España ya ha advertido formalmente a Marruecos que las aguas canarias son intocables. Así se lo hizo saber ayer Margarita Robles a la embajadora del reino alauí en Madrid, Karima Benyaich, y al propio Gobierno del país vecino. La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación abordó la crisis territorial a que han dado lugar las aspiraciones expansionistas marroquíes con el presidente del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres, con quien convino comunicar de inmediato a Rabat la frontal negativa de España a cualquier redefinición de las fronteras marítimas que no sea resultado del consenso. España, tal como habían pedido todos los partidos con representación en el Parlamento autonómico, no ha perdido así ni un segundo en dejar claro a Marruecos que su propuesta está abocada a fracasar incluso antes de materializarse.

El reino alauí pretende elevar a Naciones Unidas una solicitud de delimitación de las aguas que geográficamente comparte con Mauritania y Canarias, es decir, con Mauritania y España. De hecho, la comisión de Exteriores de la Cámara de Representantes marroquí (la equivalente al Congreso de los Diputados) aprobó este lunes dos leyes en las que plasma las intenciones de Rabat. Estas leyes no tienen valor jurídico alguno, ya que la distribución del espacio marítimo entre dos países colindantes está subordinada al acuerdo entre Estados, pero no es menos cierto que Marruecos se arroga en su nuevo mapa la soberanía sobre una amplia zona al suroeste de las Islas que le es del todo ajena. ¿Con qué argumentos? Pues partiendo de la base de que el país es soberano sobre los territorios ocupados del Sahara Occidental.

Así que en lugar de delimitar el espacio marítimo tomando como referencia que su territorio acaba en Tarfaya, como hasta ahora, Rabat desplaza su frontera sur a la ciudad de La Güera, en el límite meridional de los territorios ocupados, lo que automáticamente extiende las aguas bajo su control. Tan es así, que invade zona marítima canaria y española. "Con que simplemente roce un milímetro las aguas canarias, esa propuesta va a decaer, no tendrá vigencia, quedará sin efecto... En definitiva, morirá", subrayó Ángel Víctor Torres.

El presidente del Ejecutivo autonómico explicó que había hablado "largo y tendido" con la ministra Robles (el lunes ya lo había hecho con Pedro Sánchez) sobre el órdago marroquí. Una conversación en la que los representantes de los Gobiernos central y regional estuvieron de acuerdo en la necesidad de responder con "contundencia" ante las aspiraciones del reino alauí. "Las aguas canarias no se tocan", insistió Torres en el mensaje que ya el martes, tras conversar con Sánchez, había enviado a Rabat.

Tanto Robles como el dirigente autonómico dieron así un paso al frente en lo estrictamente político después de que los distintos partidos reclamaran firmeza ante las pretensiones de Marruecos. Coalición Canaria (CC) fue la primera en reaccionar tanto en las Cortes Generales, donde el senador Fernando Clavijo registró de inmediato una interpelación al Gobierno, como en la Cámara regional, en la que ha solicitado la celebración de un pleno extraordinario y monográfico sobre este asunto. También Nueva Canarias (NC), tanto por medio de Pedro Quevedo en el Congreso como en el Parlamento autonómico, ha registrado una serie de iniciativas a fin de recabar más información (de momento nada se sabe de los límites exactos del mapa dibujado por Marruecos más allá de que su ministro de Exteriores ha reconocido el "solapamiento" con intereses canarios y españoles) y ha hecho un llamamiento a la unidad de acción de todas las fuerzas políticas. Unidad de acción que no parece difícil de conseguir, ya que también Podemos, la Agrupación Socialista Gomera (ASG) y Ciudadanos (Cs) comparten la necesidad de que el Estado se muestre firme en defensa de las aguas del Archipiélago. Así pues, el desafío marroquí ha servido indirectamente para unir, al menos en el fondo de la cuestión, a todo el arco parlamentario.

No será fácil, sin embargo, que Rabat desista de sus planes. No en vano, y tal como apuntó el eurodiputado canario Juan Fernando López Aguilar, las dos leyes en que ha plasmado sus pretensiones expansionistas tienen mucho de "norma de autoconsumo", esto es, de afianzamiento del control del Sahara Occidental de puertas adentro.

En este sentido, el exministro de Justicia llama la atención sobre la unanimidad con que han salido adelante ambas leyes, lo que se traduce en unanimidad en la consideración de los territorios ocupados como parte del Reino de Marruecos, "un consenso nacional sin fisuras" en una sociedad, precisó López Aguilar, más plural de lo que se piensa.

Además, y a pesar de que "ni la realidad ni la legalidad internacional han sido modificadas", en tanto que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar es muy clara en la necesidad de que haya acuerdo para delimitar el espacio marítimo común (en este sentido las dos leyes marroquíes son papel mojado), el reino alauí no renunciará tan fácilmente a la riqueza del monte submarino Tropic.

Esta zona, con sus reservas de telurio y cobalto, queda dentro de la plataforma continental canaria (un espacio marítimo hasta las 350 millas náuticas desde las Islas pendiente de autorizar por la ONU), pero también, en parte, de aguas saharauis, que no marroquíes, que Rabat se anexiona en estas dos leyes como antes hiciera con el territorio.