Numerosos proyectos urbanísticos, de infraestructuras y equipamientos se han quedado en el camino a lo largo de los últimos 25 años en Canarias o se están ejecutando a paso de tortuga. El Gobierno regional ha declarado la emergencia climática en las Islas, y el consejero del área, José Antonio Valbuena, abre el debate sobre si son necesarias algunas de estas grandes obras públicas que no se han llevado a cabo en más de veinte años y si no es mejor plantear otro tipo de soluciones más sostenibles, aunque no aclara cuáles serían susceptibles de olvido.

El consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno regional, José Antonio Valbuena, ha abierto un debate: plantea que Canarias debe empezar a olvidarse de la construcción de grandes infraestructuras públicas que llevan décadas analizándose y que nunca se han llegado a ejecutar, lo que ha demostrado que se puede vivir sin ellas. La huella de carbono en la construcción, que se refiere a los gases que se liberan por la ejecución de infraestructuras y durante su vida útil, se ha de minimizar, según los investigadores. Construir carreteras es necesario, pero quizás lo sea más fomentar la mentalidad de que cada vez se use menos el transporte privado y haya más inversiones en el público. A esto se une el flyskam, o sentir vergüenza de volar en avión por la contaminación que provoca, un movimiento europeo que cada vez tiene más adeptos. En este debate internacional de sostenibilidad se incardinan las numerosas iniciativas y proyectos urbanísticos y de infraestructuras que llevan 25 años resurgiendo y paralizándose, según quienes gobiernen, pero que no han llegado a materializarse, o se han convertido en obras que, aun siendo necesarias, caminan a paso de tortuga, quizás por adaptarse a las nuevas exigencias de sostenibilidad y de lucha contra el cambio climático.

Tindaya

El proyecto de Tindaya es un claro ejemplo de dos visiones completamente distintas: quienes ven en el monumento proyectado por Chillida un reclamo internacional para la Isla que podría posicionar a Fuerteventura en la cima del turismo cultural, al contar con una obra natural única de un artista reconocido mundialmente, y quienes rechazan de plano esta intervención por los graves perjuicios que puede causar el vacío de esta singular montaña y sus consecuencias en los 244 grabados podomorfos atribuidos a la cultura aborigen de la Isla que tiene en su exterior. Este proyecto lleva bloqueado más de 30 años, aunque han volado entre 17 y 25 millones de euros de las arcas públicas -el Gobierno ha dado distintas cifras en pasadas legislaturas -en una maraña de estudios de viabilidad, compra de participaciones o costas judiciales, sin que se haya movido una piedra. Una noche de 1985 el artista donostiarra Eduardo Chillida (1924 - 2002) soñó que trabajaba dentro de una montaña, en la que extraía la piedra para dejar un espacio libre en el interior, una obra mística que reuniera el arte y la naturaleza. Recorrió Sicilia, Finlandia y Suiza hasta que en 1994 quedó cautivado por la montaña de Tindaya, al norte de Fuerteventura. Pero la discordia se cruzó en su camino con pleitos judiciales, enfrentamientos políticos y la oposición de ecologistas y distintos arqueólogos y científicos, unas fricciones que aún no han sido resueltas. El internacional escultor falleció sin ver culminado este gran proyecto, el monumento a la tolerancia, como lo imaginó. Su idea consistía en perforar la montaña y habilitar en su interior una sala cúbica con un túnel de acceso a media ladera y dos chimeneas verticales que dieran iluminación. El presidente del Cabildo de Fuerteventura, el socialista Blas Acosta, sigue analizando la viabilidad del proyecto, aunque el consejero de Patrimonio Histórico, Andrés Briansó (Podemos,) haya dado carpetazo a la idea de Chillida.

Litoral de las Palmas

Las acciones para redefinir el frente marítimo de Las Palmas de Gran Canaria y devolvérselo a la ciudad con espacios verdes de ocio, donde prime el transporte público sostenible y sin tráfico, han sido una constante en la capital grancanaria en los últimos 30 años. En enero de 2005, Carlos Ferrater y César Pelli ganaron el concurso de La Gran Marina, impulsado por la alcaldesa del PP, Pepa Luzardo, que solo se centraba en el istmo de Santa Catalina, y que fue declarado ilegal por la Unión Europea al ser restringido. Con el socialista Jerónimo Saavedra se convocó otro concurso público de ideas, esta vez para la ordenación integral del litoral. Los proyectos Lp+futura, de Gallardo, Gerstberger y Morales, y Diez parques por diez paseos, del Laboratorio de Planeamiento y Arquitectura SL, lograron en 2009 el primer premio ex aequo de 50.000 euros. Estos proyectos descansan en gavetas junto a otras iniciativas posteriores en esta zona, o como la de realizar el proyecto del Parque de la Música en el Rincón, o el novedoso plan diseñado por el arquitecto Joan Busquets para la ordenación del Guiniguada, otro gran objetivo pendiente.

Santa Cruz de Tenerife

Extender la mano al mar es uno de los objetivos soñados de Santa Cruz de Tenerife, que vive cercada por el puerto. El proyecto ganador del concurso para enlazar la ciudad con el mar sigue en ejecución desde que en 1998 los arquitectos suizos Herzog & de Meuron se hicieron con el premio. A día de hoy, aún no se ha iniciado la tercera fase, si bien el pasado viernes se abrió al público el nuevo espacio de ocio en la plaza de España, unas obras que se han venido desarrollando los últimos 16 meses donde se han invertido 3,5 millones de euros. La ampliación se ha ejecutado en una superficie de 18.400 metros cuadrados. La Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife busca ahora inversores internacionales para la construcción y gestión del denominado edificio de enlace entre el puerto y la capital tinerfeña. Este cometido lo acaba de heredar el nuevo director del ente portuario, Carlos González. Completar esta tercera fase del proyecto requiere más de 30 millones de euros.

Trenes

Unir las capitales con el sur de las islas tanto en Gran Canaria como en Tenerife son proyectos de los que se lleva hablando hace mas más de 20 años, pero caminan a paso lento. Ambos cabildos defendieron en el Parlamento la viabilidad de la instalación de sus trenes como transporte alternativo y sostenible en los dos territorios insulares, con problemas de movilidad. El tren que se quiere construir en Tenerife supone una inversión de 2.200 millones de euros y el tren de Gran Canaria tiene un coste que ronda los 1.650 millones. El trazado del tren de Gran Canaria será soterrado en el 60% de su recorrido entre Las Palmas de Gran Canaria y Meloneras, en el sur de la isla, uniendo ambos puntos en 25 minutos , con once paradas en los sitios con más densidad de población o actividad turística e industrial. Puede alcanzar los 160 kilómetros por hora.

Después de varios años, en Gran Canaria ya están finalizados los proyectos y el Cabildo busca fondos en Europa, a través del Feder, y en el Gobierno central. El Estado lleva invertidos en torno a 45 millones en los proyectos de ambos trenes. En Tenerife están pendientes de finalizar aún distintos proyectos. En la línea desde Santa Cruz de Tenerife al Sur habría siete paradas en un recorrido de 80 kilómetros y una duración de 45 minutos.

Central Chira-Soria

La central hidroeléctrica de bombeo Chira-Soria, proyecto de Red Eléctrica de España (REE), se iniciará este año, o al menos esas son las previsiones del Cabildo de Gran Canaria. Es la obra de ingeniería civil más grande que se realizará en España en los próximos años, un viejo proyecto que data de hace unos 25 años en el que venía trabajando Unelco-Endesa.

El Cabildo ha pedido el soterramiento de las líneas de media y alta tensión necesarias para el funcionamiento de la futura central, que podrá abastecer hasta el 36% de la demanda eléctrica de la isla en hora punta. El proyecto, adjudicado a Endesa en 2011 por unos 200 millones, ha doblado su presupuesto y va por en torno a 416, tras subrogarlo Red Eléctrica en 2015 y modificar el diseño. Las fechas de inicio se han ido retrasando: primero en 2012 por Endesa, después en 2017 por REE, y ahora se espera que las obras comiencen este año.

Pistas aeroportuarias

Al igual que en las infraestructuras terrestres ferroviarias, la ampliación de la segunda pista del aeropuerto Reina Sofía, en Tenerife, y la tercera del de Gran Canaria llevan dos décadas en el candelero. Tras años de demanda, en 2001 el Ministerio de Fomento presentó los planes directores para los aeropuertos de ambas islas que recogían las nuevas pistas de vuelo en los dos aeródromos. Pero el año pasado, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) desechó estas infraestructuras al considerarlas innecesarias. El aeropuerto de Gran Canaria "está lejos" de alcanzar el límite de su capacidad, por lo que AENA no contempla la construcción de la tercera pista "a corto ni a medio plazo", expuso el organismo público del Ministerio de Fomento, con lo que se quedó en el aire el realojo de los vecinos de Ojos de Garza. En el aeropuerto de Tenerife Sur argumentó prácticamente lo mismo, que las cifras oficiales demuestran que el recinto aeroportuario posee capacidad suficiente para atender la demanda. Los empresarios de esta isla y partidos como CC y ASG o el propio presidente socialista del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, siguen reclamando esta pista.

Proyecto de Fonsalía

El proyecto del puerto de Fonsalía, en el municipio de Guía de Isora, lleva nada menos que desde 1995 en la mente de los gobernantes y, por distintos motivos de impacto ambiental o de adscripción de la lámina de agua y de los terrenos afectados donde irá ubicado, se ha ido demorando. Es quizás una de las infraestructuras a la que se refería José Antonio Valbuena al abrir el debate sobre la necesidad o no de estas grandes obras públicas. En la Cadena Ser, el consejero socialista recordó esta semana que la declaración de impacto ambiental de este puerto está sujeta a que se tengan en cuenta nada menos que 25 condicionantes. Aparte de los de carácter socio-económico, puestos en duda por el Gobierno central, entre estos condicionantes se encuentran los de índole ambiental, que tienen que ver con la fauna marina en la denominada ZEC (Zona de Especial Conservación) Rasca-Teno. Este muelle será off shore, es decir, construido completamente en el mar y unido a tierra a través de una pasarela.

No obstante, su compañero en el Gobierno, el consejero de Obras Públicas, Sebastián Franquis, defendió en el Parlamento recientemente que este puerto es una infraestructura vital, apoyada por la mayoría del Ejecutivo, en alusión a las reticencias que también muestran los diputados de Podemos que sustentan el pacto cuatripartito del Ejecutivo, junto al PSOE, Nueva Canarias y la Agrupación Socialista Gomera. Precisamente, Casimiro Curbelo, líder de ASG, es un firme defensor de este proyecto que, según expresa, "se trata de una infraestructura estratégica para la conectividad no solo con Tenerife, sino con La Gomera, La Palma y El Hierro" y, además, contribuirá a descongestionar los colapsos existentes en Los Cristianos (Arona), puerto que también enlaza a estas islas, aunque ha triplicado su número de usuarios. En Fonsalía se pretende un dique de 739 metros de longitud, cinco atraques para buques comerciales, 470 barcos deportivos y un área destinada a embarcaciones de pesca. Su coste es de unos 200 millones de euros.

Regasificadoras

Casi veinte años después de que se solicitara la primera autorización administrativa para una planta regasificadora en el Archipiélago, la entrada de gas en las Islas sigue siendo un proyecto lejano y cada vez más improbable, pese a que se trata de una alternativa menos contaminante al combustible. Al rechazo en 2017 y 2018 de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a la construcción de la regasificadora de Granadilla (Tenerife), se ha unido el Gobierno central, que también descarta el proyecto gasístico de Arinaga. A ello se ha sumado el Ejecutivo cuatripartito canario, que ya ha dado un no rotundo al gas en consonancia con las tesis del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, que aboga por fomentar al máximo las energías renovables. El anterior Gobierno de CC apoyaba el gas.