iente de expulsión, ni disciplinario, informativo o reservado. Es decir, sin expediente. Así zanjó Coalición Canaria ayer una de sus mayores crisis internas, después de perder todo el poder clave en las Islas tras las elecciones de mayo pasado, con una sanción leve a Ana Oramas por su indisciplina en la investidura de Pedro Sánchez al votar 'no' en vez de abstenerse, que era lo que había decidido el Consejo Político Nacional por unanimidad.

Se evidencia de esta forma el gran poder que tiene Tenerife en el seno de Coalición, toda vez que algunos de los dirigentes más relevantes de los nacionalistas en esta isla como Carlos Alonso, José Manuel Bermúdez, José Alberto Díaz, Francisco Linares y también de La Palma, como Nieves Lady Barreto, habían salido en tromba a defender a la diputada, resaltar su trayectoria y avisar de las consecuencias para la formación de una sanción dura o una expulsión que, por ejemplo, no se le pasaba por la cabeza a Bermúdez, exalcalde de la capital tinerfeña.

Aunque han triunfado con claridad las tesis mayoritarias de Tenerife y La Palma, el comité permanente de ayer de los nacionalistas, que volvió a celebrarse en la sede de la capital tinerfeña, escuchó voces en contra de esa decisión que apostaban por, al menos, abrir expediente y acordar una sanción mucho más dura o, incluso, por pedirle el acta a la diputada. Pese a que CC había impuesto desde hace días un gran hermetismo sobre este proceso, a este periódico le consta que las principales críticas procedieron de algunos miembros de la permanente de Fuerteventura, Lanzarote y, sobre todo, Gran Canaria, que estuvo representada por Francis Candil.

Para estos integrantes del comité, los mil euros reflejan una reacción tan tibia que dice muy poco y mal de la disciplina interna del partido y perjudica aún más la imagen que han dado desde que Oramas votó en contra de una decisión del Consejo Político Nacional sin ni siquiera avisarlo antes ni debatirlo internamente, por lo que pidió perdón en la tribuna del Congreso antes de reiterar que no cambiaría su voto en la segunda votación de la investidura del candidato socialista.

Ganó el pragmatismo

También se impuso el pragmatismo en el órgano de CC porque una expulsión o suspensión de militancia dejaría a la formación nacionalista sin representación en Madrid frente al diputado de NC, Pedro Quevedo, que tendría entonces todo el protagonismo del nacionalismo canario en la política estatal. Oramas conoce bien los entresijos y resortes para negociar los asuntos canarios y es el principal activo de CC en la Península. Expulsar o suspender a Oramas supondría una erosión mayor para el partido que cualquier otra medida y, por eso, ayer el secretario general, José Miguel Barragán, quiso dar por zanjado el debate sobre este asunto para no agrandar aún más la crisis interna que ha supuesto la actitud de Oramas.

La permanente había tildado lo ocurrido de "falta muy grave" según los estatutos de CC, pero el secretario general ya se ahorró el "muy" en la rueda de prensa posterior y solo usó el término "grave"._Según explicó, los argumentos que les ha dado Oramas les han satisfecho, aunque no han sido suficientes para evitar la sanción._Eso sí, subrayó que "no existe nada en los estatutos que me obligue a abrir un expediente de expulsión o disciplinario". Además, se apresuró a aclarar que el comité permanente "no tenía competencias para expulsar a nadie".

La sanción más alta

De hecho, la sanción impuesta sale del reglamento con el que cuenta el grupo parlamentario de CC-PNC en la Cámara regional, ya que carece de un texto similar para aplicar a los diputados en el Congreso. Los mil euros representan la sanción más alta contemplada y, según recalcó Barragán, en ningún caso se ha mirado a la capacidad económica o los ingresos de Oramas por su escaño estatal para fijar la multa, "porque se trata de una sanción fija, no progresiva".

Asimismo, reconoció que esta salida no la contempló en el informe interno que, en virtud de su cargo, elaboró y presentó en la reunión de la permanente del pasado viernes, cuando se decidió esperar a la cita de ayer. En ese texto, preveía tres sanciones, pero nunca esta posibilidad. No obstante, explicó que ese día ya se la apuntaron y que, durante la cita de ayer, lo planteó y finalmente fue la opción por la que se han decantado.

Ante la expectación creada y por el tono muy crítico que empleó el propio Barragán un día después de que Oramas volviese a votar 'no' a Sánchez, pese a las advertencias de su partido, el secretario general sabía que este salto era clave en las explicaciones. De hecho, ese día desveló que, tras el anuncio de la diputada de que optaría por el 'no' en la primera_votación de la investidura, le pidió en su despacho del Congreso que dimitiera y entregara el acta al partido, sin recibir respuesta a cambio. Sin embargo, ayer resolvió la posible contradicción de la decisión del partido afirmando que no se le ha aplicado el régimen disciplinario de CC simplemente porque así lo decidieron en el comité, pues les pareció más adecuado aprovechar el reglamento del grupo parlamentario y, eso sí, optar por la multa más alta ante una indisciplina de un representante.

Barragán admitió que han preferido no prolongar esta situación durante mucho tiempo y zanjarla lo antes posible._En este sentido, indicó que la apertura de un expediente podría tardar hasta seis meses y esto ha sido otro de los motivos que han pesado en la decisión de ayer. En esta línea, indicó que la próxima ejecutiva , que estaba prevista para finales de este mes y que mantiene esa fecha, abordará esta cuestión y la resolverá definitivamente.

Ningún incumplimiento más

Aparte de la sanción de mil euros, los nacionalistas obligarán a Ana Oramas a que quede reflejado su "compromiso" ante los órganos del partido "de que no volverá a incumplir los mandatos del Consejo Político Nacional". Además, deberá comparecer ante este órgano en adelante para explicar sus actuaciones, obligaciones que al sector crítico les parecen no solo endebles, sino contraproducentes por el uso que puedan hacer el resto de partidos de la indisciplina y de cómo han reaccionado.

Barragán, por supuesto, indicó que la decisión se ha contextualizado con muchos aspectos y tras escuchar muchas visiones. A su juicio, lo mejor para CC era zanjar esta "indisciplina, que nos creaba un problema", lo antes posible y con el menor daño interno del que fueran capaz, aunque eso no impidió que hubieran reacciones duras y críticas durante la reunión.

El secretario general dejó claro que no ha puesto su cargo a disposición del partido e insistió ayer en que ha intentado no contaminarse en estos días de lo que decían desde dentro de CC o desde otras formaciones. "No he tenido en cuenta lo que decían desde Tenerife y así lo reflejé en mi tuit de respuesta a Carlos Alonso", que había pedido una sanción económica incluso menor, de 600 euros. Al final, se optó por elevar esa cifra en 400 euros y se ha esgrimido el reglamento del grupo autonómico, algo que no había trascendido y que los críticos consideran un "claro paño caliente" que les puede traer más problemas a medio y largo plazo.

Múltiples lecturas

La manera en que CC resuelve esta cuestión interna puede tener muchas lecturas. Según reconocían ayer fuentes del partido, se trata de un evidente triunfo del sector más duro de la organización tinerfeña. Además, refuerza la candidatura de Fernando Clavijo ante el congreso que vivirá CC en mayo para elegir a su líder, si bien la lectura es distinta en gran parte de la formación de Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria y hasta El Hierro.

Ayer, por ejemplo, llamó la atención la ausencia en la permanente y su no participación por videoconferencia del líder de AHI-CC en El Hierro, Narvay Quintero. Aunque sigue admirando a Oramas, el diputado regional había manifestado la semana pasada que lo ocurrido era muy grave y que debían pensar bien la respuesta porque se había ido en contra del máximo órgano de CC entre congresos.

En esta línea se habían manifestado también dirigentes como Mario Cabrera (Fuerteventura) y David de la Hoz (Lanzarote), sin que la intervención de ayer de Candil (Gran Canaria) fuese más suave. Sin embargo, el triunfo de las tesis de Tenerife se asienta, sobre todo, en la situación actual de debilidad del partido, al perder el poder clave en el Archipiélago, y por la relevancia histórica, la personalidad y el tirón electoral que sigue teniendo Oramas, al menos en la provincia occidental.

No obstante, en el fondo también subyace la cuestión ideológica, pues Oramas representa al sector más conservador o de centroderecha de CC y ni siquiera era muy partidaria de concurrir junto a NC en las elecciones generales del 10 de noviembre. Al final, se impuso la decisión mayoritaria y la intención, a medio plazo, de tratar de propiciar el reagrupamiento del nacionalismo.

Su visión choca claramente con la de Quintero, Cabrera, De la Hoz y otros, partidarios de acercarse a las posturas más progresistas de NC, algo que se comparte en el PNC. Con la decisión de ayer, Coalicion se ahorra que el caso de Oramas dure meses en los medios y siga erosionando al partido, aunque su resolución no ha gustado a todos y puede influir en el congreso de mayo que, por ahora, parece más favorable a los postulados de Tenerife y La Palma frente al sector que encabeza una parte de las islas orientales.