Si los terremotos de baja intensidad, rara vez perceptibles, no han dejado de producirse en Canarias en los últimos años, el comienzo de este mandato 2019-2023 ha sido más que movido en algunos Cabildos y Ayuntamientos. De hecho, se trata de la vez en la que más mociones de censura han prosperado en el mismo año de las elecciones, con tres en Administraciones insulares (Tenerife, La Palma y Fuerteventura) y las mismas en consistorios (Arico, Tuineje y Pájara) en apenas seis meses.

Por el hecho de que la elección de presidente de cabildo se hace de forma directa, de manera que en la misma noche electoral asume esa condición el que más votos recibe, los cambios en esta administración suelen ser más factibles si el ganador no logra un pacto suficiente, y es lo que ha pasado este año en las citadas islas.

Tras el cambio en el Gobierno regional con el pacto de las flores (PSOE, NC, Podemos y ASG), se preveía una censura inminente contra CC en el Cabildo de Fuerteventura, donde Lola García ganó. El candidato socialista, Blas Acosta, la había anunciado incluso antes de los comicios si sumaba con el resto de fuerzas progresistas y, al final, la presentó y se hizo con el poder el pasado martes 9 de julio tras un acuerdo con NC-AMF y Podemos. Un pacto que puso fin a los escasos 17 días de García, pero, sobre todo, a 20 años de los nacionalistas en el gobierno.

Justo al día siguiente, se anunciaron con apenas una hora de diferencia sendas censuras en el Cabildo de Tenerife y el de La Palma. La tinerfeña se hizo pública poco después de la palmera en una mañana más que intensa, sobre todo porque el día anterior se había presentado un reparto de áreas tras un pacto CC-PP que aún necesitaba, al menos, a un consejero más, pero que se diluyó en horas. De hecho, el actual presidente, Pedro Martín (PSOE), y su vicepresidente, Enrique Arriaga (Cs, aunque expulsado), negociaron un acuerdo casi desde el 26M, tras empatar el socialista a 11 consejeros con CC y lograr 2 los centristas.

Necesitaban, no obstante, los 3 votos de Sí Podemos, pero esta coalición los ofreció sin muchas exigencias si así se acababa con los 32 años de CC. Sí Podemos aceptó la oferta de Martín, se dejaron fuera posibles fricciones (como el gas) y la moción prosperó el 24 de julio pese al intento de CC de aplazar el pleno (se paró más de una hora) por una supuesta incompatibilidad de un consejero de Podemos negada por el secretario.

Ese mismo día, Mariano Pérez (PP) alcanzaba el bastón en La Palma tras su pacto con el socialista Anselmo Pestana, que aceptó perder la presidencia pese a tener un acta más (7 y 6). Nieves L. Barreto perdía el poder en menos de un mes aunque venció con 8.

La primera censura en un consistorio canario tras el 26M, en este caso con un partido que rompió su pacto (PP) para suscribir otro, se produjo en Tuineje (Fuerteventura) el 16 de septiembre. Si Esther Hernández había hecho alcaldesa a Candi Umpiérrez (CC) en junio, apenas 4 meses después se convertía en la máxima mandataria tras pactar con Rita Díaz (PSOE) y Sergio Lloret (AMF) pese a los intentos del presidente insular del PP, F. Enseñat, de que reculara.

El carrusel continuó el lunes de la semana pasada con la censura en Arico. La senadora socialista Olivia Delgado (5 ediles) perdía su condición de alcaldesa, por segunda vez desde 2011, después de que el líder de Primero Arico, Sebastián Martín (2 actas), rompiera el acuerdo de junio y pactara con CC (4) y PP (2). Al día siguiente, y si bien quedan dudas legales, CC perdía Pájara, que empezó a poner espinas en el Pacto de las Flores antes existir. NC-AMF (que gira), PSOE y Podemos alcanzaron el gobierno pese a la dimisión previa del alcalde, M. Á. Graffigna.