Canarias es el primer destino que visita como ministra de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). ¿Por qué?

Canarias siempre ha sido para nosotros uno de los vecinos más importantes, con quien compartimos muchos lazos culturales y sociales. Como ministra de Cooperación, esta visita es muy importante porque tenemos muchos programas para trabajar. Canarias tiene un nivel de solidaridad muy importante y hay compromiso tanto en Gran Canaria como en Tenerife y en muchas otras islas. La cooperación con Canarias para nosotros es una cooperación muy estratégica.

Visita al Archipiélago para hablar del Sáhara con motivo de los 44 años de la proclamación de la RASD, Estado que España no reconoce. ¿Por qué considera que hay pasividad por parte de la ONU para resolver su situación?

Hablo del Sáhara partiendo de la base de que Canarias y el Sáhara compartimos vecindad y el hecho de ser víctimas del expansionismo de Marruecos. Tenemos un proceso de paz que lleva trabajándose desde 1991 y no hemos conseguido ningún resultado concreto. Ahora estamos otra vez sin un enviado de la ONU para el Sáhara Occidental. El último fue el expresidente alemán Horst Köhler. Oficialmente se dice que dimitió por un tema de salud, pero realmente lo hizo porque no encontró ningún apoyo, ninguna voluntad real por parte de los miembros del Consejo de Seguridad.

La Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso) no ha conseguido su objetivo 19 años después de su creación. ¿Cree, entonces, que se ha estancado por esa falta de apoyo?

Se ha estancado por el continuo bloqueo de Marruecos y también por la falta de apoyo de Francia, como miembro muy importante del Consejo de Seguridad, y por la debilidad de España como potencia administradora de ese territorio. Casi nunca ha habido una voluntad real para solucionar ese conflicto.

Decía antes que el Sáhara y Canarias tienen en común que son "víctimas del expansionismo de Marruecos". ¿Cómo valora la ampliación de fronteras que pretende realizar y qué repercusiones puede tener para el Archipiélago y el Sáhara?

Para los dos pueblos puede ser la alarma para intentar trabajar más en frenar el expansionismo con el que Marruecos ha ido creando conflictos. Ya no solo los conflictos del Sáhara o de las aguas canarias, porque también está el conflicto con Argelia y, de vez en cuando, el chantaje a Mauritania. Todos tenemos que luchar en contra de ese expansionismo para conseguir la justicia y el respeto a los derechos de los pueblos.

¿En el trasfondo de este asunto se encuentra el posible control de los minerales, como el telurio, de los montes submarinos situados al suroeste del Archipiélago?

Desgraciadamente somos víctimas de esas riquezas. En vez de hacernos ricos, somos pobres y vivimos en un campo de refugiados. Está clarísimo que lo que se esconde detrás de esas intenciones es aprovechar las aguas, la riqueza pesquera. Marruecos es ahora un aliado de la UE y España es desgraciadamente otra fuerza que está apoyando a Marruecos para seguir robando esos recursos pesqueros.

¿No cree que la sentencia de la justicia europea en ese aspecto haya tenido efecto?

Puedo decir que ha tenido efecto, pero quizás no el suficiente todavía. Cuando salió esa sentencia hubo muchos países europeos que se dieron cuenta de lo que estaba pasando en el Sáhara. Es una pena ver que España, Francia y Portugal son de esos países que están apoyando a Marruecos para continuar robando esas riquezas. El pueblo saharaui va a seguir presentando otros recursos para poder parar eso. Da pena ver que los países europeos no respetan su propia justicia, pero estamos muy convencidos de que llegará el momento de obligarlos a respetar porque nadie puede estar en contra de la justicia y la legalidad internacional.

¿Pero ve recorrido a esa ampliación de fronteras?

No, es un intento de Marruecos que es ilegal. Estamos convencidos de que no van a conseguir nada, pero hace falta que España tenga un papel diferente porque ahora lo que está haciendo es apoyar a Marruecos.

Una reunión de una ministra de la RASD con el secretario de Estado de Derechos Sociales y número dos de Pablo Iglesias

Sabemos que España no reconoce a la RASD, pero tiene que reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. Lamentablemente, tanto el presidente como la ministra siempre han intentado en sus últimas declaraciones cortar esa última parte. Hablan del apoyo a una solución duradera, aceptable por ambas partes, pero no mencionan el respeto al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. Eso no es aceptable.

¿Entiende la posición de Podemos? En su programa electoral llevaba establecer relaciones de "alto nivel" con la RASD y el apoyo al derecho a la libre determinación del pueblo saharaui. Pablo Iglesias asumió, tras ese encuentro, las directrices marcadas por Asuntos exteriores.

Las autoridades españolas deben aprovechar esa posición de Podemos como una forma de mejorar las relaciones diplomáticas con el pueblo saharaui, la RASD y el Frente Polisario. España no puede seguir haciendo solamente lo que diga Marruecos porque eso va a dañar su imagen. El Gobierno español tiene que pensar en su imagen, en su papel en la región porque ahí están también Mauritania, Argelia y otros países del norte de África.

¿Por qué consideran que la alerta por riesgo inminente de atentado de Exteriores desaconsejando viajar a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) a final del pasado año no tenía base?

Es otro acto vergonzoso. Lo único que hizo fue levantar ese sentimiento de solidaridad. Al final se organizaron incluso vuelos chárter y se comprobó que eso era mentira.

¿Qué interés cree, entonces, que habría en advertir sobre ese riesgo?

Pues esa era mi pregunta. No sé qué credibilidad va a tener después de todo esto. Fue otro acto de lo que diga y quiera Marruecos.

44 años después, ¿diría que la causa saharaui está más diluida o que se enfrenta a más dificultades que cuando surgió?

La clave para solucionar este conflicto somos los saharauis. Somos los que iniciamos ese proceso y los que no hemos aceptado esa humillación por parte de Marruecos. Somos la fuerza más importante en ese conflicto y vamos a continuar luchando. Vamos a seguir trabajando en la vía pacífica porque estamos en contra de las guerras, pero si vemos que esa vía no va a solucionar nada, utilizaremos todas las formas para defender nuestro derecho a la autodeterminación.

¿Incluso la guerra? ¿Con un conflicto bélico considera que tendrían más posibilidades?

Podría ser una de las opciones, pero no es la única. Desgraciadamente en los últimos tiempos la gente solo habla de situaciones donde hay guerra. Nosotros queremos hacerles ver que es importante hablar donde hay lucha sin guerra, donde hay lucha pacífica, donde hay resistencia.