Los argumentos con que Marruecos pretende defender ante Naciones Unidas la expansión de su frontera marítima hacia Canarias son que tiene más kilómetros de costa y que el Archipiélago no es un Estado, sino islas que forman parte de un Estado. El pasado lunes, el titular de la cartera de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, expuso que "en este caso se aplica el principio de equidad; si uno tiene 750 kilómetros de costas y el otro, 10 kilómetros, no se puede aplicar la línea mediana". Al respecto, el profesor de la Universidad de La Laguna Vicente Navarro Marchante señala que Marruecos puede alegar aquello que considere pertinente, pero España puede oponer argumentos igualmente válidos, como la alta densidad de población del Archipiélago o su mayor dependencia de las aguas que lo circundan. En medio está un pugna política por hacerse con los yacimientos de telurio y cobalto, metales de altísimo valor tecnológico, que yacen en unos montes submarinos al suroeste del Archipiélago. España planteó a Naciones Unidas extender su soberanía sobre las aguas canarias hasta las 350 millas náuticas de la costa, lo que daría el control de este espacio, la misma pretensión de Marruecos.