Jornada de nervios ayer en los partidos del pacto de Gobierno de Canarias por las posibles consecuencias del distanciamiento entre el PSOE y NC en el debate y votación del miércoles en el Congreso para la quinta prórroga del estado de alarma solicitada por el Gobierno central. La abstención del diputado de la formación nacionalista canaria, Pedro Quevedo, y sus reproches al jefe del Ejecutivo central y líder socialista, Pedro Sánchez, por su falta de concreción en los compromisos para el rescate de Canarias, prolongó ayer su sombra sobre la vida política de las Islas y mantuvo a los dos principales socios del pacto de las flores mirándose de reojo para comprobar las reacciones del otro.

El malestar que la abstención del diputado nacionalista ha provocado en las filas socialistas, tanto en Madrid como en el Archipiélago, y a su vez el de NC por la frialdad y las generalidades de la respuesta de Sánchez, amenazaba ayer con desbordar el debate parlamentario del Congreso y afectar al marco de colaboración política e institucional entre ambas formaciones. Ese malestar mutuo no llegó sin embargo a cristalizar en un intercambio de reproches públicos y, sobre todo en el caso socialista, ha ido atemperándose con las horas hasta convertirse en un ejercicio digestión pausada para evitar males mayores.

Esa es la sensación que trasladaron diversos dirigentes del PSOE consultados y que, oficialmente, evitaron reaccionar al posicionamiento de Quevedo o señalar a la dirección de NC, considerando en este sentido que la abstención del diputado nacionalista no puede convertirse en un elemento de discordia en el seno del Ejecutivo regional justo en un momento trascendental para la gestión de la desescalada en el Archipiélago, y cuando se avecinan negociaciones muy importantes con el Estado sobre las medidas para paliar la crisis económica y social en las Islas por el cerrojazo del sector turístico.

Fuentes del entorno del presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, aseguran que la abstención de Quevedo no ha provocado ningún debate interno entre los socios, más allá del que se ha producido por otro tipo de acuerdos del Gobierno central como el suscrito con Bildu sobre la autorización de endeudamiento para el País Vasco y Navarra y su efecto sobre las negociaciones que a ese respecto abrieron Canarias y el Estado en la reunión con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el pasado día 13. Este era precisamente uno de los puntos sobre los que Quevedo pidió concreción a Sánchez en el debate del miércoles sin obtener una respuesta que le convenciera. Tampoco sobre el uso del superávit o los planes de rescate del sector turístico.

Pero en el Gobierno central, sobre todo en la ministra Montero y en el grupo socialista del Congreso se sintió la abstención final de Quevedo como un golpe de efecto que trasciende al marco de confianza entre dos partidos que son socios de Gobierno en las Islas, y que mantienen abierta una negociación positiva en el ámbito de las relaciones entre ambas administraciones. Consideran que no cabe esa desconfianza sobre los compromisos de Sánchez con Canarias. De hecho, desde el Ejecutivo regional se había pedido a Sánchez en los días previos al debate que incidiera en todos esos compromisos, incluida la comisión bilateral con Hacienda, y en los planes ya puestos sobre la mesa para la recuperación del turismo y los ERTE del sector.

Con todo, el PSOE ayer trataba de quitar hierro a la abstención de Quevedo y a su significado y se quedaba con la voluntad expresada finalmente por el propio diputado de seguir avanzando en las conversaciones para alcanzar acuerdos sobre las medidas a implementar en las Islas. El portavoz del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, confirmó que esta cuestión no se abordó en el Consejo de Gobierno de ayer y dijo comprender que NC "pueda mantener una posición significada y distinta a la de CC" y que "el diputado Quevedo pueda hacer visible, y en mi opinión ya propia" esa posición, sugiriendo así que actuó sin el aval del vicepresidente y dirigente de NC Román Rodríguez. Incluso llegó a considerar que "hasta nos viene bien que se mantenga una exigencia y que alguien recuerde que en Canarias hay singularidades". En todo caso, resaltó, "eso no tiene ninguna consecuencia en el funcionamiento del Gobierno".

El diputado socialista por Santa Cruz de Tenerife y miembro de la Ejecutiva Federal del partido, Héctor Gómez, considera el voto de Quevedo como la expresión de una "posición puntual" de NC que no afectará a las relaciones entre ambas formaciones ni en Canarias ni en Madrid. "No entendemos esta abstención como una situación de distanciamiento ni mucho menos, sino que es oportunidad para seguir buscando puntos de encuentro. No creo que haya que darle mayor relevancia ni por el impacto que vaya a tener en el Congreso, ni menos aún en Canarias", afirmó.

Explicaciones

El secretario de Organización de los socialistas canarios, Jorge González, asegura que "corresponde a NC explicar las razones de esa abstención" sobre la que, en todo caso, "el PSOE no va a inmiscuirse". Pero resaltó que "eso no afecta en nada al pacto en las Islas ni a los objetivos que tenemos ante el Gobierno de España y que han sido refrendados por la ministra Montero en la reunión en la que también estuvo presente el vicepresidente de Canarias y líder de NC". Según González, todos los compromisos adquiridos por la ministra sobre el trato singular a Canarias en materia de fondos, endeudamiento y superávit fueron ayer refrendados y avalados por Sánchez.

Desde otros sectores del PSOE canario y del propio Gobierno regional, se considera que puede haber habido una "sobreactuación" de Quevedo, no avalada por la dirección de NC ni por Rodríguez, para captar una mayor atracción mediática y contrarrestar el protagonismo adquirido por CC por el pacto con el Gobierno central sobre la extensión de los ERTE turísticos de las Islas hasta que el sector recupere su actividad normal. Un acuerdo que, de hecho, Quevedo, NC y el Gobierno regional consideran que estaba ya avanzado en el ámbito de las negociaciones entre Canarias y el Estado. Pero, según esta versión entre los socialistas, Quevedo ha pretendido "tener su minuto de gloria" frente al de CC con su 'sí' por los ERTE turísticos canarios, pero creen que "le ha salido mal porque lo ha hecho cuando más comprometido ha estado Sánchez con que Canarias no se va quedar atrás y que hará todo lo que haga falta para ello".

Otra de las razones que se reconoce en el PSOE que ha podido molestar a Quevedo es que Sánchez le responda al mismo tiempo que a la diputada de CC, Ana Oramas, lo que ya ha ocurrido en los tres últimos debates en el Congreso. También que el diputado de NC se haya amparado en el hecho de que otro de los diputados aliados del PSOE, Joan Baldoví, cuya formación, Compromís, es socio de gobierno en la Comunidad Valenciana, se pasara directamente al 'no' por no compartir los criterios de reparto de los 16.000 millones a las comunidades autónomas para ayudas sociales, a la sanidad, y a la merma de ingresos. El escenario de ruptura de bloques en el Congreso en la votación del miércoles, sostienen algunos socialistas, "era tentador para que Quevedo intentara dejar su sello", creen incluso que sin el aval del líder del su partido, o al menos con muchas dudas al respecto.