Con el pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sobre la mesa pero sin todavía apoyos suficientes para la investidura, la formación de un Gobierno todavía no se asienta sobre pilares estables. El bloqueo político continúa y las terceras elecciones siguen siendo una opción. Los diputados y senadores de la Legislatura Constituyente tienen la solución muy clara: un gran acuerdo a través de la formación de un gobierno con amplio respaldo parlamentario y firmemente fundamentado en la Carta Magna. Un gran pacto entre el Partido Socialista y el Partido Popular.

Los miembros de las Cámaras constituyentes de 1978 han redactado un manifiesto conjunto en el que expresan su preocupación por la situación política del país y en el que subrayan que el interés superior de España "debe estar por encima de cualquier otra consideración". Seis históricos constituyentes canarios ya han mostrado su apoyo a las ideas incluidas en el texto firmando el citado manifiesto. Estos son: Diego Cambreleng, Jerónimo Saavedra, José Miguel Bravo de Laguna, Esther Tellado, Luis Fajardo y Alfonso Soriano.

Ante estas líneas de pensamiento comunes la ideología de estos históricos ha quedado a un lado, al igual que ocurrió durante el proceso constituyente en el que políticos de todos los bandos tuvieron que ponerse de acuerdo para trasladar a España desde una dictadura hasta una democracia. El texto redactado por Marcelino Oreja Aguirre, Juan José Laborda Martín y Elena Moreno González y apoyado por diputados y senadores constituyentes de todo el país, aboga por la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político como pilares fundamentales de la nación. Y recuerda la importancia de no poner en peligro los "grandes beneficios que el pacto constitucional nos ha proporcionado en los últimos cuarenta años".

Miedo a los extremos

El miedo a que los extremos lleguen a formar parte del Gobierno o a que la estabilidad política dependa del apoyo de las fuerzas independentistas- más presenten en las cámaras con la repetición de elecciones- ha llevado a los constituyentes a "hacer un llamamiento" a los actuales diputados y senadores para que escuchen la voz de la experiencia y repitan la hazaña del 1978. Y con ello evitar la ruptura territorial de España. "Deberíamos dejar a una lado nuestras legítimas discrepancias e intereses electorales, con la convicción de que es más lo que nos une y mucho lo que nos jugamos los españoles", apunta el texto.

La gran coalición entre los dos partidos históricos es el objetivo compartido de los constituyentes canarios, pero la forma en la que llevarla a cabo varía según la visión de cada uno de los veteranos diputados. Algunos como Jerónimo Saavedra, diputado constituyente por la provincia de Las Palmas, apuestan porque el PSOE gobierne en minoría con el apoyo del PP en asuntos de "importancia nacional" como son "presupuestos, violencia de género, problema territorial o las pensiones".

"Ni un gobierno de izquierdas, ni uno de derechas puede resolver problemas como el de Cataluña, ya que son cuestiones de Estado", apunta Saavedra, que considera que no existen temas en los que los dos grandes partidos "no puedan llegar a acuerdos".

Por su parte, José Miguel Bravo de Laguna, diputado constituyente por Las Palmas, incluye en la gran coalición a partidos constitucionalistas como Ciudadanos o a los nacionalistas canarios (NC-CC), ya que según sus palabras estas formaciones "defienden legítimamente los intereses del Archipiélago dentro del respeto a la unidad nacional". Bravo de Laguna insiste, además, en la necesidad de reformular un consenso constitucional realizando algunas modificaciones en el texto de 1978. "Tenemos que recuperar el espíritu que teníamos entonces. No olvidar el pasado, sino pasar una raya y mirar hacia el futuro", explica.

No todos los firmantes del manifiesto comparten con Bravo de Laguna la idea de reformar artículos de la Constitución. Diego Cambreleng, senador constituyente por la isla de Gran Canaria, es contrario a las modificaciones. "Yo la dejaría como está, no vamos a tirar por la borda un texto que nos costó tanto redactar", explica Cambreleng, quien recuerda que los partidos tuvieron que hacer "muchas renuncias" durante la Transición.

Los históricos constituyentes canarios coinciden al señalar que el pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias "no tiene futuro". Diego Cambreleng, por su parte, reconoce que "dejaría fuera de cualquier gobierno al coletas" debido a sus "dejes comunistas", mientras que Bravo de Laguna explica que a pesar de que "no le gusta Podemos" nunca le podría líneas rojas a un partido que "representa a toda España". Además, subraya que la principal preocupación de que salga adelante ese pacto es el apoyo de las fuerzas independentistas. Jerónimo Saavedra se muestra poco esperanzado ante el futuro del pacto de progreso. "Todo va a depender del apoyo de los catalanes, de lo que pidan y prometan, y esto puede bloquear en cualquier momento la elaboración de unos presupuestos", asegura el histórico dirigente socialista.

Nosotros, diputados y senadores de las Cámaras constituyentes de 1978, nos vemos en la obligación de expresar nuestra honda preocupación en esta hora difícil de la vida nacional, en la que el interés superior de España debe estar por encima de cualquier otra consideración. Todos recordamos cómo fue posible la Constitución de la concordia, la democracia que nos dimos y nuestra integración en Europa. Fueron necesarias altura de miras, generosidad, renuncia y capacidad para alcanzar los compromisos necesarios.

Ante los retos que se presentan, en especial la inquietante bipolarización ideológica, creemos que lo que más conviene a España y a los españoles es un nuevo acuerdo para fortalecer la unidad de la nación y la convivencia democrática dentro de la Constitución, con los valores sobre los que ésta se asienta: la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. No debemos poner en peligro los grandes beneficios que el pacto constitucional nos ha proporcionado en estos cuarenta años.

Solo será posible ese gran acuerdo mediante la formación de un gobierno con amplio respaldo parlamentario y firmemente fundamentado en la Constitución.

Deberíamos dejar de lado nuestras legítimas discrepancias e intereses electorales, con la convicción de que es más lo que nos une y mucho lo que nos jugamos los españoles. Se debería elaborar un programa centrado en fortalecer el Estado Social y Democrático de Derecho para garantizar mejor la unidad de España y nuestra convivencia; comprometido en afrontar debidamente el horizonte económico que tenemos ante nosotros; en cooperar activamente en el impulso que necesita la Unión Europea; y en adoptar las medidas de carácter social que la sociedad española reclama.

Este acuerdo debería estar abierto a los grupos políticos que tuvieran la sincera voluntad de cooperar con él. Creemos indispensable que el gobierno que se forme promueva un gran pacto con los agentes sociales, de la misma manera que, con tan positivos resultados, se hizo en l Transición.

Afirmamos que la resolución de los conflictos que hoy amenazan la convivencia en algunos territorios de España solo se puede lograr mediante el pacto de los partidos que aceptan el marco constitucional y el respeto al imperio de la ley y del derecho, que alcanza su máxima expresión en nuestra Constitución.

Hacemos un llamamiento respetuoso a los diputados y senadores de la actual XIV Legislatura para que el próximo Gobierno pueda ejercer plenamente sus funciones dentro de la Constitución, sin depender de grupos políticos que no la aceptan o quieren abolirla por procedimientos ilegales e ilegítimos.