La alianza electoral entre Coalición Canaria y Nueva Canarias se vuelve cada vez más determinante para la formación del Gobierno de España, ante la enrevesada aritmética parlamentaria que no da al PSOE el fuelle necesario para convertir a Pedro Sánchez nuevamente en presidente. A la espera de lo que decida Esquerra Republicana, que se atrinchera, por ahora, en el no a la investidura, la coalición nacionalista canaria confirmó ayer que no va a bloquear la posible investidura de Sánchez ni el acuerdo con Unidas Podemos, para no frenar la gobernabilidad del país, si bien exigirá el cumplimiento de los derechos reconocidos de las Islas.

El secretario general de CC-PNC, José Miguel Barragán, y el presidente de Nueva Canarias y vicepresidente del Gobierno regional, Román Rodríguez, se reunirán la próxima semana con la vicesecretaria socialista, Adriana Lastra, quien lidera los encuentros con los distintos partidos del Congreso para intentar aunar una mayoría que convierta a Sánchez en presidente. Lastra contactó ayer con ambos dirigentes nacionalistas que están abiertos al diálogo y , sobre todo, se encuentran a la espera de las propuestas que les formule el PSOE para fijar su postura.

CC y NC tuvieron una primera reunión de seguimiento de la alianza en una cena en la noche del pasado miércoles y acordaron que van a ir a Madrid con una posición conjunta y que en las reuniones con Lastra será determinante, para su apoyo, el cumplimiento de la defensa de la agenda canaria, del nuevo Régimen Económico y Fiscal (REF) y del Estatuto de Autonomía, así como un cambio "necesario" de la ley de estabilidad presupuestara para que las autonomías puedan invertir el superávit, enfatizó José Miguel Barragán.

Los dos dirigentes nacionalistas, que han pasado poco menos de puñales a flores, tras la alianza electoral para las generales -y eso que siguen siendo rivales en Canarias al estar Rodríguez en el Gobierno y Barragán en la oposición-, afirmaron con gran sintonía que lo primero que van a hacer es escuchar las propuestas de Lastra desde la "prudencia". "La voluntad que hemos dejado clara entre ambos es que coordinaremos esfuerzos en torno al programa que nos une", expuso Román Rodríguez, un acuerdo centrado en 71 puntos donde priman el cumplimiento de los convenios pendientes, del REF y del Estatuto, pero también la reforma laboral o el sistema público de pensiones.

Rodríguez afirmó con humor que le van a cambiar el nombre a la popular "agenda canaria" dadas "las agendas que han surgido por cada esquina, provincia o región" tras las elecciones, con partidos minoritarios como Teruel Existe o el Partido Regionalista de Cantabria. En el caso de Canarias, puntualizó, "se trata de fueros y derechos que tienen cobertura legal", sustentados en la ley del REF y el Estatuto de Autonomía. "No son apreciaciones sobre circunstancias coyunturales", puntualizó en referencia a las eventuales demandas de esos partidos regionalistas para apoyar a Sánchez.

Pese a ser el vicepresidente del Gobierno canario -donde NC gobierna con el PSOE y Podemos-, Rodríguez no tuvo reparos en manifestar que el "problema" del preacuerdo entre Pedro´´Sánchez y Pablo Iglesias es que "se olvida de las Islas" y, sin embargo, el texto sí "menciona dos hechos territoriales: el de Cataluña, que tiene una entidad extraordinaria y se comprende su presencia, y el de la España vaciada; pero se olvidan de las islas. Y se olvidan de las regiones ultraperiféricas. Esto siempre pasa", lamentó. Por esta razón, el también consejero de Hacienda quiso remarcar la importancia que tienen los dos escaños de CC y NC, Ana Oramas por Tenerife y Pedro Quevedo por Las Palmas, que lo compartirá a tiempo partido con María Fernández, de Coalición, para que defiendan a Canarias en el Congreso.

Aunque los dirigentes de CC y NC han desvinculado siempre el acuerdo para ir juntos a Madrid con la posible reunificación del nacionalismo en las Islas, ayer el tono sonó a reconciliación. "Nosotros nos conocemos muy bien y hay coincidencia en la política estatal" para defender las Islas en la Cámara baja, aseveró ufano Román Rodríguez, con la aquiescencia de Barragán.

Los partidos regionalistas mantienen la mirada en los presupuestos

Los partidos minoritarios, nacionalistas o regionalistas, presentes en el Congreso y cuya participación es clave para propiciar un desbloqueo político en España, como el PNV, CC-NC, Teruel Existe, Partido Regionalista Cántabro (PRC), Bloque Nacionalista Gallego (BNG) o Compromís, han entrado en el proceso de negociación con la clara voluntad de apoyar el principio de acuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos para un gobierno de coalición y sumar sus votos a la investidura del socialista Pedro Sánchez. Tanto los que ya han mantenido la primera reunión con la negociadora del PSOE, Adriana Lastra, como los que se mantienen a la espera de ese primer contacto, han declarado su apuesta por la gobernabilidad a cambio de compromisos claros del líder socialista con los aspectos esenciales de sus respectivas agendas territoriales, pero sin exigir de entrada documentos complementarios.

Conscientes de que el actual contexto político no permite el nivel de concreción de otras ocasiones, en que los compromisos del candidato a la investidura han quedado plasmados en documentos con bastante nivel de detalle, las reclamaciones se centran ahora en los aspectos conceptuales de sus respectivas agendas, pero comprometiendo en todo caso la palabra del propio Sánchez cuando éste presente su programa de investidura. En ese sentido, las formaciones minoritarias consideran que el desbloqueo, la investidura y la puesta en marcha de un gobierno son pasos previos obligados para alcanzar el verdadero objetivo de sus reclamaciones: los próximos presupuestos del Estado, que el candidato socialista ha anunciado que presentará de manera inmediata.

La postura de todas ellas permiten al PSOE y a Sánchez seguir con el proceso negociador "dicotonómico" sobre la idea básica de evitar unas nuevas elecciones. Este, resaltan, es el único gobierno posible, por lo que consideran que quien no apoye esta opción estaría sumándose al bloque del no, en consonancia con la ultraderecha y los independentistas antisistema. Es la misma dialéctica que el PSOE aplica a ERC, cuya abstención es determinante en el resultado de la votación, aunque de momento mantiene su rechazo al pacto.

CC y NC se sumaron ayer a esta posición generalizada en pos de la gobernabilidad por la que previamente apostaron ya otras formaciones como Compromís (integrada en Más País), cuyo diputado, Joan Baldoví, el lunes se reunió con Lastra y dio el primer paso para un futuro entendimiento con los socialistas. Baldoví insiste en su peticiones y reclama algún gesto más explícito por parte del PSOE para garantizar ese sí a la investidura, pero no contempla un escenario de bloqueo político por su parte. En unos términos similares se declara Tomás Guitarte, el diputado electo por Teruel Existe, que entra por primera vez en el Congreso y que pone sobre la mesa una agenda cuya respuesta se remite fundamentalmente a los próximos presupuestos.