Una mujer aterriza en la presidencia del PP canario por primera vez en la historia de la formación popular en las Islas. Y no queda ahí. Australia Navarro (Las Palmas de Gran Canaria, 1961) es también la primera fémina en liderar un partido de gran calado en el Archipiélago. Con una dilatada experiencia tanto en cargos públicos como orgánicos, Navarro llega a la cúspide de la formación aupada por Génova tras la crisis interna que fracturó a la misma durante las negociaciones postelectorales y en un momento en el que el partido dirigido por Pablo Casado lucha por frenar el fortalecimiento de la izquierda y la fragmentación de la derecha.

Navarro es, para muchos, una superviviente de la vida y la política canaria. Licenciada en Derecho y diplomada en Derecho Matrimonial, la nueva presidente de los populares canarios ejerció durante casi dos décadas la abogacía.?Madre de dos hijos, ha vencido en dos ocasiones una dura enfermedad y cuenta en su haber con la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo Peñafort.

De la mano del exministro José Manuel Soria, que tomó las riendas del partido después de que José Miguel Bravo de Laguna dimitiera tras los resultados de las elecciones autonómicas de 1999, Navarro saltó a la escena política. La actual líder del PP en el Archipiélago se dio a conocer en la sociedad canaria como candidata al Senado por Gran Canaria en los comicios generales del año 2000. Su carrera política, desde entonces, ha sido intensa.

A lo largo de los últimos 19 años, Navarro ha compaginado las responsabilidades públicas con cargos orgánicos. La dirigente popular fue vicesecretaria regional de Relaciones Institucionales del Partido Popular de Canarias entre octubre del 2000 y septiembre de 2002, año en el que pasó a ser la coordinadora regional de Organización de la formación. Durante ese tiempo combinó sus tareas en el partido con las labores como senadora.?Antes de que finalizase la VII legislatura, Navarro dejó su escaño en la Cámara Alta para concurrir a las elecciones autonómicas de 2003, cuando fue elegida diputada por primera vez. Sin embargo, también renunció a su acta de parlamentaria tras ser nombrada consejera de Presidencia, Justicia y Seguridad en un Gobierno de Canarias sustentado por el pacto entre CC y PP y presidido por el nacionalista Adán Martín. Este acuerdo voló por los aires en 2005 y Navarro, al igual que sus entonces compañeros Luis Soria y Águeda Montelongo como consejeros de Industria y Empleo y?Asuntos Sociales, respectivamente, fueron cesados.

Navarro, en 2007, regresa a la Cámara regional y ejerce la portavocía del PP hasta principios de 2009, momento en el que se convierte en presidenta del grupo parlamentario. Poco después retoma la portavocía. Ahora bien, un año antes se hace con la presidencia insular del PP en Gran Canaria, cargo que mantuvo hasta ayer. Navarro continúa como diputada en las siguientes legislaturas, responsabilidad que también compagina como miembro del comité ejecutivo y de la junta directiva regionales del PP canario. En las autonómicas de 2015, cuando se convierte en la primera mujer en presentarse como candidata a la Presidencia de Canarias, el PP registra un sonado desplome al solo obtener 12 diputados, nueve menos que cuatro años antes. Tampoco supone un freno.

La renuncia de Soria en abril de 2016 a todos sus cargos públicos y orgánicos por la polémica de los papeles de Panamá permitió el ascenso de Asier Antona, hasta entonces secretario general, a la presidencia del partido.?Fue entonces cuando Navarro también se convierte en la número dos de los populares canarios.

Aunque siempre se mostró imparcial durante la carrera hacia el congreso nacional del PP de julio de 2018, en la que Pablo?Casado y Soraya Sáenz de Santamaría se disputaron los mandos de la formación popular, su nombre apareció en el puesto 21 del listado de 35 candidatos al Comité Ejecutivo Nacional que proponía Santamaría en caso de ser la vencedora.?No fue así. Casado se hizo con la victoria, pero ello no supuso su defenestración. Todo lo contrario.?Cuando Génova perdió la confianza en Antona por su negativa a ceder la Presidencia del Gobierno canario a Navarro en un pacto de centroderecha, tal y como exigía CC, y tras la política de pactos llevada a cabo por la formación en las Islas, la dirección nacional auspició su ascenso.

En el arranque de la nueva legislatura muchos la daban por amortizada. Navarro, que llegó incluso a renunciar como secretaria general tras ser relegada por Antona de la portavocía parlamentaria, se levantó con más fuerza que nunca tras recibir el apoyo de Génova para encaminar al PP canario hacia una nueva etapa.