El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Blas Acosta, dio por hecha ayer la reapertura del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de El Matorral y se felicitó porque, según indicó a los medios, en su isla se sienten "desbordados" para poder dar una atención adecuada ante el aumento de la llegada pateras. Según dijo, "ya hemos hablado con el Ministerio del Interior y el Gobierno regional en estos días, en los que hemos tenido nuevamente un repunte".

El dirigente socialista resalta que Fuerteventura "siempre ha sido una isla solidaria que ha tratado de acoger a la emigración y hemos puesto a disposición de la Delegación del Gobierno todos nuestros recursos". No obstante, remarca que esa reapertura del centro en la capital, Puerto del Rosario, resulta imprescindible. Un equipamiento que, "lamentablemente, se conoce por haber estado diez años pagando catering sin tener uso. Ahora es otra etapa, no tiene nada que ver con esto pero, desde luego, no tenemos más espacio físico. Estamos totalmente desbordados", reconoció.

En declaraciones a los medios, Acosta dejó claro que esa reutilización ha de contar con las intervenciones previas que se precisan para que se haga un uso adecuado "y prestar el servicio a estas personas que buscan una oportunidad mejor", toda vez que, según indicó, su estado actual es de "abandono".

Al igual que el Ejecutivo autonómico, Acosta da por hecha la reapertura tras la conversación del miércoles entre el ministro Fernando Grande Marlaska y el presidente regional, Ángel Víctor Torres, y tras una reunión interna de técnicos de Interior que sustituyó a la cumbre entre ambos ejecutivos anunciada por Torres. Sin embargo, fuentes del ministerio aclararon ayer a este periódico que esa supuesta e inminente reapertura del CIE de El Matorral para mitigar el repunte migratorio solo se efectuará si, previamente, se comprueba que cumple con las exigencias mínimas para ese fin.

Fuentes de Interior desconocen por qué se ha dado por segura la reutilización e insisten en que, antes de eso, harán una visita con técnicos para comprobar el estado de las dependencias y si están en condiciones de acoger a parte de las personas que ya han arribado o que sigan haciéndolo a las costas canarias en los próximos meses.

El consejero de Seguridad del Gobierno canario, Julio Pérez, abogó el jueves por un nuevo modelo para los CIE e incluyó en ellos el centro de El Matorral. Eso sí, recalcó que cada administración ha de implicarse según sus competencias y mostró su profundo dolor por las últimas muertes acontecidas en aguas canarias, como la del bebé que nació a bordo de una patera.

El ministerio apuesta por ese modelo desde enero de 2019 y ya ha aplicado diversas mejoras en centros como el de Barranco Seco (Gran Canaria) o el de Hoya Fría (Tenerife). Para ello, el Consejo de Ministros aprobó en ese mes un amplio plan de reforma para ocho CIE y anunció la creación de uno nuevo en Algeciras (Cádiz) que tiene un plazo de obras de tres años y que pretende servir de referente de este nuevo enfoque.

Este modelo pretende equipamientos que garanticen un mayor respeto a la dignidad y a los derechos humanos de los internados. Se respondería así a las observaciones del Defensor del Pueblo, los jueces de control y organismos nacionales e internacionales que llevan tiempo afirmando que estos centros no cumplen las condiciones idóneas para albergar y custodiar a personas objeto de un procedimiento de expulsión a sus países de origen.

Estas mejoras han permitido, por ejemplo, extender el servicio sanitario a las tardes en el CIE de Barranco Seco, lo que es loado por ONG como Médicos del Mundo, aunque sigue sin haber por la noche. No obstante, esta entidad, que forma parte de la Plataforma Contra los CIE, advierte de que el centro de El Matorral no cuenta con las condiciones idóneas para ser reabierto y reutilizado para este fin, aparte de que se prefiere un modelo de centros abiertos y alternativas diferentes, como pisos.