playas no se van a ir". Esto señaló ayer José María Pérez Baso, administrador de una de las empresas más importantes de Tenerife dedicadas al turismo activo. Patea Tus Montes, de hecho, aunque ha podido organizar excursiones en grupo desde que llegó la fase 1 el pasado lunes 11 de mayo, prefiere esperar a los meses de junio, julio y agosto para reemprender una actividad que, en fechas normales fuera de la pandemia, suele suponer unas cuatro salidas a la semana. "Solo hemos hecho varias actividades con grupos muy reducidos. A partir de junio intentaremos ir recuperando la normalidad", aclara Pérez Baso. El administrador de la empresa tinerfeña explica que no ha parado de informarse sobre las medidas de seguridad desde que se decretó la alarma hace hoy 69 días. "Hemos confeccionado un protocolo, en base a las órdenes y los informes oficiales, para que cuando volvamos a la naturaleza informemos de forma clara sobre qué hay que hacer para garantizar la seguridad. Vamos a esperar a que se confirme el pase a la fase 2 el próximo lunes para empezar a retomar el vuelo", comenta.

En cualquier caso, las primeras salidas experimentales con grupos muy minoritarios han sido "positivas". "Nos han contratado como guías familias o grupos de amigos muy reducidos y en todas las salidas nos pararon los cuerpos de seguridad para corroborar que teníamos toda la documentación". Según detalla José María Pérez Baso, los asistentes hacían muchas preguntas sobre cómo realizar la actividad respetando las estrictas normas sanitarias. "Lo importante es tener toda la documentación en regla y expresar muy bien a nuestros clientes qué hay que hacer. Es más sencillo en actividades como las de kaya, porque evidentemente en ellas se respeta la distancia de forma natural. Pero tenemos claro qué se debe hacer", concluye.

José Luis Castilla, de Gran Canaria Trekking, señala que con el registro obligatorio, "lo que intenta la norma es que, quien se puede poner a trabajar, lo haga legalmente; y como hay un decreto en Canarias que regula el turismo activo, pues de ahí esa particularidad". Y es que, además de estar dada de alta como empresa de turismo activo, deben tener en regla el seguro de responsabilidad civil y accidente, "por si pasa algo no sea la seguridad social quien lo atienda". Pero también debe cumplir otros requisitos durante el periodo actual. Entre ellas, la actividad solo permite un grupo máximo de 10 personas (9 y el monitor). "Un grupo de amigos no puede hacer senderismo, salvo deporte. Pero limitándose a las franjas horarias, que son de 6 a 10 de la mañana, y luego de ocho a las 11 de la noche, y sin salir del municipio", aclara. La empresa señala que envía antes de la actividad un protocolo sobre el comportamiento a seguir. "Debemos recordar durante la ruta cómo comportarse. Y al acabar les damos una pautas sobre qué hacer después. Como dice la norma, se les recuerda el distanciamiento físico. Si no se cumple, nos pueden sancionar y hasta quitar del registro. Estamos muy controlados".

Como en otros casos, no se permiten los traslados en guagua a más de dos personas por línea de asiento, aunque se puedan mover por la provincia. "Las personas que no convivan, como en cualquier caso, deben llevar mascarillas dentro del vehículo. Al aire libre no hace falta, siempre que se pueda mantener la distancia física. Lo que nosotros llamamos en la agencia española de guías de montaña, la distancia de seguridad. Incluso vamos a más, con distancias de tres metros, y con una serie de recomendaciones de pautas para que mantengan seis, y no hace falta la mascarilla. Por encima de lo que nos exijan para que no haya contagio a través del aire, y por supuesto ni por contacto ni intercambio de alimentos, agua, hidrogeles, o cremas solares. Todo está controlado".

Gran Canaria Trekking ha trabajado a destajo desde que se les abrió las puertas al monte. Y ayer tenía previsto la primera caminata nocturna al Roque Nublo. "Desde el miércoles de la semana pasada no he parado. Y los grupos están completos, se están quedando fuera tres, cuatro y hasta once personas el martes, que los voy recolocando". Cuando entre la fase 2, que podría ser en todo el Archipiélago la semana que viene, las condiciones se mantienen para las empresas de turismo activo, pero en vez de 10 personas por actividad, se pasa a 20. Sin embargo, hay asiduos a los pateos que se muestran críticos. Un senderista federado señala que "la Orden se ha interpretado por el Gobierno de Canarias de forma muy restrictiva, ya que impide la libre circulación por las Islas y la limitaría al municipio, realizada de forma individual (solitaria) y en las franjas establecidas (limitación que no existe para las empresas de turismo activo, ni para el resto de actividades profesionales, sociales, deportivas o culturales)", relata.

"La interpretación literal de la palabra individual no se corresponde con la palabra solitaria. Se entiende actividad que impliquen contacto con terceros las que requieran contacto físico habitual (lucha canaria, fútbol, baloncesto, etc.) La palabra individual entendida en forma restrictiva significaría un agravio comparativo respecto de las empresas de turismo activo y con todas las actividades permitidas de reunión de 10 personas establecidas en el conjunto de la orden. No sólo limita el deporte libre en la naturaleza para las actividades no profesionales, sino que la limita en un grado tal que a efectos prácticos continuarían como en la fase 0. La interpretación restrictiva sería un abuso mayúsculo y absurdo", valora.