La calentura inicial de CC contra Ana Oramas por su desobediencia en la investidura de Pedro Sánchez se va enfriando. La intromisión de otros partidos para que la portavoz de Coalición Canaria en el Congreso reciba una dura sanción está provocando el efecto contrario y la formación nacionalista, como cualquier familia ante el ataque de un foráneo, está cerrando filas en todas las Islas en defensa de su diputada, aunque internamente censuren la insubordinación de Oramas. Los trapos sucios se lavan en casa.

No perdonan que haya incumplido el mandato del Consejo Político Nacional de abstenerse en la investidura y haya votado no el pasado martes en el Congreso a Sánchez, y admiten que debe ser sancionada de alguna manera, pero la expulsión empieza a quedar ya muy lejos, incluso para los dirigentes de las islas más críticos con la parlamentaria, como es Fuerteventura y Lanzarote.

Representantes de ambas islas pidieron en un primer momento que el partido actuara con contundencia para esta falta "muy grave", una sanción que incluso puede derivar en la expulsión, aunque Oramas sea un peso pesado y tenga un gran tirón electoral, pero al constatar las críticas de otros formaciones las posturas se han ido ablandando.

Conscientes de que la marcha de Oramas sería para sus opositores -como el PSOE o Podemos- un gran triunfo, pues con ello no solo se iría una diputada que les levanta los colores en la Cámara sino que en el Archipiélago crearía una grave fractura interna en la formación y entre el electorado, Coalición ya empieza a buscar una solución que contente a todos. "Ni para ti ni para mí", empiezan a decir dirigentes de esta organización en todas las Islas, que tienen claro que no permitirán que otros partidos intenten provocarlos para que se peleen públicamente y ofrezcan un espectáculo de división que, en la situación actual de CC, solo puede mellar más su imagen.

Coalición Canaria ha sido descabalgada de todas las instituciones en las que ha gobernado en las últimas décadas, como el Gobierno de Canarias o los cabildos de Fuerteventura y Lanzarote, entre otras corporaciones, con lo que una discusión pública sobre la sanción que se le debe dar a Oramas solo puede beneficiar a sus detractores y poner al partido en boca de todos.

La diputada cuenta ya con el apoyo explícito de su Isla, Tenerife, donde destacados dirigentes han manifestado que si bien se merece una reprimenda primero hay que escuchar sus argumentos y decidir si se le abre o no expediente, pero, en ningún caso, llegar a la expulsión. Esa decisión no cabe en la cabeza de la mayoría de los representantes de CC en la Isla, porque no solo dejaría huérfano en el Congreso al partido -Oramas es muy valorada en Madrid-, sino que levantaría ampollas entre su electorado y dividiría, sin duda, a la organización.

Ya empiezan a esgrimir que la sanción a Oramas conllevaría una insurrección en Tenerife, tanto en las bases como en los dirigentes, pues la diputada pidió perdón por su voto y lo justificó aduciendo que cumplía con lo prometido en la campaña electoral a sus votantes: no apoyar a un gobierno en el que estuviera Podemos ni Vox.

Ayer se reunían los comités insulares de Fuerteventura y Gran Canaria para hablar de esta situación. El líder de CC en la isla majorera, Mario Cabrera, ha sido uno de los más críticos con la decisión de Oramas -él apoyó en el?Consejo Político Nacional de CC el sí a Sánchez, pero al final se aprobó la abstención-. Ha reclamado medidas contundentes que pueden culminar en la expulsión. Pero otros dirigentes de esta Isla se muestran más reacios. Exponen que perderían más de lo que ganarían y sería como una victoria para las formaciones que han criticado a Oramas por su decisión, acusándola de posicionarse con la derecha y la ultraderecha.

Desde Lanzarote, David de la Hoz, otro de sus dirigentes, cree que si no recibe una sanción sentaría un mal precedente, pero precisa que el partido no está por expulsar a sus valores políticos.

Gran Canaria

En Gran Canaria, Francis Candil, vicesecretario insular de CC, indica que los órganos nacionales de la organización deben decidir cuál es la sanción, si bien lo que a los militantes de esta isla les está llamando la atención es el debate externo de partidos como el PSOE, Podemos y el PP, que buscan hacer todo el daño posible a CC. "Es la única diputada que tenemos y es evidente el peso que tiene en la organización", precisa, pero remite a los órganos del partido para dirimir este tipo de situaciones.

La secretaria de CC en la La Palma, Nieves Lady Barreto, ya ha dicho que Ana Oramas debió explicar a la organización que iba a desobedecer el mandato del Consejo Político Nacional, pero no admite, ni por asomo, que otros les digan lo que tienen que hacer.

Mientras tanto, el secretario general de Coalición, José Miguel Barragán, guarda silencio al tiempo que elabora la propuesta sobre la posible sanción a la diputada de CC. Tras conocer la insumisión de Oramas, el pasado martes, consideró como muy grave su falta, y en los estatutos de CC ese tipo de sanción puede derivar en la expulsión. Pero también dejó claro que la apertura de un expediente es un procedimiento reglado y tiene un carácter muy garantista.

A Barragán le corresponde elaborar el informe, que trasladará a la Comisión Permanente del partido, y será este órgano el que decida si convoca una Ejecutiva para tratar este asunto, a la que debería asistir Ana Oramas para dar explicaciones, y si se le abre o no expediente sancionador.

Barragán no oculta que CC tiene "un problema", que se debe resolver de forma eficaz, para lo que, según los estatutos, tiene un periodo de hasta seis meses.