El presidente del PP y candidato conservador a la Moncloa, Pablo Casado, subrayó ayer, en el Gran Hotel La Laguna, que lidera la única formación "que puede ganar a Sánchez", que ya están "a 10 o 15 escaños" y que, para eso, deben aglutinar el voto de la derecha. Lo hizo en la azotea del céntrico establecimiento, ante unas 250 personas (en su mayoría ya entradas en años) que, en algunos casos, no escondieron su pesar por la espera y por no haber comido y con turistas un poco alucinados con el acto en la otra parte de la planta y en medio de sus baños de agua y sol.

El retraso de más de un hora hizo que el propio Casado anunciara que su discurso sería corto, aunque a la mayoría (prensa incluida) le sorprendió más que apenas dedicase unas breves palabras de costado sobre el conflicto catalán o la exhumación de Franco. El resto del tiempo, y aprovechando que venía de un municipio netamente turístico como San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), se centró en el turismo, presentándose como garantía contra la "turismofobia" que, en su opinión, defienden los partidos a la izquierda del PSOE con los que los socialistas cogobiernan en Barcelona, Baleares, Comunidad Valenciana o en ciertas instituciones gallegas.

Sin duda, en este foco casi monocolor influyó su reunión previa con directivos del sector terciario isleño y la presencia en el mitin de presidentes de patronales como Ashotel o el Círculo de Empresarios del Sur de Tenerife. Según recalcó, su apoyo a las Islas no solo se refleja en visitas constantes, sino en "soluciones" y en el "excelente" trabajo que, a su juicio, están haciendo todos los representantes del PP en Canarias o el Congreso, a los que auguró que pronto serán más por el "gran resultado" que sacarán el 10N.

Tras recordar su reacción ante los incendios y lamentar que no hayan llegado, "seguramente", las ayudas estatales por el último, ya solo habló de turismo. O casi. Eso sí, repitiendo algún error de bulto, como que represente el 60% del PIB canario (es del 35) y afirmando que, ahora, es un sector que "sufre y se lleva por delante miles de empleos. No estamos aprovechando el potencial de esta tierra. En 2018, batimos el récord estatal, pero en Canarias hubo 300.000 turistas menos y, en 2017, 600.000".

Para Casado, "cuando hay síntomas de desaceleración, lo que se ha de hacer es reaccionar, y más si se da en Alemania, se recuperan tus competidores del Magreb, con brexit o la quiebra de un gigante como Thomas Cook, que afecta a 13.000 canarios". Lo lógico es que el Gobierno venga aquí no a hacer un mitin, sino a reunirse con el sector, pero no lo ha hecho; no sé si porque no quieren o por si se han contagiado de la turismofobia. Es una estrategia suicida porque va contra el futuro de esta tierra y de los más jóvenes", remarcó.

"No aceptamos la turismofobia y estamos con el trabajador de los hoteles, las camareras de piso, los que están a pie en los fogones, las tripulaciones de aviones... Estamos con el turismo, sin matices, cada vez más especializado, digitalizado y con mejores sueldos. Y contra las tasas. Cuando va mal el turismo, la izquierda dice ecotasa, que lastra la competitividad".

Frente a esto, sostiene que el PP no solo apuesta por un turismo sostenible y fue "el que quitó las bolsas de plástico", sino que apoyó el protocolo de Kioto o el acuerdo de París contra el cambio climático. Eso sí, y en terminología aznariana, dejó claro que no quieren que el "medioambientalismo lastre la economía del motor o del turismo, y más si esa recaudación va solo a tapar la ineficacia en la gestión". A su juicio, hay que enfrentar también la "demagogia ecologista" que se opone al uso de aviones y volvió a sorprender al hablar de doble insularidad para los palmeros y "triple" para los gomeros, "y aquí hay algunos", en referencia a los dirigentes populares de la Isla presentes ayer.

En oposición a cualquier nuevo gravamen, recordó que el 75% de bonificación de los vuelos se aprobó con Rajoy, "mientras que el PSOE dice ahora que habrá que ver, que si la renta, la hora, la frecuencia...". En esta línea, defendió las ayudas a las mercancías (del 100%) y se comprometió a que Canarias disfrute de la quinta libertad aérea para hacer que vuelos de Alemania a Argentina, por ejemplo, recojan aquí pasajeros y dejen productos en lugares específicos. Además, aboga por una zona comercial "libre" para que el turista gaste más en este destino.

Casado lamenta que se desaprovechen "estas ventaja competitivas" ante África y América como plataforma tricontinental, y cree que las Islas tampoco sacan el partido que deben al REF para captar empresas. También insistió en la enseñanza bilingüe en la escuela pública y concertada para paliar el paro isleño (usó la última EPA), mientras que, sobre impuestos, avisó de que Sánchez "subirá 5.000 millones y otros 2.000 en cotizaciones". A esto contrapuso su "revolución fiscal", con impuestos a eliminar como el de sucesiones o patrimonio, y reduciendo otros para que se cumpla la máxima liberal de que, así, se dinamiza la economía porque, por ejemplo, la gente tendrá más dinero para "venir a Canarias".

Domínguez: "Lluvia con Sánchez y sol con Casado"

El presidente del PP tinerfeño, Manuel Domínguez, abrió el mitin con otra intervención relámpago y en la que, curiosamente, habló de tiempo meteorológico. Frente a la lluvia que acompañó a Pedro Sánchez el sábado en la ULL, el alcalde realejero subrayó ayer que al líder del PP lo abrazó el sol, el mismo del que ya disfrutó en su visita a El Sauzal por el 28A. Aparte de realzar su "municipalismo", Domínguez aludió a la única bandera española presente (que portaba un joven militante en la mitad de las sillas y a la izquierda si se le veía desde atrás) y tiró entonces de "orgullo". Australia Navarro dijo que los afiliados suponen "lo mejor del PP y les pidió un esfuerzo para hacer a Casado presidente. Además, dijo que ha demostrado que Canarias es prioritaria en su agenda y remarcó que "saben gobernar y pactar; tenemos equipos y gente joven, y al mejor líder".