El incendio forestal que se originó el pasado sábado en el núcleo grancanario de Tasarte ha afectado ya a unas 1.000 hectáreas. Así lo comunicó ayer el presidente del Cabildo insular, Antonio Morales, quien detalló que en la zona donde se originó el fuego se ha "trabajado intensamente" y aunque en la tarde de ayer todavía no podría darse por controlado ni extinguido sí que podía decirse que "no permanece activo".

De esta manera, ayer se consiguió perimetrar la zona alta de Tasarte, el Llano de Las Brujas y el Aula de la Naturaleza. El frente de mayor intensidad se sitúa al este y se dirige hacia Pajonales y es allí donde se trabaja con mayor intensidad utilizando medios aéreos aunque de manera "muy limitada", ya que debido a las condiciones meteorológicas puede ser peligroso para los efectivos.

Ayer operó sobre el lugar del incendio un helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias, con base en Gran Canaria. Además, se puso en aviso a otros dos helicóptero del GES, con base en La Gomera y en El Hierro, pero las condiciones climatológicas que perduran en el Archipiélago les impidieron volar a Gran Canaria.

Dos hidroaviones anfibios Canadair llegaron a Gran Canaria desde Torrejón de Ardoz durante la tarde de ayer. Estos recursos fueron requeridos desde que comenzaron los incendios y puestos a disposición por parte del Gobierno de España. Sin embargo, las aeronaves no habían podido salir antes por razones climatológicas y por los problemas de operatividad que hubo el pasado domingo en los aeropuertos canarios, a consecuencia de la alerta por calima y viento.

La intención de las autoridades es que se incorporen hoy a las tareas de extinción del incendio en la zona de Inagua que se encuentra en Nivel 1, por lo que la dirección de la emergencia recae en el Cabildo de Gran Canaria.

En estos momentos, el incendio activo se encuentra en la reserva de Inagua. En el flanco izquierdo, orientado hacia el barranco de La Aldea, no se puede actuar con medios terrestres debido a los escarpado del terreno por lo que se requiere la actuación de los medios aéreos.

Sin embargo, las tareas de extinción en otro de los flancos permitieron ayer regresar a sus casas a una parte de los vecinos desalojados, después de que el Cabildo reabriera la GC-200. En concreto, se trata de los residentes en Tasarte que durante la tarde pudieron ir volviendo a sus viviendas de manera escalonada.

Los diferentes municipios de la Isla evaluaban ayer los daños provocados por el fuerte viento y la calima que afectó al Archipiélago el pasado fin de semana. Solo en Las Palmas de Gran Canaria se registraron una treintena de incidentes entre caídas de ramas, árboles y cascotes. El temporal también causó destrozos en un vivero y un restaurante en Mogán y Puerto Rico.

En cuanto a la situación del aeropuerto de Gran Canaria, ayer comenzó a volver a la normalidad después de que tanto el pasado sábado como el domingo estuviera cerrado durante varias horas debido a la alta presencia de calima que redujo la visibilidad.

El tráfico aéreo transcurrió ayer sin incidentes, salvo la cancelación de dos vuelos a La Palma. Sin embargo, los miles de pasajeros que no han podido volar durante el pasado fin de semana tienen muchas dificultades para ser reubicados en otros aviones y muchos tendrán que esperar hasta el jueves o viernes para poder volver a sus lugares de origen.

Ante la alta ocupación que existe en los hoteles de la Isla, muchos de estos pasajeros han optado por quedarse en las instalaciones del aeropuerto mientras dura la espera.

E Fuerteventura. Las líneas aéreas y marítimas reanudaron ayer su actividad normal después de que se vieran afectadas el pasado fin de semana por el temporal de viento y calima que azotó el Archipiélago. Sin embargo, a parte del cierre de puertos y aeropuertos, que afectó a miles de pasajeros, Fuerteventura no registró incidentes de carácter grave, siendo el municipio de Tuineje el más afectado, cuyos vecinos vieron como el viento dejaba señales rotas, árboles caídos y desperfectos en canchas deportivas y viviendas particulares. Por otro lado, en el muelle deportivo de Morro Jable también se partió un pantalán.

E Lanzarote. El aeropuerto César Manrique volvió ayer también a la normalidad, aunque todavía su operatividad reducida, ya que las llegadas se han producido de manera escalonada. Según ha informado AENA el cierre del aeropuerto acabó afectando a unos 15.000 pasajeros de los que 2.000 tuvieron que se realojados en 25 establecimientos hoteleros de la Isla. También volvió a la normalidad ayer el puerto de Playa Blanca reanudando los viajes que lo unen al municipio de Corralejo.