Coalición?Canaria y?Nueva Canarias, que concurrieron juntos en las últimas elecciones, pugnan por obtener una mayor visibilidad en el Congreso y más dinero. El Grupo Mixto busca una fórmula para partirse en dos y hay dos vías: una división por porcentajes de votos o por afinidades ideológicas. El 10 N dejó tras de sí un colorido y variopinto cajón de sastre. Once formaciones, entre las que se encuentran CC y NC, no cumplen los requisitos exigidos para formar grupo propio, por lo que están destinados a compartir el tiempo de intervención en los debates y la subvención mensual asignada a cada grupo: diez minutos y 29.026,04 euros al mes.?No hay nada seguro sobre la mesa, pero la posibilidad de tener más tiempo ante el micrófono y un mayor pellizco económico resulta muy jugosa para los partidos afectados, que hoy mantienen una reunión.

Las Cortes de esta nueva legislatura se constituyen hoy y, a partir de ahora, arranca?una cuenta atrás de cinco días para la formación de los grupos. Los partidos no han perdido el tiempo y se han puesto manos a la obra para negociar una división que resuelva el rompecabezas actual. Hay varias posibilidades sobre la mesa y una de ellas es formar un grupo de corte regionalista que quedaría integrado por los dos diputados de Navarra Suma -coalición integrada por UPN, PP y Ciudadanos-, el del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), el de Teruel Existe y el escaño de Coalición Canaria en manos de Ana Oramas. Aún no hay nada cerrado, pero desde CC admiten que esta puede ser una opción.

El reglamento de la Cámara Baja es claro y conciso sobre los escenarios que posibilitan la conformación de un grupo parlamentario. El artículo 23 integrado en el Título II del reglamento recoge que tienen esta opción los partidos que sumen quince o más diputados, pero también los parlamentarios que de una o varias formaciones políticas, y sin reunir dicho mínimo, no obtuviesen menos de cinco escaños y, al menos, el 15% de los votos correspondientes a las circunscripciones en las que se hayan presentado o el 5% de los sufragios emitidos en el conjunto del país.

Los diputados de las formaciones antes citadas superan el umbral del 15%, pero Nueva Canarias, socio electoral de CC en las elecciones del pasado 10 N, no. La candidatura encabeza por Oramas fue la tercera fuerza más votada en Santa Cruz de Tenerife al hacerse con 76.022 apoyos, el 16,45% del total. Pedro?Quevedo no cumple con este requisito para integrarse a este grupo en función de los porcentajes. Nueva Canarias sumó 47.959 votos en Gran?Canaria, Lanzarote y?Fuerteventura.?O lo que es lo mismo, el 9,94% del total de sufragios emitidos en Las Palmas.

El hecho de que CC y NC no quedasen integrados en el mismo grupo no supondría, según las fuentes consultadas, ningún problema para la alianza nacionalista canaria. Si finalmente se opta por aplicar el criterio del porcentaje, esta posibilidad podría darse. "Una cosa es el funcionamiento y otra las votaciones", apuntan. Coalición y Nueva Canarias acordaron en septiembre concurrir de la mano a las generales.?La negociación no fue fácil ni tampoco la acogida del pacto en el seno de ambos partidos, especialmente en NC. Uno de los objetivos era recuperar el escaño nacionalista por Las Palmas, que el 28 de abril se quedó sin asiento. Dicha meta se alcanzó, pero CC, que había logrado dos actas por Santa Cruz de Tenerife, se tuvo que conformar con uno, el de Oramas.

La última palabra

El Grupo Mixto siempre ha sido el refugio de los partidos minoritarios, una herramienta usada como trampolín para lanzar sus ideas.?La paulatina pluralidad política y fragmentación del voto ha tenido su fiel reflejo en este grupo, que ha ido ganando heterogeneidad con el tiempo. Un mix de ideologías e intereses pone a prueba la cintura de las formaciones que lo integran. Además de los partidos antes mencionados, quedarían dentro de él los ocho de Junts per Catalunya, los dos de Más País, los dos de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), el del BNG y el de?Foro Asturias, que es socio electoral del PP.

Con las reglas del juego que impone el reglamento existen dificultades para buscar ecuaciones factibles.?Pero a esta dificultad se suma otro factor, quizás el más importante y determinante. La última palabra la tiene la Mesa del Congreso, el órgano rector de la Cámara. La formación socialista, a través de su portavoz parlamentaria,?Adriana Lastra, se mostró abierta el miércoles de la semana pasada a facilitar una mayor visibilidad al Grupo Mixto e, incluso, a dar vía libre a su división.?No detalló cómo, pero sí señaló directamente al reglamento. "Esto no es una cuestión de posicionamiento político, sino de cumplimiento del reglamento. Si se cumple, se hará, y si no, no se hará", apuntó.

De salir adelante la alianza para formar un grupo de corte regionalista sin matices separatistas, serían los independentistas quienes se quedaran dominando el Grupo Mixto, pues a los ocho diputados de Junts per Catalunya se sumarían los dos de la CUP.?A estos diez escaños habría que añadir los tres de Más País, con Íñigo Errejón a la cabeza, y al nacionalista del BNG, Néstor Rego.

El Grupo Mixto que compuso las urnas el 10 N es el mayor y el más diverso de todas las legislaturas. Un grupo tan heterogéneo en ideas, intereses y prioridades como difícil de gestionar. Once partidos aportan veintiún diputados, algo que complica la división de los tiempos y minimiza, por ende, su proyección. No en vano, el reparto de los tiempos de intervención centran buena parte de la preocupación de los partidos del macrogrupo. El parlamentario Pedro Quevedo sostiene, de hecho, que un grupo de 21 diputados "es un disparate". "Con un grupo así, lo que se está lesionando es la representación", apunta.