Los representantes de CC y NC en el Congreso, Ana Oramas y Pedro Quevedo, respectivamente, buscan relanzar su papel y fortalecer su posición en Madrid en el inicio efectivo la próxima semana de la nueva legislatura estatal, con la apertura solemne de las Cortes el próximo día 3 por parte del Rey, y se han conjurado para mantener una unidad de acción política y parlamentaria en la cámara. La diputada tinerfeña y el diputado por Las Palmas aseguran que actuarán de forma conjunta en el marco del acuerdo con el que se presentaron en coalición a las elecciones de noviembre, y que tratarán de aislarse de los debates internos de sus respectivas formaciones, tanto los que se puedan producir en cada una de ellas por separado (como el de los últimos días en el seno de CC), como los relativos al futuro del nacionalismo canario y su hipotética reunificación.

Oramas y Quevedo coinciden en considerar que su discrepancia en relación con la investidura de Pedro Sánchez, y la distinta valoración política que hacen sobre el nuevo Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, no cambia su estrategia compartida de defender en el Congreso la agenda canaria en los términos en que la explicaron en la campaña electoral, y que habrá una "total coordinación" en todos los temas incluidos en ese programa electoral, tanto para defenderlos en el ámbito parlamentario, como para trasladarlos al ámbito del Gobierno cuando esa situación se produzca. Todo ello, matizan, sin poner en cuestión la autonomía de cada uno para tomar las decisiones que considere más oportunas finalmente, ni la posición particular que defiendan para asuntos generales que no estén específicamente relacionadas con Canarias ni plasmados en sus acuerdos electorales.

Los dos representantes nacionalistas han estado hasta ahora muy pendientes, por un lado, de la formación de Gobierno y en espera de que se constituyeran los equipos de cada uno de los ministerios, y por otro en la constitución definitiva de los grupos parlamentarios en el Congreso y su integración en el Mixto, donde pretenden llevar el liderazgo y la portavocía de hasta en cinco comisiones, entre ellas algunas relevantes como Transportes, Presupuestos, o Política Territorial. En el caso de Oramas, también con la vista puesta en la resolución de la crisis en CC como consecuencia de su indisciplina al votar 'no' a la investidura de Sánchez en lugar de abstenerse como acordaron los órganos de la formación. Vinculada a esa crisis y como consecuencia de ella se ha reabierto el debate sobre el futuro del nacionalismo canario y las distintas opciones a que ese proceso puede dar lugar, entre ellas la de una ruptura parcial o total de Asamblea Majorera con respecto a CC, y su posible presentación en solitario a las próximas elecciones, o con algún tipo de asociación electoral entre nacionalistas progresistas.

Congreso de CC

Tanto Oramas como Quevedo insistieron ayer que su unidad de acción en Madrid va a estar por encima de esos debates, y que ni el congreso de CC en mayo, ni las distintas posiciones que sus respectivas formaciones tiene en relación con el Gobierno de Canarias condicionará la labor y el papel que van a jugar en Madrid. En ambos casos se considera que la aritmética parlamentaria de esta legislatura les va a dar ocasión de ser necesarios, cuando no imprescindibles, en la aprobación de muchas iniciativas legislativas o medidas gubernamentales, y que, aunque desde posiciones autónomas en cuanto al voto final, la estrategia de defensa de los intereses de Canarias será compartida.

Quevedo parte como aliado natural al haber firmado con el PSOE un acuerdo base sobre la agenda canaria a cambio de su apoyo a la investidura, mientras Oramas, pese a su voto contrario a Sánchez y sus críticas a un Ejecutivo con Podemos, niega que esté en la oposición en los términos en que lo están el PP, Vox o Cs, e insiste en querer "negociar" con Sánchez todo lo que "sea bueno para el país y para Canarias".

La diputada de Coalición Canaria (CC) por la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Ana Oramas, admitió ayer, lunes, pasados 20 días de la sesión de investidura, que no se equivocó al votar contra Pedro Sánchez, pero sí "en las formas", por cuanto no explicó a su partido por qué iba a desobedecer el acuerdo de abstenerse. "No le he fallado a los ciudadanos", explicó, pero "otra cosa es que le haya fallado a mi organización política, porque tendría que haber dado mi opinión e intentar pelear esa opinión o haber dimitido".

Rompió su silencio

Oramas rompía su silencio en una entrevista concedida a Radio Club Tenerife de la Cadena Ser, insistiendo en que su posición emanaba de "cumplir con el compromiso" adoptado con votantes y alcaldes de "no apoyar un gobierno ni con Podemos ni con Vox" porque, a su juicio, "la gente de esta tierra no quería los extremos".

A su juicio, el gobierno de coalición es "un disparate" y "abstenerse significaba votar sí". Además, subrayó que el PSOE nunca manifestó interés alguno en pactar nada con CC "porque ya tenía el apoyo de Bildu y Esquerra".

La diputada nacional aseguró respetar las decisiones disciplinarias adoptadas por su formación política y las medidas tomadas por la Comisión Ejecutiva de CC, que podían haberle supuesto la apertura de un expediente o incluso su expulsión, si bien se limitaron a una multa de 1.000 euros.

La diputada pensó "que no se produciría esa división en el partido y que la tensión la llevaría yo. Pero me equivoqué".

Para Oramas, ahora toca "pasar página" y, en este sentido, fue gráfica al manifestar que "no hay que mirarse más el ombligo porque hay muchos retos en este gobierno".

En cuanto a las polémicas leyes aprobadas por Marruecos para ampliar su delimitación marítima sobre aguas canarias y del Sáhara aseguró que se quedó "muy sorprendida" por las palabras de la ministra de Exteriores, González Laya. Según Oramas, que dijera que el país alauí no iba a tomar ninguna decisión unilateral "ya se sabía" y que urge sentarse y decidir "dónde va la mediana", una demanda antigua del nacionalismo canario.