El gasto de los siete cabildos insulares en altos cargos batió el año pasado su particular récord. La cuantía ha crecido un 67% desde la crisis económica, sensiblemente más que el total del gasto en personal, entre otras cosas porque también es la suma que menos se resintió durante los muchos años de recortes presupuestarios. Así lo ponen de manifiesto las liquidaciones de los presupuestos que las entidades locales elaboraron para 2018. Los datos publicados por el Ministerio de Hacienda irrumpen justo cuanto está sobre la mesa de la discusión política e institucional la posible modificación de la Ley de Cabildos. Una modificación para que los presidentes insulares puedan nombrar a dedo a los altos cargos de sus corporaciones. La pelota está ahora en el tejado del Gobierno de Canarias, que baraja una serie de posibilidades entre las que figura la de sacar adelante una suerte de ley escoba que incluya los cambios que quieren introducir los cabildos en la norma fundamental que los rige. Esta ley serviría también para modificar otras normas, de ahí su peculiaridad. Sea como sea, los números publicados por el Ministerio que dirige María Jesús Montero (ahora en funciones) permiten hacerse una idea de cuánto cuestan los altos cargos cabildicios.

Y ¿cuánto cuestan? Más de ocho millones de euros al año, alrededor de 8,3 millones en 2018. Una cantidad que, no obstante, se quedará pequeña en cuanto se cierre el actual ejercicio, habida cuenta del notable aumento que ha experimentado el presupuesto global de los cabildos para el capítulo 1, esto es, el correspondiente al gasto en personal (incluidos los funcionarios, el personal laboral, los eventuales de gabinetes, los altos cargos y también los incentivos). El coste de los miembros de los gobiernos insulares (consejeros, viceconsejeros, etcétera) y del resto del personal directivo de los cabildos había tocado techo en 2010. Paradójicamente, llegó así a su máximo en el tercer año que discurrió sumido de lleno en la recesión, que había estallado en octubre de 2007 con aquel primer capítulo de las hipotecas subprime o basura en los Estados Unidos. Los canarios pagaron ese año a los altos cargos de las siete grandes corporaciones locales de las Islas poco más de 8,1 millones de euros. Casi la misma cantidad que abonaron en 2017 y unos 200.000 euros menos de lo que costaron el año pasado, cuando la factura llegó a esos 8,3 millones de euros, registrándose así, según las cifras del Ministerio de Hacienda (aún provisionales), un nuevo récord.

De lo anterior podría desprenderse que el gasto en los órganos de gobierno y directivos cabildicios se ha mantenido estable; al fin y al cabo transcurrieron ocho años (2010-2018) para que el desembolso volviera a máximos. Sin embargo, no ha sido así, ni mucho menos. ¿Por qué? Porque cuando ya no quedaba nadie que se atreviera a negar la crisis y su gravedad, las corporaciones insulares dispararon el gasto en altos cargos a cifras insospechadas hasta entonces. Ocurrió justamente en 2010, cuando la factura superó por primera vez en la historia los ocho millones de euros. En 2007, que acabaría siendo el último ejercicio del largo período de bonanza y burbuja inmobiliaria en España, los cabildos desembolsaron en conjunto para pagar a sus altos cargos menos de cinco millones de euros. En 2008 aún hubo presupuestos expansivos, ya que pese a que la crisis era una realidad, todavía eran legión (con Rodríguez Zapatero a la cabeza) quienes pronosticaban que acabaría rápido. No obstante, el montante se quedó por debajo de los seis millones, como también en 2009. Lo inusual fue lo de 2010.

Los cabildos gastaron ese año (no presupuestaron, sino que gastaron efectivamente) un total de 1.551,9 millones de euros. De modo que desembolsaron para llevar a cabo sus políticas, mantener la institución y retribuir a sus miles de empleados unos 241 millones menos que antes de que estallara la crisis, algo que guarda coherencia con el desplome económico.

Y, sin embargo, y a todas luces a contracorriente, gastaron un 63% más en altos cargos. Los 4.963.000 euros desembolsados en 2007 se convirtieron en 8.106.000 euros tres años después, en plena recesión y recortes presupuestarios. Entre 2011 y 2016, los cabildos nunca recuperaron el volumen de gasto anterior a la crisis, pero incluso así, es decir, a pesar de manejar presupuestos sensiblemente inferiores, el desembolso en consejeros, viceconsejeros, directivos y demás siempre estuvo muy por encima de los ejercicios precrisis (el mínimo anual fueron los 6,8 millones de 2012, lo que desde algunos cabildos se vendió como un recorte que en realidad nunca fue tal). Ya en 2017, con el mayor presupuesto en años (entre los siete movieron 1.910 millones), el gasto en altos cargos volvió a superar los ocho millones, para tocar un nuevo techo en 2018.