El problema que se plantea ante el diseño del futuro modelo turístico de Canarias es que en Canarias no puede haber un diseño del futuro modelo turístico. Puede parecer una paradoja, pero en realidad no lo es. Ni Tenerife es La Gomera, ni El Hierro es La Palma, ni Fuerteventura es Gran Canaria. Ni siquiera La Graciosa es ya Lanzarote. Así que no: un diseño, un plan o un proyecto estaría condenado al fracaso antes de nacer. Hacen falta ocho, uno por isla. Y tampoco, porque como recordó Pedro Martín, las semejanzas entre municipios son las que son. Es decir, muy pocas en la mayoría de los casos. El Tanque y Arona conviven en Tenerife; San Sebastián y Hermigua hacen lo propio en La Gomera; como también Valverde y Frontera en El Hierro, pero ni en la pequeña gran isla del meridiano hay quien se atreva a establecer más paralelismos de los justos y necesarios entre sus tres municipios. Así que tal vez sean necesarios 88 bosquejos del futuro modelo turístico, tantos como localidades caben en Canarias. De modo que uno de los principales ingredientes que han colocado al Archipiélago entre las potencias turísticas del Viejo Continente (a miles de kilómetros de distancia, eso sí) degenera en un problema cuando toca sentarse a planificar. Pero el caso es que habrá que sentarse, porque ni siquiera la privilegiada Canarias podría vivir siempre de la inercia. Tanto lo uno como lo otro, tanto la necesidad de establecer una senda (o más bien ocho u 88) como la certeza de que no será fácil, quedaron ayer de manifiesto en el foro organizado por EL DÍA.

Lo anterior no significa que no haya consensos. Haberlos, haylos; o casi. Hubo consenso entre los tres presidentes de cabildo, Pedro Martín, Casimiro Curbelo en que Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) tiene tarea por delante. Y Mario Otero, el director regional de Aeropuertos del ente semipúblico, no negó la mayor, pero tampoco la aceptó sin rechistar por más que estuviera en franca minoríaY Mario Otero, el director regional de Aeropuertos del ente semipúblico. "Todo es mejorable", concedió. Todo menos lo que no existe, bien pudo haber contestado (de hecho lo hizo pero con otras palabras) el presidente tinerfeño. Y lo que no existe es la "gran terminal" en el aeropuerto del sur de Tenerife a la que aspira el gobierno insular. Como tampoco han existido inversiones en el aeropuerto herreño en los últimos 25 años, ahondó Armas; y como tampoco existe, aunque de esto poca responsabilidad puede atribuírsele a AENA, la "estrategia" integral de futuro que Casimiro Curbelo insistió en reclamar. Y quien dice una estrategia dice, claro, ocho u 88. Una estrategia que, por cierto, tiene su primer principio ya escrito, algo que también fue un consenso: la calidad debe estar por encima de todo, y esto no necesariamente está reñido con la cantidad.

Hubo certezas, consensos y también dudas, de las cuales dos se quedaron sin aclarar. Ni Mario Otero dijo con qué aerolínea vuela ("¿y usted con quién viaja?", le preguntó un cariacontecido Martín cuando el representante de AENA aseguró haberse percatado de bajadas de precios de hasta un 40% gracias a la bonificación a residentes) ni Alpidio Armas dio más detalles del proyecto para tender un cable submarino entre La Gomera y El Hierro. Por un módico precio, bromeó el presidente herreño, la isla colombina podría así enchufarse al suministro renovable de Gorona del Viento.