El portavoz del Ejecutivo canario, Julio Pérez, ligó ayer la reapertura del centro de internamiento de extranjeros de El Matorral, en Puerto del Rosario (Fuerteventura), con un replanteamiento del modelo para estas infraestructuras y su atención. Según dijo tras el consejo de gobierno, se requiere "reconstruir el sistema de atención a los migrantes", para lo que considera que cada administración "debe hacerlo desde sus responsabilidades".

Pérez no escondió su estremecimiento por las muertes acumuladas en el mar y calificó de "tremenda" la que se produjo este miércoles de un bebé que nació a bordo de una patera que se dirigía a las Islas. "Las muertes de los últimos días son tremendas. Hechos como estos nos obligan a seguir insistiendo en que cada uno asuma su responsabilidad y hagamos frente a la situación", dijo en rueda de prensa. Además, tiene claro que el aumento en la llegada a Canarias de estas embarcaciones desde 2019 (cuando hubo un millar más de personas arribadas que en 2018, con un total de 2.698) exige ser atendido por parte de las distintas instituciones.

Según reconoció, y tal y como ha hecho en diversas comparecencias desde el cambio de gobierno, al Ejecutivo regional no le consuela que la cifra en Canarias siga siendo inferior que en el estrecho o el Mediterráneo. De hecho, en la península bajaron casi a la mitad en 2019, mientras que subieron en ese millar en las Islas. Eso sí, aclaró que el repunto en 2018 fue, incluso, mayor en términos porcentuales respecto a 2017, al pasarse de 400 a 1.308 personas llegadas en patera.

Pese a este anuncio de un cambio de modelo en los CIE, el anuncio del Ministerio del Interior, efectuado el pasado miércoles al Gobierno de Canarias, de que pretende reabrir el centro de El Matorral como respuesta a este repunte junto al ya reabierto de Barranco Seco (Gran Canaria) responder al incremento en la llegada de pateras a las Islas ha encendido las alarmas de la Plataforma Canarias Libre de CIE. Esta entidad la integran, entre otras, organizaciones como Médicos del Mundo. Una de sus técnicos, Iriome Rodríguez, alertó ayer de que estos centros no son, en ningún caso, "una alternativa, sino una opción que vulnera los derechos de los migrantes y que no ayuda a combatir discursos de odio".

El CIE de El Matorral lo cerró precisamente el actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en el verano de 2018 después de permanecer 6 años vacío. Para Rodríguez, este modelo solo responde a los que creen que los migrantes deben permanecer encerrados, subrayando que se debe reforzar la ayuda en los países de origen para evitar se arriesgue la vida en pateras y apostar de verdad por "un modelo de acogida que tienda a la integración y no a la criminalización".

Según subraya, en España hay otros modelos, "como las plazas de acogida humanitaria a través de pisos de ONG que trabajan con inmigrantes, como ocurre con Cruz Roja o la Comisión de Ayuda al Refugiado. También existe la posibilidad de que los centros de acogida sean abiertos, alternativas que han demostrado ser más eficientes que los centros de internamiento". La Plataforma recuerda el hacinamiento denunciado en este CIE y que, pese a estar vacío, el Estado gastó 4 millones de euros por servicios médicos o limpieza en esos 6 años.