Canarias echa mano de las escuelas unitarias para taponar la sangría de la despoblación que afecta, principalmente, a las islas más orientales del Archipiélago y a las zonas de medianías y cumbres de Gran Canaria y Tenerife. En un mundo cada vez más global y virtual, el arraigo social y cultural ha quedado relegado a la mínima expresión. La educación no escapa a este fenómeno y únicamente en determinadas áreas de la región se mantiene en pie un modelo educativo que no solo promueve el aprendizaje cooperativo en el aula, con fuertes raíces en torno al medio en el que se levanta, sino que también se erige, en muchos casos, como el último bastión contra la merma de población de su entorno. El?Ejecutivo regional se ha marcado como tarea revitalizar este modelo, pero advierte que serán necesarias políticas transversales para reanimar la economía y el empleo del medio rural y atajar, así, su éxodo y paulatino envejecimiento.

El Archipiélago cuenta con 139 escuelas unitarias: 36 en Tenerife; 35 en Gran Canaria; 32 en La Palma; 14 en Lanzarote; 11 en Fuerteventura; 6 en La Gomera y 5 en El Hierro. Desde que arrancó el nuevo siglo se han perdido unas 150 y la tendencia, a tenor de la evolución, es "decreciente".?Si en el curso 1999-2000 las Islas contaban con 282 colegios de este tipo que impartían clase a 9.072 alumnos, en el actual solo hay matriculados 2.818. Hay siete, además, que abren cada día sus puertas para recibir a menos de seis estudiantes.?Es el caso del?CEIP El Risco, en Agaete (Gran Canaria), que solo tiene ocupados seis pupitres.?En La Palma se encuentran en esta situación las escuelas Taburiente (El Paso), Sagrado Corazón de Jesús (Puntallana), Tigalate (Mazo) y Lodero (Mazo).?Todos cuentan con seis alumnos salvo el último, que solo tiene cinco. A esta lista se suman otros dos colegios de Tenerife.?El de Nuestra Señora del?Buen Viaje, en Granadilla de Abona, con seis niños, y el de Sor Florentina y?Agustín Cabrera, en Santa Cruz de Tenerife, con apenas cuatro alumnos.

En el pleno de la pasada semana la consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del?Ejecutivo regional, María José Guerra, se comprometió a reimpulsar estos centros.?Para lograr este objetivo, Guerra aseguró que convocará en marzo o abril un encuentro de escuelas unitarias, al que también invitará a los cabildos y ayuntamientos, y trabajará en la recuperación de la figura del coordinador dentro de la Consejería para cuestiones específicas sobre este tipo de colegios. Los grupos parlamentarios apuntaron al descenso de la natalidad y a la preferencia a vivir en las grandes urbes o en sus áreas de influencia por la escasez de oportunidades en el medio rural como factores determinantes del debilitamiento de este modelo educativo y del éxodo rural. Solo hay que echar un vistazo a los indicadores demográficos para comprobar que El Hierro, La Gomera y La Palma son las islas con los índices de vejez más elevados del?Archipiélago, con 22,49%, 21,6% y 20,74%, respectivamente. La relación del número de personas mayores de 65 años con respecto a la cantidad de menores de 15 años sigue el mismo patrón en?Gran?Canaria y?Tenerife, pues son los municipios cumbreros y de medianías los que arrojan los valores más elevados.

La escasez de niños en estos entornos supone un problema para la continuidad de las escuelas unitarias y para la supervivencia de la población en esos territorios. Este curso dos colegios echaron el cierre -el?CEIP Pino Santo Bajo, en Gran Canaria, y la escuela EEI Las Rosas, en?Tenerife- y otros cuatro no contaron con ninguna matriculación nueva: los de El?Gamonal y Las Breñas, en Telde, y los CEIP Breña y Montes de Luna, en Mazo. ¿Quienes corren peligro? Para saberlo es necesario un análisis sosegado. El criterio que el Gobierno ha seguido hasta la fecha para decidir el cierre de uno de estos centros es que cuente con cinco o menos estudiantes y que encadene tres años perdiendo alumnos.

El?informe Evolución de las Familias de 2019 del Instituto de Política Familiar sitúa a Canarias, junto con Asturias y?Cantabria, entre las regiones con peores indicadores demográficos y la incluye en el paquete de comunidades que se encaminan hacia el suicidio demográfico.?Para muestra, un botón. La tasa de fecundidad, que refleja el número de nacidos por cada 1.000 mujeres, se situó en el 27,32% en el Archipiélago al cierre de 2018. Una cifra notablemente inferior a la registrada diez años antes, del 37,71%, según los datos publicados por el INE. El desplome de la natalidad es tal que la Fundación BBVA e Ivie alertan en un reciente informe sostiene que compromete el futuro de los servicios básicos.

La caída del número de nacimientos tiene un fiel reflejo en el cierre de escuelas unitarias. La Consejería de Educación indica que en los últimos diez años se ha reducido en un 40% el número de este tipo de colegios, de tal forma que hay 1.005 niños escolarizados menos en estos centros que entonces. En?Gran Canaria hay 16 unitarias menos -y 557 niños menos- y en Tenerife una docena menos -y 190 alumnos menos-.

El profesor de Geografía Humana de la Universidad de La Laguna (ULL), Vicente Zapata, cree improbable que las poblaciones de la Islas situadas en medianías y cumbres estén al borde de la extinción. A diferencia de la Península, la lejanía en las islas es más relativa. "Aquí hay bastante continuidad entre los zonas urbanas, las interurbanas y las rurales", apunta. Eso sí, añade que estas áreas solo quedan dispuestas como localidades dormitorios o de segunda residencia. El envejecimiento de la población, indica, retira equipamientos y la falta de oportunidades laborales, población. "Es un círculo vicioso que va acabando con la vitalidad de algunos espacios", esgrime.

Palanca de desarrollo

Zapata considera que las escuelas unitarias deben convertirse en una "palanca de desarrollo", donde la función educativa confluya con otro tipo de servicios para anclar la ciudadanía al territorio.?El experto sostiene que es compatible utilizar estos centros como espacios socioculturales que rearmen el espíritu comunitario de las localidades que se han ido desvertebrando con el tiempo.?"Tenemos que volver a coser el medio, el territorio, intentando que los actores se vuelvan a encontrar y que vuelvan a construir de forma conjunta y colaborativa.?La única vía es un espacio físico, pero también intelectual; nos podría ayudar a hacer eso", subraya.

Los colectivos de Escuelas Rurales exigen el desarrollo del acuerdo marco que el Ejecutivo firmó en 2014, con el socialista José Miguel Pérez al frente de la Consejería de Educación.?Álvaro Corujo, maestro de Educación?Física en CER Las Breñas, en La Palma, apunta a que el colectivo se encuentra en una situación de "impasse" hasta que no se impulse el mencionado marco. La estabilidad de las plantillas, la falta de formación de los docentes cuando comienzan a trabajar en la escuela unitaria, la asfixia burocrática a la que se ven sometidos los equipos directivos -en algunos casos solo hay un director que ejerce, a su vez, de tutor- o la falta de servicios complementarios, como el transporte o el comedor, son algunos de los problemas que, indica, golpea a este modelo educativo por la inacción administrativa de los últimos años.

El?Gobierno traza ahora una hoja de ruta para salvar las escuelas unitarias. La consejera del ramo ya advirtió que será necesario buscar un equilibrio por la demanda que también existe en zonas masificadas, pero el colectivo de escuelas rurales reivindica su papel como colaborador fundamental para la salvaguarda y desarrollo de las medianías y cumbres de las Islas.