El presidente de Cruz Roja Canarias, Antonio Rico, afirmó ayer, tras reunirse en la sede tinerfeña de Presidencia con Torres, que su organización se está viendo "desbordada", sobre todo, en Fuerteventura por la llegada de migrantes y la escasez de lugares para albergarlos. En la actualidad, y con una mayoría de dependencias cedidas por el Gobierno regional, la entidad atiende a unos 800 migrantes en las Islas, aunque especialmente en Tenerife, Gran Canaria y, ahora, en Fuerteventura. Según explicó, la mayoría de las instalaciones que se usaban para estas personas se han ido deteriorando con los años sin una adecuada mejora. Rico advierte de que, según lo que le han trasladado desde las administraciones, "la llegada de migrantes continuará en la misma línea o aumentará", por lo que insta a reformar y ampliar los equipamientos. Asimismo, considera que se debe explicar mejor a la ciudadanía canaria, "que nunca ha sido racista", que la mayoría de estas personas buscan otros países como destino y que aquellos a los que no se repatria hay que acogerles adecuadamente e integrarles "porque lo que buscan es sobrevivir".