Borrón y cuenta nueva. El PP canario da carpetazo a los episodios de tensión vividos en el seno de sus filas en los últimos meses y hace piña para "recobrar la confianza de la ciudadanía". La organización, con la renovación de su estructura directiva, inicia una nueva andadura en la que busca rearmarse tras los malos resultados de las dos últimas elecciones y dejar en el cajón del olvido las fricciones surgidas a raíz del fracaso de las negociaciones para un acuerdo que les hubiese permitido acceder al Gobierno canario. La nueva presidenta de los populares canarios, Australia Navarro, afronta el reto de disciplinar a una formación modelada por Asier Antona, quien tras los comicios autonómicas de mayo se negó a dar un paso a un lado para cederle la Presidencia del?Ejecutivo regional -tal y como exigía CC para hacer posible un pacto de gobierno junto a Cs y ASG- y la relegó de la portavocía del grupo parlamentario.

El movimiento de piezas comenzó a finales de julio, cuando Antona, empujado por Génova, renunció a la Presidencia del PP canario a cambio de pasar al?Senado como portavoz adjunto del grupo popular y entrar en la ejecutiva nacional como secretario de Política Autonómica. Navarro, hasta entonces número dos del partido, asumió el puesto en el que fue confirmada por unanimidad hace apenas dos días por la junta directiva regional. Su ascenso no solo dejó libre la secretaría general en las Islas, sino que también generó una vacante en la presidencia del PP de Gran Canaria que ayer mismo fue ocupada por el actual diputado autonómico Hipólito Suárez. El también exsenador, que fue designado por unanimidad por la junta directiva insular y estuvo arropado por el secretario general del PP nacional, Teodoro García Egea, consideró que el proceso de renovación en Canarias "va a fortalecer aún más al PP".

Aún quedan más puestos que cubrir, como el que dejó libre Lope Afonso como coordinador regional al renunciar a sus cargos orgánicos y públicos tras ser condenado a nueve años de inhabilitación, y tanto Navarro como?Suárez ya piensan en quiénes serán sus acompañantes durante, al menos, los dos próximos años. No en vano, Suárez, tras confirmarse como líder del PP en Gran Canaria, anunció que aplicará su "impronta" a la ejecutiva insular a la que llega con "con la experiencia y energía adquirida desde las bases".

Coser heridas

"No tenemos que coser heridas", aseguró Navarro tras la junta directiva regional. "Un partido es como una familia, tiene momentos mejores y peores, pero estamos todos unidos para trabajar en el mismo proyecto", apuntilló.?Y aunque esa sea ahora la máxima que traslada el partido, la nueva dirección busca encontrar un nuevo equilibrio en el que todos se sientan integrados y en el que no haya espacio para insubordinaciones y fricciones como las vividas en los últimos meses.

La política de pactos seguida tras la cita electoral del 26M en?Canarias no gustó en Génova, que enseguida señaló a Antona como responsable. Navarro ha indicado que no se expedientará a Astrid Pérez por los pactos del PP con el PSOE en Lanzarote porque no son comparables con el que se cerró después en el Cabildo de La Palma y que le ha costado la suspensión de militancia a los populares en esa corporación. En el primer caso, explicó, aún no se habían dado instrucciones para no romper las alianzas con CC a favor del PSOE.

Navarro, que indicó que el partido se va a centrar "sin distracciones" en contener los "desmanes de la izquierda", también tendrá que lidiar con los diputados, algunos de ellos presidentes insulares, que cerraron filas en torno a Antona y se negaron a darle su apoyo como presidenta, como Fernando Enseñat, Carlos Ester, Lorena Hernández y José Manuel García Casañas. La guerra interna del partido llevó a Navarro, incluso, a dimitir como secretaria regional después de que Antona le retirase la portavocía parlamentaria, algo que no aceptó el expresidente.

Pese a las turbulencias internas de los últimos meses, la sucesión de cargos en la formación ha sido tranquila y moderada, una recomposición con la que Génova busca revitalizar al partido para posicionarse como la alternativa al Gobierno canario liderado por el socialista Ángel Víctor Torres. Para García Egea, Canarias es "el máximo exponente del fracaso de la izquierda".

El número dos del PP nacional apuntó que las conversaciones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para la investidura del primero no avanzan porque están enquistadas en el "reparto de sillas". A su juicio, un ejemplo de cómo funcionan este tipo de negociaciones es lo que ocurrió en Canarias la mañana del 20 de julio, cuando él y Javier Maroto se desplazaron a las Islas para firmar el pacto que creían tener cerrado con CC y que daba la Presidencia del Gobierno canario a Navarro. Bajo su punto de vista, Torres logró cerrar su acuerdo de gobierno "cediendo todo en cuatro horas".