La diputada nacional de CC, Ana Oramas, consumó ayer su primer no a Pedro Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno en la sesión que vivió su segunda jornada en el Congreso, y contribuyó con su posición a dejar el resultado con una diferencia de un solo voto a favor de la investidura del líder socialista, que logró 166 votos a favor y 165 en contra como consecuencia de la ausencia de una diputada de Unidas Podemos que no pudo participar en la votación por enfermedad. La investidura no prosperó en todo caso en esta primera votación al no conseguir el candidato la mayoría absoluta requerida, pero con toda probabilidad los conseguirá en la votación de mañana, 48 horas después de la primera, en la que sólo necesita más votos a favor que en contra y en la que además espera contar ya con todos los diputados de la formaciones que la apoyan.

Oramas cumplió de esta forma su anuncio del día anterior durante el debate con el candidato de que votaría en contra pese a tener el mandato del Consejo Político Nacional de CC de abstenerse tanto en la votación de ayer como en la del martes. La diputada tinerfeña eludió ayer dar explicaciones o argumentaciones complementarias sobre las razones de su voto más allá de las que expuso el sábado en su dura intervención contra Sánchez desde la tribuna del hemiciclo, pero aseguró al término de la sesión de ayer que no cambiará de posición en la votación del martes. Sería por tanto su 'no' definitivo a Sánchez y a su proyecto de gobierno de coalición con Unidas Podemos, la primera en España desde la recuperación de la democracia en 1978, y a una investidura que triunfará gracias a la abstención de ERC y Bildu.

"Por coherencia y dignidad"

Oramas sí llegó a comentar a algunas personas de su entorno y a diputados de otras formaciones a nivel personal que había adoptado su decisión de desmarcarse del mandato de CC "por coherencia y dignidad", y que estaba dispuesta a asumir las consecuencias disciplinarias que esa decisión le pueda acarrear. En todo caso, la diputada nacionalista eludió durante todo el día de ayer hacer declaraciones y responder a las preguntas de los periodistas, y ha hecho saber que mantendría esta actitud también mañana tras la segunda votación para la investidura y la presumible proclamación de Sánchez como presidente. Oramas se ha mantenido en las últimas horas ajena a las informaciones sobre las reacciones que su actitud ha provocado en CC, así como sobre las iniciativas que la dirección del partido y distintos sectores del mismo se han planteado para analizar la situación y tomar decisiones, entre las que no se descartan medidas disciplinarias contra la diputada. En todo caso, la posición de la veterana diputada canaria, muy popular en todo los sectores políticos y mediáticos en Madrid, ha sido uno de los elementos que ha marcado las dos primeras jornadas de investidura, y formó parte de los comentarios y análisis sobre las posibles consecuencias a efectos prácticos y a efectos político de cara no solo a la investidura, sino al conjunto de la legislatura que se avecina. El sorpresivo no de Oramas a Sánchez ya fue utilizado el sábado por la portavoz de Cs, Inés Arrimadas, como ejemplo de "actitud valiente" que deben secundar los diputados socialistas que no estén de acuerdo con el pacto de Sánchez con ERC, y que el presidente logre la investidura gracias al apoyo de la formación independentista catalana y Bildu.

Desde el entorno de Sánchez y del equipo negociador del PSOE se trasladaba ayer la idea de que la sorpresa sólo es relativa, porque precisamente se habían producido en los últimos días contactos con los dirigentes de CC para tratar de acercar posiciones pero que no tuvieron éxito. Fuentes socialistas señalaron ayer que Sánchez había insistido en su réplica a Oramas durante el debate a que reconsiderara su posición para poder contar con su apoyo en la segunda y definitiva votación, y aunque formalmente creen que hasta el final deben mantener la esperanza de que la cúpula de CC obligue a la diputada a respetar la abstención acordada por el máximo órgano del partido, apenas confiaban ya en ello.

Señalaron algunas fuentes que el secretario general de la formación nacionalista, José Miguel Barragán, y su senador autonómico y expresidente de Canarias, Fernando Clavijo, contactaron en Madrid con el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, integrante a su vez del equipo negociador del PSOE, para tratar de cerrar un pacto que incluyera parte de las demandas que CC había puesto sobre la mesa en la negociación conjunta con NC, básicamente algún tipo de bonificación en el IRPF para los residentes y en el Impuesto de Sociedades, pero también una concreción mayor en que el nuevo modelo de financiación autonómica garantizaría una financiación por habitante equivalente a la media estatal excluidos los recursos del REF. Desde CC se insiste en considerar que el acuerdo entre socialistas y NC se cerró demasiado pronto y sin presionar suficientemente para intentar mejorar las condiciones del apoyo, y que el que le ha proporcionado Quevedo ha resultado barato.

No hubo negociación

Esa reunión con Ábalos apenas dio lugar a una negociación en serio sobre estas cuestiones, no sólo porque el PSOE no parecía estar dispuesto a asumir los planteamientos de CC, sino porque estaba advertido por parte de NC de que no tolerarían un acuerdo paralelo que pudiera dejar en entredicho el documento que los dos partidos socios en el Gobierno de Canarias firmaron el viernes, denominado Bases para una agenda canaria en las relaciones con el Estado en el periodo 2020-2024. Y menos con medidas que ni estaban en los programas originales nacionalistas ni en el conjunto de la coalición electoral, y con las que NC ni siquiera está de acuerdo. Sin embargo, en el PSOE también interpretan que la razón de fondo por la que Oramas se desmarcó de la decisión del CPN de CC puede tener una clave interna de partido y táctica de política canaria, al considerar que su no a Sánchez está inspirado y avalado por el sector tinerfeño de la formación.

En la sesión de ayer en el Congreso, marcada por una gran bronca entre las bancadas de quienes apoyan la investidura y quienes la rechazan, el PSOE ya incluyó de forma implícita a Coalición Canaria en lo que el candidato llamó "la coalición del Apocalipsis" por la descripción que hizo Oramas sobre el futuro del país con un gobierno de Sánchez con Unidas Podemos y por el pacto "con quienes quieren destruir el país". Para los socialistas, afirmaciones de la diputada tinerfeña como que "hoy se está inaugurando la demolición del Estado que conocemos" por el pacto "con quienes quieren acabar con la democracia del 78 y la Monarquía Parlamentaria" forman parte de esa "visión apocalíptica que cultiva la derecha", y consideran que el encendido aplauso que Oramas logró por parte de la mayoría de diputados del PP, de Cs y de Vox "es un ejemplo clarificador".