Acaba de llegar, pero ya tiene algunas cosas muy claras. El consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno canario, José Antonio Valbuena -antes responsable de Medio Ambiente en el Cabildo de Tenerife-, descarta por completo el gas natural para producir electricidad, anuncia cambios en la Ley del Suelo y advierte de que el Archipiélago afronta su "última oportunidad para olvidarse de la incineración".

¿Ha notado ya el salto entre la política insular y la autonómica?

Sí se nota. El ámbito competencial es superior, la plantilla es mucho mayor y la complejidad de los temas también es distinta. Pero el fondo es el mismo: las políticas de sostenibilidad, de transición, de lucha contra el cambio climático. Uno parte de la base del conocimiento adquirido en el Cabildo, de elementos que siempre entendí que el Gobierno de Canarias podía desarrollar. Ahora que uno está en el Gobierno tiene la obligación de hacerlo.

Ya ha avanzado algunas de las primeras medidas que quiere tomar. Una de ellas es la aprobación de un decreto de emergencia climática.

La idea es llevar pronto al Consejo de Gobierno la propuesta de decreto, que va a suponer un cambio respecto a lo que se viene declarando en otras comunidades. Fijará las prioridades y de qué nos vamos a ocupar en los próximos meses. Vamos a intentar aprobar lo antes posible un anteproyecto de ley de cambio climático ambicioso que tenga en cuenta las singularidades de un territorio archipielágico. Naciones Unidas señala que son los territorios insulares los más vulnerables a los efectos del cambio climático. En el decreto se establece que Canarias sea un territorio neutro en emisiones de carbono. Eso va a significar impulsar mucho más la introducción de renovables. Este gobierno apuesta por la energía distribuida, lo que implica fotovoltaica de autoconsumo, teniendo en cuenta que las trabas legales se han eliminado. También va a significar apostar por la economía circular.

¿Cómo se puede avanzar en ese aspecto?

No solo vamos a tomar medidas para la reducción de los plásticos. Actuaremos en la gestión de residuos, como el tratamiento de la materia orgánica y la obligación de la recogida selectiva domiciliaria y empresarial. Debemos implementar medidas que fomenten que los productos que consumimos sean reparables. Hace 30 o 40 años se apostaba más por reparar un producto cuando se estropeaba. Más recientemente, la reparación casi no existe: un producto se cambia por otro. El cambio requerirá cambios en los patrones de consumo del ciudadano, que cada vez está exigiendo más este tipo de productos, pero también de los fabricantes y los comerciantes, que se van a tener que ir adaptando. Vamos a tomar medidas en forma legislativa y de normas.

¿Prevé que haya resistencias a esas medidas, sobre todo en el ámbito empresarial?

Seguramente habrá lobbies que se opongan. Este gobierno apuesta por placas fotovoltaicas de autoconsumo para cada uno de los ciudadanos, y eso puede generar inquietud en grupos que apuestan por modelos de energía concentrada en pocas manos. Cuando hablamos de unas políticas para la reducción y eliminación de manera rápida de los plásticos de un solo uso, habrá lobbies que pongan a funcionar toda la maquinaria para cuestionarlas. Pero estamos convencidos de que al final se aceptará, como se acepta hoy que nadie pueda fumar dentro de un local público. Somos conscientes de que no es más que un granito dentro de la batalla contra el cambio climático, pero que no sea porque Canarias no lo intente. Esto se hace pensando no en esta generación de canarios, sino en las futuras. Se trata de poner medidas para que, a finales de este siglo y comienzos del próximo, se empiece a ver la mejoría en el entorno global.

¿Es viable alcanzar el objetivo del 45% de energías renovables en 2025, al que se comprometió el anterior gobierno?

No es fácil, pero tampoco imposible. Vamos a trabajar intensamente para poder no solo alcanzarlo, sino mejorarlo en la medida de lo posible. Para eso vamos a tener que ser muy valientes. Las grandes empresas eléctricas tienen mucho poder, pero es necesario intentarlo. No podemos seguir teniendo esta dependencia de las energías fósiles. Se podía haber hecho más en los últimos años. También es cierto que el PP, con su reforma del mercado eléctrico de 2011, de la mano de las grandes distribuidoras, no lo puso fácil al eliminar las ayudas para la penetración de renovables, poniendo sobre la mesa el impuesto al sol.

Sin embargo, durante la última legislatura se desbloqueó después de muchos años la implantación de energías limpias. ¿Cómo evalúa la gestión de su antecesor en esta área, Pedro Ortega?

Fue positiva. Se dio un impulso importante a la introducción de eólica. Se desbloquearon esos concursos que estaban judicializados. Ahora se trata de complementar ese impulso con la segunda fase, que es la energía distribuida. El coste de producción de un vatio fotovoltaico ya es inferior al eólico. Además, la fotovoltaica permite lo que no permite la eólica: fabricar tu propia energía, la democratización de la energía. Este gobierno estará implicado sobre todo con aquellas personas con menos recursos. La transición tiene que ser ecológica pero, sobre todo, justa, y eso significa que nadie se puede quedar atrás. No tiene sentido hablar de transición ecológica si no ayudamos a las personas que tienen problemas para adaptar sus viviendas. Tenemos más de un 35% de personas que lo están pasando realmente mal.

¿Cómo prevén hacer eso?

Intentaremos diseñar políticas para que las viviendas, sobre todo las públicas, puedan tener algún tipo de ayudas para la implantación de placas fotovoltaicas, y que además les permitan una reducción significativa del coste del recibo de la luz.

La instalación de aerogeneradores empieza a encontrar resistencia por motivos medioambientales y paisajísticos. ¿Puede suponer un obstáculo para avanzar en renovables?

Evidentemente. El avance en la eólica ha sido muy importante, pero tiene unos efectos ambientales también importantes. Tenemos que ver con lupa cualquier tipo de infraestructura. Combatir el cambio climático exige el respeto a los usos tradicionales del suelo y a la biodiversidad. Tenemos que recuperar espacios y terrenos degradados, y un parque eólico puede suponer un problema importante, cosa que no sucede con la fotovoltaica, que ocupa las cubiertas de nuestras casas. Ahora estamos en una fase en la que tal vez tengamos que impulsar más la energía fotovoltaica frente a la eólica.

Los saltos de agua, que parecen imprescindibles para el almacenamiento de renovables, también producen una importante afección medioambiental y paisajística.

Para poder tener una penetración importante de renovables hay que solucionar los problemas de almacenamiento. Los saltos de agua son una de esas soluciones. Habrá que negociar intensamente con Red Eléctrica para solventar los problemas en el diseño de algunos que son vitales en las Islas. Pero, desde un punto de vista tecnológico, las soluciones de almacenamiento a pequeña escala (de una comunidad o de un particular), que son las baterías, se están desarrollando a un ritmo muy rápido.

La postura de su partido, el PSOE, sobre el gas natural evolucionó desde el apoyo hacia posiciones más críticas. ¿Son necesarias las regasificadoras?

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dejado muy en entredicho la viabilidad de las regasificadoreas en Canarias. Estamos pendientes del último informe, pero me temo que irá en la misma línea. No ha cambiado nada que pueda transformar en un elemento competitivo la penetración del gas natural en Canarias. El gas era una energía de transición hace 15 o 20 años, cuando teníamos problemas para avanzar en renovables. Hoy día, solo tiene sentido para el tráfico marítimo, que es responsable de las emisiones a la atmósfera de entre el 8% y el 10% de gases de efecto invernadero. Cualquier tipo de instalación regasificadora debe concebirse exclusivamente para el suministro a buques, nunca para el gas ciudad. Pensar hoy que Canarias necesita el gas ciudad para las viviendas es vivir ajeno a la realidad de las tecnologías en renovables. Ya no es competitivo ni necesario.

¿Y para la generación de energía eléctrica?

No. Las centrales de ciclo combinado tienen sus años contados. Cada vez van a más las energías renovables y a menos la convencional. El gas, como infraestructura promovida por una empresa privada, tendrá que buscar la forma de ser competitiva, pero hay que apostar por la energía renovable pura y dura.

¿El rechazo a volar de un turista europeo cada vez más concienciado medioambientalmente puede ser un riesgo real para el destino turístico?

Sí, evidentemente. En nuestros principales mercados, sobre todo los países nórdicos, cala cada vez más esta sensibilidad. Canarias depende de las conexiones aéreas para nutrir su principal industria. Tenemos que ver con preocupación los movimientos a escala internacional que piden no volar. Eso va a exigir un ejercicio de innovación por parte de nuestra industria. El sector hotelero está dando unos pasos muy importantes en los últimos años para convertirse en destino sostenible. Las patronales encontrarán un impulsor en el Gobierno de Canarias. No nos vamos a limitar a darles un palmadita en la espalda, sino que trabajaremos codo con codo. Eso significa poner presupuestos sobre la mesa para desarrollar un sector turístico realmente sostenible. El tráfico aéreo no es el principal problema para el cambio climático. El marítimo genera más gases de efecto invernadero. También es verdad que las compañías aéreas están trabajando en dotar a sus aviones de combustibles que sean menos contaminantes. Canarias no va a poder renunciar a su conectividad aérea. La única forma que tiene de estar en igualdad de condiciones con cualquier otro punto del planeta son las conexiones aéreas, y tenemos que mantenerlas y protegerlas.

¿Retirarán el Plan Integral de Residuos Sólidos de Canarias?

Lo que se va a hacer es modificarlo. Hay una alegación que presentó el Cabildo de Tenerife en el mandato anterior y que firmé yo. El Gobierno de Canarias la tendrá en cuenta. Supondrá retirar de la planificación cualquier referencia a la incineración y apostar por una economía circular real.

¿Qué medidas se incluirán?

Hablamos no solo de la obligación de la recogida selectiva a todos los niveles, sino de que los cabildos se tienen que dotar ya de plantas de tratamiento de materia orgánica. Cuando estaba al frente del área de Medio Ambiente del Cabildo comenzamos los trabajos para desarrollarlas. Eso mismo habrá que hacerlo en Canarias. Instaremos a todos los cabildos a colocar sus plantas de tratamiento, que son mucho más baratas y ofrecen beneficios ambientales mucho mayores. Pero es la última oportunidad que tiene Canarias para olvidarse de la incineración. Si en el próximo periodo de vigencia del plan todas las administraciones no hacen los esfuerzos necesarios -que van a suponer para ayuntamientos, cabildos y Gobierno tener que poner financiación-, vamos a fallar a los canarios y en el siguiente Pircan habrá que poner incineración sí o sí.

¿Cuándo se clausurarán los vertederos ilegales que quedan en Canarias?

Se está trabajando en un análisis de la situación de los vertederos ilegales, con un cronograma, para poder sentarnos con Europa, plantear una hoja de ruta creíble y solventar ese problema lo antes posible.

¿En qué plazo podrá terminarse con los vertidos ilegales al mar?

En el caso de Tenerife, avanzó de manera notable en el último mandato y es previsible que el problema esté resuelto en los próximos años. Quiero trasladar la solución de Tenerife al resto de islas. Apostamos por que sea el Estado quien acometa esas obras. Tenemos un problema con los presupuestos generales del Estado, que están bloqueados, y eso hace que no se puedan transferir a Canarias los fondos comprometidos. Si dejamos de pelear por quién tiene que poner el dinero y buscamos una medida que permita tener las obras operativas lo antes posible, podemos tener ese problema resuelto a corto plazo.

¿Se siente cómodo con la Ley del Suelo?

Hay elementos que hay que corregir. Tenemos que proceder a una modificación puntual de la Ley de la mano de ayuntamientos y cabildos, y también de los particulares, sentarnos para ver aquellos aspectos que no han funcionado como debían.

¿Cuáles son, desde su punto de vista, las principales deficiencias de la Ley?

Prefiero escuchar primero a cabildos y ayuntamientos antes de pronunciarme, para no condicionar el debate.

"Convencido" de que el Gobierno durará 4 años

José Antonio Valbuena dice estar acostumbrado a formar parte de pactos cuya duración se cuestiona. Por ello, está "convencido" de que el acuerdo que sustenta el Ejecutivo regional agotará la legislatura. "No estaremos atentos a intrigas palaciegas", avisa el consejero. Si el nuevo gobierno ha generado "expectativas importantes", reconoce, es porque su sintonía con otras administraciones debe suponer que no habrá obstáculos para cumplir su programa. Esta coordinación, augura, facilitará que en estos cuatro años se note "un sello distinto".

La lucha contra el cambio climático, algo personal

Cuando se le pregunta por su contribución personal a la lucha contra el calentamiento global, Valbuena hace referencia, además de a la gestión doméstica de residuos, a la labor "didáctica" con su entorno. Admite que, como casi todos, procede de una cultura alimentaria basada en el consumo de carne, algo que le genera "conflictos". Apuesta por una mejor dieta, aunque también por la crianza "ecológica" del ganado.