Desarrollo del medio rural con la activación de nichos de empleo y la implantación de infraestructuras digitales. La consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Ejecutivo regional, María José Guerra, señaló ayer estos aspectos como fundamentales para el sostenimiento de las escuelas unitarias y, por ende, de la población en las zonas en las que se encuentran ancladas.?En un pleno desangelado por las significativas ausencias en los grupos parlamentarios y en la bancada del Gobierno, Guerra defendió la necesidad de establecer políticas transversales desde el?Ejecutivo canario y la inevitable implicación de los cabildos y los ayuntamientos para frenar la desaparición de este modelo educativo.

El éxodo rural, aupado por la falta de oportunidades en las medianías y cumbres, no es algo nuevo.? Por eso el Gobierno y los partidos políticos con representación parlamentaria coincidieron en la necesidad de aplicar estrategias que garanticen la supervivencia de las escuelas rurales.?En la actualidad, el Archipiélago cuenta con 139 colegios de este tipo: 36 en Tenerife; 35 en Gran Canaria; 32 en La Palma; 14 en Lanzarote; 11 en Fuerteventura; 6 en La Gomera y 5 en El Hierro. Desde principios de siglo se han perdido unas 150 escuelas y la tendencia es "decreciente".

Así como Guerra puso el broche a la sesión del martes con una comparecencia sobre el abandono escolar temprano a petición del PSOE, ayer abrió el pleno con una intervenciones sobre los planes para reanimar los centros rurales a instancias de Unidas Podemos. La consejera recalcó que con frecuencia se suele ligar el relanzamiento de estas escuelas como un ejemplo de "resistencia numantina" contra la despoblación. Recalcó, en cambio, que si bien es un instrumento clave, lo más importante es reactivar el medio rural para que éste ofrezca las condiciones necesarias para fijar la población. Un tejido social y económico frágil lleva a una red cultural y educativa débil. Por eso el Gobierno hace hincapié en que serán necesarias medidas de "shock potentes" para dar un vuelco a esta situación. En cualquier caso, y a la espera de una alienación de políticas de distintas áreas que remen en la misma dirección, Guerra se comprometió ayer a convocar en marzo o abril un encuentro de escuelas unitarias, al que invitará a las administraciones insulares y locales, y a tratar de recuperar la figura de un coordinador dentro de la Consejería para cuestiones específicas sobre este modelo de educación.

Para concienciar sobre la gravedad de la situación y la necesidad de mantener los colegios unitarios y reabrir aquellos sobre los que existe demanda, el diputado de Unidas Podemos, Manuel?Marrero, aportó datos significativos. En el curso 1999-2000, el Archipiélago contaba con 282 colegios rurales que impartían clase a 9.073 alumnos, el 5% del alumnado de infantil y primaria de aquel entonces. Destacó, a su vez, que a principios de este siglo el número de escuelas de esta modalidad representaban el 40% del total y constituían el destino del 7% del profesorado. Una realidad que poco tiene que ver con la actual, en la que alrededor de 2.000 niños se encuentran matriculados en estos centros.

Los grupos parlamentarios coincidieron en que el descenso de la natalidad y la tendencia a vivir en las grandes urbes por la escasez de oportunidades en el entorno rural son factores determinantes en el cierre de estos colegios. Pero más allá del paquete de políticas necesarias para resolver esta situación, los partidos abogaron por dotar y blindar a estos centros con servicios que propicien su supervivencia. El transporte, las actividades extraescolares, el servicio de comedor e, incluso, la integración de la educación de 0 a 3 años en estas escuelas, fueron parte de las proposiciones.?

La consejera, que llegó a apuntar que en ocasiones tiene la "sensación" de que se habla de "utopía educativa", señaló que también hay que tener en cuenta la demanda que existe en zonas de las islas donde existe masificación, por lo que hay que buscar soluciones "justas" y "equilibradas".