La conclusión inmediata de que la sanción a Ana Oramas de mil euros suponía un claro triunfo de las tesis de la formación en Tenerife fue matizada ayer por diversas fuentes consultadas por este periódico. Aparte de que el partido en La Palma ya había sugerido en la Permanente que lo más cercano al sentir de las bases y dirigentes en esa Isla era votar no, la decisión respecto a la indisciplina de la diputada en el Congreso no es concebida por la mayoría de las agrupaciones locales y dirigentes como un triunfo de una dirección insular en concreto sobre otras, sino como el cumplimiento del sentir mayoritario entre los afiliados en las Islas y de responsables de la primera línea en las distintas instituciones y organizaciones.

Algunos de los dirigentes consultados coinciden en que lo hecho por Oramas -desobedecer a la dirección de CC y votar en contra de la investidura de Pedro Sánchez- "estuvo mal" por no haberlo comentado antes y por haber incumplido una orden del máximo órgano entre congresos, pero consideran que debían resolver la situación cuanto antes y de la manera menos dolorosa posible para el partido. Por eso, y aunque ha habido voces críticas con el hecho de que no se haya abierto ni siquiera un expediente y lo ocurrido se zanje con una multa recurriendo al reglamento de los diputados regionales, estas fuentes sostienen que lo que no podían hacer es darle juego al resto de partidos, que "tratan de destruir a CC a toda costa".

Además, uno de los principales argumentos esgrimidos por el secretario general, José Miguel Barragán, tras la decisión de la Permanente del pasado lunes, en el sentido de que han impuesto la multa más alta de ese reglamento y que es muy superior a las que otros partidos marcan a sus diputados en Cortes cuando hacen algo parecido, fue repetida ayer por distintos dirigentes como una prueba más del acierto de la decisión final.

Según lo sondeado por este periódico, la opinión crítica de dirigentes como Mario Cabrera (Fuerteventura), David de la Hoz (Lanzarote) o Narvay Quintero (El Hierro) contrasta con lo que se piensa en la mayoría de las bases de esas mismas Islas y del resto. Además, otros dirigentes consideran que la mejor solución era la que finalmente han adoptado para cerrar este asunto lo antes posible y evitar que esté en los medios durante meses, incluso solapando el congreso que vivirá la formación el próximo mes de mayo con el objetivo de definir su futuro a medio y largo plazo, así como a su líder y líneas principales.

Los que defienden estas tesis insisten en que esta crisis interna ha sido utilizada por otras formaciones para tratar de seguir perjudicando y dividiendo a CC, por lo que no podían hacerles el juego. Aparte del PSOE y Podemos, algunas de las fuentes consultadas miran también para Nueva Canarias y para el intento de Román Rodríguez de debilitar a la parte de CC más de centroderecha (representada precisamente por Oramas, Fernando Clavijo, Rosa Dávila, Carlos Alonso o José Manuel Bermúdez) y apoyarse en dirigentes como Cabrera, De la Hoz o Quintero para propiciar una reconciliación del nacionalismo canario pero con él en el liderazgo y con políticas tendentes a la izquierda.

Desde esta visión, se remarca que la idea generalizada de que CC en Fuerteventura o Lanzarote tiende más al centroizquierda responde, en realidad, a un desenfoque y que, con los precedentes de AM o el PIL, la formación es más votada en estas islas por su condición nacionalista y regionalista que por su línea progresista. De hecho, se argumenta que la oferta de partidos de izquierdas es ya amplia en estas islas, toda vez que al PSOE se suma Podemos, con diputada regional por Lanzarote, y NC, que tiene escaño autonómico por Fuerteventura.

Las fuentes subrayan que lo ideal es cerrar definitivamente la herida abierta por Oramas en la Ejecutiva regional que celebrarán el sábado 25 de este mes y centrarse ya no solo en la preparación del congreso de mayo, sino en la oposición en el Congreso (con la agenda canaria como meta innegociable), regional, insular y municipal, así como en los gobiernos locales que aún mantienen. Además, creen que es el momento de la máxima unidad y de tapar cualquier grieta que pueda dar armas o argumentos al resto de partidos.

Desde islas como Gran Canaria, que también se mostró crítica inicialmente con lo hecho por Oramas, se aboga ahora por esa unidad de acción y por blindarse ante el fuego realmente enemigo, si bien se entiende que, internamente, algunos hayan aprovechado lo ocurrido para posicionarse. Según lo indagado por este periódico, los dirigentes que censurarán que no se haya abierto expediente serán minoría en la Ejecutiva y primará el sentir general de las agrupaciones y otros líderes de que han elegido la mejor opción.

La apuesta por el blindaje en CC es compartida por la mayoría del partido y trasciende al peso de una isla u otra, aunque siempre se tiene en cuenta que, solamente en Tenerife, la formación obtuvo más del doble de sus votos en las últimas elecciones generales (10 de noviembre) con Ana Oramas abriendo la lista provincial. De hecho, su liderazgo en el resto del Archipiélago volvió a quedar claro cuando CC la llevó a todas las Islas a hacer campaña.