Las donaciones se han disparado en Canarias en los últimos meses. Especialmente de padres a hijos. El 1 de enero desaparecerá la bonificación íntegra en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, de modo que alrededor de dos de cada diez herederos o donatarios tendrán que pasar por caja y pagar el tributo a la Hacienda autonómica. Una decisión del Ejecutivo regional a la que se suma el runrún que viene desde Madrid, donde se da por descontado que el próximo Gabinete de Pedro Sánchez, si es que finalmente logra los apoyos suficientes para formar Gobierno, impondrá un impuesto mínimo en todo el país. Así que ha aumentado el número de padres que optan por donar en vida a sus hijos la casa familiar o la segunda residencia para aprovechar los últimos meses de la cuota cero del impuesto en las Islas. Los datos del Centro de Información Estadística del Notariado así lo ponen de manifiesto, y ello pese a que aún no registran las cifras de las últimas semanas, en las que el trajín en las notarías del Archipiélago ha ido in crescendo conforme se acerca el fin de la bonificación del tributo.

En el primer semestre del año se contabilizaron en Canarias un total de 3.630 donaciones, un 9% más que entre enero y junio de 2018. De hecho se trata del mayor número registrado por los notarios de las Islas en los seis primeros meses de un ejercicio desde 2012, es decir, desde hace siete años. No en vano fue precisamente en 2012 cuando el entonces Gobierno de Paulino Rivero decidió suprimir la bonificación del 99,9% en la cuota del impuesto. El 1 de julio de ese año, los canarios tuvieron que volver a tributar al recibir un legado, y esa fue la razón de que se contabilizaran 7.628 donaciones solamente entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2012, la friolera de un 142% más en términos interanuales y una cifra superior a la de todo 2011. Había que darse prisa para evitar el pago del impuesto, y la estadística evidencia que los isleños así lo hicieron, algo que ha vuelto a pasar en los últimos meses.

En esta ocasión, el incremento del número de donaciones no es tan extraordinario como hace siete años, pero sí evidente. Aquella vez, y con la justificación de buscar ingresos con los que sanear las maltrechas cuentas públicas de la región (en las que la crisis había hecho estragos), el Gobierno de Canarias recuperó el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones sin hacer ningún tipo de excepción. El Ejecutivo de Fernando Clavijo reinstauró la bonificación del 99,9% (lo que en la práctica supone suprimir de facto el tributo) en 2016, y ahora el Gabinete de Ángel Víctor Torres sigue los pasos del de Rivero con el mismo argumento: la necesidad de incrementar los ingresos para sostener los servicios públicos. En este caso, eso sí, la recuperación del impuesto solo castiga a una parte menor de los potenciales herederos y donatarios de la Comunidad Autónoma, en concreto a quienes reciban legados valorados en más de 300.000 euros, y de hecho solo tendrán que abonar el cien por cien del tributo aquellos a quienes se les haya transmitido una herencia o donación de más de 1,2 millones. En torno al 80% de los legados permanecerán, por tanto, exentos del pago del impuesto, al menos según los cálculos de la propia Agencia Tributaria Canaria. Pero en el incremento de las donaciones no solo influye que el Gobierno autonómico haya decidido no dar continuidad a la bonificación fiscal que tenía prevista el anterior Ejecutivo, sino también, y sobre todo, la incertidumbre ante lo que el próximo Gobierno central decida. No hay que olvidar que las regiones donde se aplica el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones acusan a aquellas que lo tienen bonificado de practicar una suerte de dumping o competencia fiscal desleal. Esto es lo que subyace en la intención del PSOE de fijar una cuota mínima.

"Sí ha habido un incremento de las donaciones", ahonda el decano del Colegio Notarial de las Islas Canarias, Alfonso Cavallé. Cavallé cree que las dudas sobre lo que decida el futuro Gobierno estatal son el factor que más está influyendo. "Es un tema más de miedo por cómo vayan a estar las cosas en el futuro", explica el notario, que hace hincapié en otra causa que también está detrás del incremento de las donaciones y que no es estrictamente tributaria. Muchos padres prefieren donar en vida a sus hijos, pese a la mayor carga fiscal, para evitar futuros conflictos entre sus vástagos.